Así cazaban las primeras serpientes
El ancestro común a las serpientes más primitivas conocidas era un animal de hábitos nocturnos que vivía en zonas boscosas del hemisferio sur.
El ancestro común a las serpientes más primitivas conocidas era un animal de hábitos nocturnos que vivía en zonas boscosas del hemisferio sur.
Así lo ha determinado un equipo de paleontólogos de la Universidad de Yale, que ha llevado a cabo el estudio más detallado hasta el momento sobre los antecesores de estos animales. En un ensayo publicado en la revista BMC Evolutionary Biology, estos investigadores destacan, además, que estos reptiles solían cebarse en presas relativamente grandes, a las que emboscaban.
Allison Hsiang, una experta en Geología y Geofísica de la citada institución, que ha coordinado el ensayo, y sus colaboradores han analizado desde la anatomía de estos vertebrados hasta sus genomas. Además, han construido un árbol evolutivo que tiene en cuenta tanto las serpientes vivas, de las que en la actualidad existen unas 3.400 especies, como las extintas.
De este modo, han averiguado que los más recientes antepasados de estos ofidios ya habían perdido sus miembros anteriores, pero aún conservaban unas diminutas patas traseras en las que se puede observar incluso los dedos y la articulación del tobillo. Estas serpientes primitivas se originaron hace algo más de 128 millones de años, en el Cretácico, y en opinión de estos científicos evolucionaron primero en tierra firme.
Luego, algunas se adaptaron a la vida marina. Su técnica de caza no consistía en asfixiar a sus víctimas. Por el contrario, las capturaban con los dientes, similares a agujas con forma de gancho, y las devoraban por completo.
Imagen: Julius T. Csotonyi