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Frutas y verduras de febrero, según la ciencia

Consumir productos cultivados fuera de temporada puede tener incluso más impactos ambientales que traerlos de otras regiones, lo que convierte a los productos locales y de temporada en la mejor opción.

Frutas y verduras de febrero, según la ciencia (Alvaro Bayon)

La expresión ‘productos de temporada’ se puede abordar desde dos definiciones posibles, y cada una tiene una importancia relevante: la estacionalidad global y la estacionalidad local.
La estacionalidad global se define como el cultivo y recolección de productos en su temporada natural, sin tener en cuenta su origen geográfico. Así pues, se consideraría de temporada un producto típicamente de verano, cultivado en el mes de febrero en Sudáfrica o en Chile, donde, efectivamente, es verano, aunque se consuma en España o en Estados Unidos, donde es invierno.
La estacionalidad local, por otro lado, se define como el cultivo y recolección de productos en su temporada natural y consumido en la misma región.
Estas dos formas de concebir la estacionalidad de la fruta y verdura tienen implicaciones directas. De entrada, se podría pensar que la estacionalidad global puede tener beneficios para la salud, pues hay más variedad de alimentos disponibles. Sin embargo, este punto de vista ignora los impactos asociados a esta forma de considerar la estacionalidad.
En primer lugar, el transporte; trasladar los alimentos de un país a otro, especialmente si las distancias son muy largas, implica una mayor emisión de gases de efecto invernadero. Pero, además, la mayor demanda de productos en el país de origen incrementará los requerimientos de suelo y agua y el uso de plaguicidas, causando impactos ambientales evidentes y, por otro lado, el encarecimiento del producto, lo que puede causar que las poblaciones locales pierdan la capacidad de adquirirlo.
Aun así, ese escenario es, incluso, preferible a la producción local fuera de temporada. Las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la producción de alimentos fuera de temporada, tanto por las infraestructuras como por su funcionamiento y su mantenimiento, pueden ser aún mayores a las emisiones asociadas al transporte. La investigadora Jennie I. MacDiarmid, de la Universidad de Aberdeen en Reino Unido, en un informe publicado en la revista Proceedings of the Nutrition Society, mostró que la importación de algunos productos a Reino Unido, como manzanas procedentes de Nueva Zelanda o frambuesas de España, genera menos emisiones que la producción de esos mismos productos en territorio británico fuera de temporada.
Así pues, la estacionalidad local se convierte, en términos medioambientales, en la mejor opción. Productos que han sido cultivados y recolectados, en su estación óptima y además en la misma región.
Frutas y verduras de febrero, según la ciencia

Limones y naranjas son frutas de temporada en febrero.Istock

La fruta de febrero

Febrero es el mes central del invierno, la estación más dura y con la producción más escasa. Pero, incluso en estas condiciones, sigue habiendo fruta disponible. Tal y como sucedía en el mes de enero, los líderes siguen siendo los cítricos, especialmente el limón y la naranja, así como el kiwi.
Continúa también el aguacate, que se mantiene durante todo el invierno, aunque, como ya se ha mencionado, no es la fruta más adecuada, desde el punto de vista de la sostenibilidad, por la gran cantidad de agua que exige su cultivo.
Aunque se empiezan a ver fresas y manzanas en la frutería, ninguno de estos productos son aún de temporada. La mayoría procede de cultivo en invernadero y las que no, vienen del otro hemisferio. Sucede lo mismo con el tomate, el calabacín, la berenjena, el pepino o el pimiento.
Como siempre, el plátano sigue presente. En Canarias, principal región de producción de los plátanos que se consumen en España, esta fruta se produce todo el año. Si bien en la Península no podemos decir que sea local, siempre es preferible el plátano canario al plátano de otros continentes.

La verdura de febrero

La escasez en la variedad de verduras que arrastramos desde enero se prolonga durante este mes y el resto del invierno. Es la última oportunidad para consumir cardo, nabo y brócoli, que dejarán de estar de temporada hasta el otoño. Algo más durarán el puerro, la col, la coliflor, la espinaca o el apio.
Las verduras que se cultivan todo el año, como la zanahoria, la cebolla o la remolacha, seguirán presentes en el mercado; pero aún no estamos en temporada. Algo similar sucede con el ajo, aunque como su conservación es muy sencilla, su consumo durante todo el año no plantea problema alguno. Es posible también encontrar ya guisantes y espárragos, los más tempranos del año, aunque todavía muy caros y de calidad dudosa. La temporada de ambos productos comienza en marzo.
Coliflor

La coliflor es una verdura de temporada en invierno.Istock

No hay que tomarlo al pie de la letra

Las plantas cultivadas, de donde se obtiene la fruta y la verdura, no dejan de ser seres vivos y, si algo nos ha enseñado la naturaleza es que cualquier intento de estabularla y clasificarla en compartimentos estandarizados, discretos y cerrados, está abocado al fracaso. Cada año, en función de los fenómenos meteorológicos, puede cambiar el tiempo en que las plantas germinen, broten, florezcan, fructifiquen y maduren.
Hay productos que pueden adelantarse o atrasarse, sobre todo teniendo en cuenta que los eventos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y más extremos y tienen una gran influencia en los tiempos de cultivo y producción.
Por lo tanto, este ‘calendario de temporada’, recopilado de diversas fuentes, no debe tomarse como una norma fija e inamovible, sino más bien como guía orientativa que muestra tendencias generales.

Referencias:

  • Fernández Celemín, L. et al. 2021. Explore Seasonal Fruit and Vegetables in Europe. Food Facts for Healthy Choices.
  • Macdiarmid, J. I. 2014. Seasonality and dietary requirements: will eating seasonal food contribute to health and environmental sustainability? Proceedings of the Nutrition Society, 73(3), 368-375. DOI: 10.1017/S0029665113003753
  • Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. 2017. Frutas y Hortalizas de Temporada. Alimentos de España.
  • Poore, J. et al. 2018. Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers. Science, 360(6392), 987-992. DOI: 10.1126/science.aaq0216
  • Soy de temporada. 2017. Medialab Prado.

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