Los arrecifes, aún más amenazados
Según un estudio la acidificación que están experimentando los océanos dificulta el desarrollo del esqueleto de los corales y, a la vez, facilita la erosión que habitualmente provocan en él distintos organismos de forma natural.
Según un estudio coordinado por el geólogo marino Thomas DeCarlo, de la Institución Oceanográfica Woods Hole, en EE. UU., la acidificación que están experimentando los océanos dificulta el desarrollo del esqueleto de los corales y, a la vez, facilita la erosión que habitualmente provocan en él distintos organismos de forma natural.
Los mares absorben el exceso de dióxido de carbono generado por la quema de combustibles fósiles, un fenómeno que reduce su pH (la citada acidificación) y elimina los iones de carbonato que emplean los corales para construir sus esqueletos.
DeCarlo ha averiguado que el ritmo de desgaste se ha multiplicado por diez en las zonas en las que los corales están expuestos a altos niveles de nutrientes. Así lo recoge este investigador en un ensayo publicado en la revista Geology, en el que sostiene, además, que al mismo tiempo que sube el nivel del mar, los arrecifes en los que prosperan estos animales coloniales tardan más en aproximarse a la superficie para captar la luz solar que necesitan para sobrevivir.
Los arrecifes de coral constituyen el hábitat del 25% de las especies marinas. Para DeCarlo, si queremos garantizar su conservación es necesario reducir el aporte de nutrientes que llega a las aguas próximas a la costa como consecuencia de la actividad humana, como el vertido de fertilizantes y otros residuos orgánicos.