Los castores amenazan el bosque de la Patagonia
Un solo castor puede talar en varios días un árbol que tardó más de cien años en crecer.
Los bosques frondosos de la Patagonia se enfrentan a una gran amenaza: un grupo de castores que llegaron a la Patagonia (desde Canadá) hace 75 años con la idea de promover asentamientos humanos y desarrollar el comercio de pieles. Sin embargo este comercio nunca llegó a despegar, y los castores se quedaron en el bosque reproduciéndose. Así, las diez parejas introducidas en el inicio se han convertido en más de 100 000 en la actualidad.
Los castores, unos roedores extraordinarios
Un solo castor tiene capacidad suficiente para talar en varios días un árbol que tardó más de cien años en crecer. Según Cristóbal Arredondo, científico de la Wildlife Conservation Society (una organización no gubernamental que tiene como objetivo conservar los lugares salvajes más grandes del mundo), los castores modifican los hábitats para adaptarse a las condiciones que necesitan y así sobrevivir.
Por esta razón, al hacerlo, los castores causan daños en el parque de más de 3000 000 hectáreas. Los castores roen la madera para construir presas en ríos y lagos, en una parte del mundo donde los bosques se regeneran de forma mucho más lenta que en América del Norte (lugar de donde son originarios los castores). Las presas, por su parte, también tienen un gran impacto: inundan el suelo en el que crecen las hayas y las ahogan desde las raíces.

castor en el río
Destrucción de la biodiversidad
Según la presidenta del grupo de derechos animales de Chile, Valeria Muñoz, estos animales son asesinados con trampas no selectivas en las que también se capturan a otros animales. Además, la caza tampoco ha funcionado, ya que no se termina de prevenir y controlar la población de esta especie en la Patagonia.
Por ello, ahora los científicos se centran en buscar una solución al problema de esta especie invasora, pues están atacando directamente a unos de los bosques más importantes del planeta. De hecho, según Eve Crowley, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en Chile, estos roedores se han convertido en una de las principales causas de pérdida de biodiversidad.