Las aves también cultivan huertos
Y no lo hacen para comer, sino para ligar. El pergolero moteado (Ptilonorhynchus maculata), un pájaro nativo de Papúa y Nueva Guinea, cultiva plantas para atraer a las hembras, según revela un estudio publicado por la revista Current Biology.
Y no lo hacen para comer, sino para ligar. El pergolero moteado (Ptilonorhynchus maculata), un pájaro nativo de Papúa y Nueva Guinea, cultiva plantas para atraer a las hembras, según revela un estudio publicado por la revista Current Biology.
Este peculiar ave pertenece a una familia de pájaros famosos por crear una especie de emparrados que decoran con multitud de objetos: desde pequeñas ramitas hasta desechos de plástico o vidrio, creando verdaderas obras de arte cuya única función es de tipo sexual: el objetivo es atraer hembras para reproducirse.
El grupo de investigadores, de las Universidad de Exeter (Reino Unido), Postdam (Alemania), Deakin y Queensland (Australia), había observado que en los alrededores de los emparrados de los pergoleros moteados había grandes cantidades de un arbusto frutal (Solanum ellipticum), una planta con llamativas flores moradas y frutos verdes parecidos a un tomate. La investigación mostró que las aves no seleccionaban lugares con un alto número de las plantas, sino que las cultivaban en torno a sus emparrados.
"Hasta ahora, los seres humanos son la única especie conocida que cultiva plantas para usos distintos de la alimentación -como para drogas, ropa, y cortejo sexual-, pero parece que no somos únicos en este sentido", explica Joah Madden, uno de los autores.
Sin embargo, los científicos no piensan que las aves cultiven las plantas conscientemente, sino que más bien la abundancia de arbustos alrededor de sus emparrados sea una consecuencia indirecta de su comportamiento sexual. Es posible que los pájaros lleven grandes cantidades de frutos para adornar sus obras de arte, y que muchos de ellos se caigan al suelo. Al tratarse de superficies despejadas y con mucha luz, las semillas encontrarían condiciones óptimas para germinar, creándose un pequeño jardín alrededor de los emparrados llenos de adornos.