¿Para qué sirve la tierra de diatomeas?
En floristerías y viveros es común encontrar este producto, pero ¿cuáles son sus funciones realmente?
Es fácil encontrar en floristerías y viveros, junto a herbicidas, insecticidas, fungicidas, fertilizantes y otros productos fitosanitarios, unos botes rellenos de un polvo fino, blanquecino, amarillento o de color arena, etiquetados como “tierra de diatomeas”. Este producto, además de su versatilidad, tiene un origen curioso: son fósiles de exoesqueletos de las algas diatomeas.
¿Qué son las diatomeas?
Las algas diatomeas son un grupo muy diverso de algas unicelulares. Cada cuerpo celular está recubierto por un exoesqueleto de sílice, llamado frústula, formado por dos piezas, llamadas tecas, que se acoplan la una en la otra como la tapadera en una caja. Y cuando el alga muere, su frústula se deposita en el sedimento.
Estas tecas presentan complejas ornamentaciones porosas, que generan patrones muy llamativos y característicos. Con el paso del tiempo, más y más sedimento se precipita sobre las frústulas vacías de las diatomeas y, millones de años más tarde, las carcasas fosilizan y forman una roca llamada diatomita, de la cual se extrae la famosa ‘tierra de diatomeas’.
En este punto es importante definir “adsorción”, que no “absorción”. La absorción, con B, implica la atracción y retención de una sustancia por un sólido o un líquido, que pasa a formar parte de la estructura del mismo. La adsorción, con D, —que solo sucede en sólidos— también implica la atracción de sustancias, pero son retenidas en la superficie del cuerpo atractor, no en el interior.
La alta porosidad de las frústulas de las diatomeas —y por consiguiente, de la tierra de diatomeas— permite la adsorción de gran cantidad de sustancias: sales minerales, metales, materia orgánica e incluso agua, por efecto higroscópico. Y esta propiedad, la alta porosidad, hace de la tierra de diatomeas un producto con una gran cantidad de utilidades prácticas.

Ilustración de diatomeas por Ernst Haeckel para su obra Kunstformen der Natur (1904)
La tierra de diatomeas en jardinería
La tierra de diatomeas tiene cierta capacidad fertilizante. Generalmente, las frústulas de las algas, al morir, adsorben sustancias que están diluidas en el agua y se conservan en la fosilización. Fósforo, calcio, carbonatos, o el mismo sílice se mantienen en la tierra de diatomeas, y nutren el suelo.
Pero no es la única función en jardinería. Gracias a la propiedad de adsorber los lípidos que recubren la cutícula de los insectos, ácaros y otros artrópodos, los mata por desecación. Además, tiene cierta capacidad abrasiva que puede dañar o eliminar insectos y ácaros. De ahí que la tierra de diatomeas se emplee también como insecticida y acaricida. Esta aplicación no solo es eficaz para el tratamiento de plantas afectadas por estos animales, sino también para evitar plagas en productos almacenados.
Otros usos de la tierra de diatomeas
Otro uso muy prometedor de la tierra de diatomeas está relacionado con la depuración del agua. Especialmente, para eliminar metales pesados de las aguas residuales y de masas de agua presentes en el entorno natural. Esta capacidad depuradora aumenta, cuando la tierra de diatomeas es tratada con óxido de manganeso. También se ha observado cierta capacidad de adsorción de colorantes y tintes en las aguas residuales procedentes de la industria textil.

Tierra de diatomeas
También en la industria de la construcción la tierra de diatomeas puede tener aplicaciones interesantes. Un grupo de investigación de la Universidad de Gante, Bélgica, ha estudiado el uso de diatomeas como método de protección de bacterias empleadas en hormigón autocurable. La causa principal de la disminución de la vida útil de las estructuras de hormigón son las grietas. Una de las propuestas para prolongar esa vida útil es el empleo de bacterias que produzcan carbonato cálcico, como Bacillus sphaericus, que estén presentes dentro de la matriz de hormigón. De este modo, ante una grieta, son las bacterias las que la rellenan con sus excreciones. El hormigón tratado de esta manera se repararía por sí solo —al menos, en cierta medida—.
Sin embargo, el entorno alcalino que se produce durante la elaboración de la masa de hormigón es fatal para estas bacterias. Y es en ese punto donde entra en juego la tierra de diatomeas. Esta sustancia ha mostrado la capacidad de proteger a las bacterias, y que se mantengan en el hormigón. Los resultados del estudio revelaron que, en piezas de hormigón elaboradas de esta forma, las grietas de hasta 0,17 mm de anchura se rellenaban completamente con carbonato cálcico excretado por las bacterias.
Ni milagroso, ni inocuo
Las capacidades insecticidas o fertilizantes de la tierra de diatomeas son reales, pero distan mucho de ser el remedio milagroso que muchos intentan vender. Hay insecticidas y acaricidas en el mercado mucho más eficaces.
Sin embargo, lo más importante es que no se trata de una sustancia inocua para el ser humano. Debe manejarse con precaución. La inhalación de partículas de tierra de diatomeas se puede acumular en bronquios, alveolos pulmonares, tejidos hepáticos y nódulos linfáticos, y no siempre se eliminan del cuerpo.
La exposición crónica y reiterada a la tierra de diatomeas sin la protección adecuada está potencialmente asociado a problemas de salud, sobre todo respiratorios, desde leves hasta muy graves, como la silicosis o el cáncer de pulmón.
De modo que para manipular tierra de diatomeas en cualquiera de sus múltiples aplicaciones, debe utilizarse siempre mascarilla de protección contra partículas, tipo PM 2.5 o superior, como medida de prevención de futuros problemas de salud.
Referencias:
Akhoundi, M. et al. 2019. Harmful Effects of Bed Bug-Killing Method of Diatomaceous Earth on Human Health. Journal of Insect Science, 19(5), 13. DOI: 10.1093/jisesa/iez095
Al-Ghouti, M. A. et al. 2003. The removal of dyes from textile wastewater: a study of the physical characteristics and adsorption mechanisms of diatomaceous earth. Journal of Environmental Management, 69(3), 229-238. DOI: 10.1016/j.jenvman.2003.09.005
Bello, O. S. et al. 2014. Insights into the Adsorption of Heavy Metals from Wastewater using Diatomaceous Earth. Separation Science and Technology, 49(12), 1787-1806. DOI: 10.1080/01496395.2014.910223
Shah, M. A. et al. 2014. Use of diatomaceous earth for the management of stored-product pests. International Journal of Pest Management, 60(2), 100-113. DOI: 10.1080/09670874.2014.918674
Wang, J. Y. et al. 2012. Diatomaceous earth as a protective vehicle for bacteria applied for self-healing concrete. Journal of Industrial Microbiology and Biotechnology, 39(4), 567-577. DOI: 10.1007/s10295-011-1037-1
Zeni, V. et al. 2021. Diatomaceous Earth for Arthropod Pest Control: Back to the Future. Molecules, 26(24), 7487. DOI: 10.3390/molecules26247487