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El zorro volador, el murciélago más grande (Muy Animal)

La mayoría de murciélagos son pequeños y se alimentan de insectos, pero el murciélago más grande del mundo es frugívoro, y se encuentra en grave peligro de extinción.

La mayoría de las especies de murciélagos son de pequeño tamaño, y aletean rápidamente en busca de insectos que cazan al vuelo. Otras especies, las menos, se alimentan de carne o de sangre, como los vampiros, de ahí la mala fama que los ha convertido en objeto de mitos y leyendas.
Pero hay un grupo de murciélagos muy diferentes, los megaquirópteros, o zorros voladores, y la especie de mayor tamaño es Acerodon jubatus, el zorro volador filipino, también llamado zorro volador de diadema dorada.

El mayor murciélago del mundo

Hablar del animal “más grande” de un grupo, siempre es discutible. Es necesario aclarar si se hace referencia al peso, a la longitud, o en los animales con alas, a la envergadura.
El zorro volador filipino adulto pesa de media 1,2 kilogramos y presenta una envergadura alar de hasta metro y medio, con ejemplares excepcionales de hasta dos metros. Esto le convierte en el murciélago conocido más pesado, excediendo en más de 100 gramos al que ostenta la medalla de plata, el llamado zorro volador gigante. Sin embargo, ambas especies se encuentran relativamente igualadas en envergadura alar. A pesar de su nombre científico, Pteropus vampyrus, el zorro volador gigante también es frugívoro y no tiene relación alguna con los vampiros.
Ejemplar de zorro volador filipino

Ejemplar de zorro volador filipinoEjemplar de zorro volador filipino

Se alimenta de cuatro especies distintas de higos (género Ficus), y aunque los agricultores de las regiones donde habita —sobre todo los de la isla de Mindanao—los acusan de robar comida de cultivos de frutales, este comportamiento no está confirmado. De hecho es improbable, dado que no suelen comer frutas distintas a los higos, y suelen evitar al ser humano. Las investigaciones parecen apuntar al mismo tipo de error que cuando se acusa al lobo de atacar al ganado en España: se responsabiliza a una especie de los impactos de otra. En el caso de los lobos ibéricos son los perros ferales, y en el caso del zorro volador filipino, esa especie es P. vampyrus.

Juntos, pero no revueltos

Actualmente, todas las poblaciones de zorro volador filipino forman parte de colonias mixtas, entre las que también se encuentran ejemplares de P. vampyrus y otros zorros voladores de menor tamaño, como el zorro volador enano, Pteropus hyomelanus.
Ni los zorros voladores en general, ni el filipino en particular, son cavernícolas, como sí lo son otros murciélagos de menor tamaño, sino que habitan en los bosques. Suele descansar colgado en los árboles de las junglas o de los manglares; cuando las distintas especies tienen su dormidero en el mismo bosque, se observa que A. jubatus prefiere el interior, mientras que el resto de las especies permanecen en la periferia. Este comportamiento sugiere que el zorro volador filipino es más sensible a las perturbaciones y por eso anida en zonas mucho más estables.
Bandada de zorros voladores, probablemente compuesta por varias especies

Bandada de zorros voladores, probablemente compuesta por varias especiesBandada de zorros voladores, probablemente compuesta por varias especies

Un endemismo amenazado

El zorro volador filipino hace honor a su nombre, habita exclusivamente el archipiélago de Filipinas, lo que le convierte en una especie endémica. Vive entre altitudes al nivel del mar y los 1 100 metros.
Actualmente, su población se estima en unos 10 000 individuos, y representa apenas entre el 1 y el 2 % de lo que era hace dos siglos. Entre las principales amenazas que afectan al zorro volador filipino se destacan la pérdida de hábitat y la caza, motivos por los que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo cataloga como especie en peligro de extinción.
Al ser un animal muy especialista —que tiene requerimientos alimenticios y ambientales muy específicos—, cualquier perturbación en los bosques en los que habita puede resultar fatal para las poblaciones de zorros voladores filipinos. Hoy se considera que cerca del 90 % de la cobertura forestal primaria original del archipiélago filipino ha sido destruida. Entre un 10 y un 15 % de esta extensión ha sido sustituida por vegetación secundaria, donde el zorro volador filipino no puede habitar con tanta eficacia.
Zorros voladores regresando a su dormidero en un manglar

Zorros voladores regresando a su dormidero en un manglarZorros voladores regresando a su dormidero en un manglar

Aunque actualmente existe una moratoria sobre la tala en Filipinas, desde hace más de dos décadas, la eliminación del bosque primario sigue en curso, y, si la tendencia no cambia, se estima que para el año 2030 no quede en Filipinas ningún bosque primario. Sobre la base de estas tasas de deforestación, la tendencia futura de esta especie dependerá del alcance de la regeneración del bosque secundario, y de la capacidad de la especie para aclimatarse con éxito a ese ambiente.
Por otra parte, la caza ha sido un problema histórico para los zorros voladores. Los datos de comercio internacional muestran que miles de individuos de todas las especies, y entre ellas A. jubatus, eran exportados cada año desde Filipinas.
Desde que entró en vigor la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la especie fue incluida en su “Apéndice I”, el mayor rango de restricción para el comercio. Este nivel de regulación prohíbe todo comercio internacional de ejemplares, excepto cuando se realice con fines de investigación científica, y siempre previa autorización de importación y exportación.
El comercio interior de estos animales en Filipinas está igualmente prohibido, como también lo está la caza, salvo para las comunidades indígenas Aeta, y siempre que empleen métodos tradicionales. Sin embargo, los cazadores furtivos siguen actuando, y su carne se vende ilegalmente en todo el país como alimento, mascota, y por sus supuestas —e inexistentes— propiedades medicinales; irónicamente, estas prácticas son una potencial fuente de enfermedades zoonóticas. Mientras continúen estas actividades ilícitas, las poblaciones de zorro volador filipino seguirán en peligro.
Referencias:
CITES. 2015. Apéndices I, II y III de la CITES.
Hutson, A. M. et al. 1992. Old world fruit bats : an action plan for their conservation. IUCN. DOI: 10.2305/IUCN.CH.1992.SSC-AP.6.en
IUCN. 2022. The IUCN Red List of Threatened Species. Version 2021-3.
Mildenstein, T. L. et al. 2005. Habitat selection of endangered and endemic large flying-foxes in Subic Bay, Philippines. Biological Conservation, 126(1), 93-102. DOI: 10.1016/j.biocon.2005.05.001
Stier, S. C. et al. 2005. Dietary Habits of the World’s Largest Bats: the Philippine Flying Foxes, Acerodon Jubatus and Pteropus Vampyrus Lanensis. Journal of Mammalogy, 86(4), 719-728. DOI: 10.1644/1545-1542(2005)086[0719:DHOTWL]2.0.CO;2

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