Necesitamos que nuestros actos tengan en cuenta el medio ambiente.
¿Sabes qué es la salud planetaria? Es un campo bastante reciente que observa la intersección entre el mundo natural y la humanidad. A menudo, esa intersección resulta ser una colisión frontal que termina mal para ambas partes. Y es que no solo debemos mirar el clima, sino todas las formas en las que los humanos nos relacionamos con el entorno. Recordemos que todo lo que le hagamos a la Tierra nos va a afectar de una u otra forma.
Solamente en el último siglo, la pobreza ha disminuido y las expectativas de vida han aumentado, la biodiversidad se ha desplomado, los suministros de agua dulce se han agotado, los bosques se han reducido y el clima está cambiando rápidamente. Si bien puede parecer que las buenas noticias de los dos primeros ejemplos no están relacionadas con la naturaleza apocalíptica de los últimos tres, todo está conectado. Una mejor salud, una vida más larga y la prosperidad de nuestra creciente población en el planeta solo ha sido posible gracias al uso de todos los recursos a los que tuvimos acceso.
Pero, como todos hemos aprendido desde pequeños, las acciones siempre tienen consecuencias.
El Congreso Internacional de Enfermedades Infecciosas ha descubierto, por ejemplo, que los avances actuales que hemos logrado en materia de salud y sociedad podrían desaparecer fácilmente junto con nuestros recursos. (Seguro que a más de uno le viene a la cabeza la saga de ciencia ficción Mad Max).
Diversos estudios han hallado que los cambios en el medio ambiente podrían llevar a un aumento en las tasas de mortalidad. Así, como muestra, los altos niveles de dióxido de carbono en la atmósfera podrían conducir a una menor absorción de zinc en las plantas y el zinc es un nutriente que necesita nuestro sistema inmunológico. Si los cultivos tienen menos zinc en general, los expertos estiman que entre 132 y 180 millones de personas podrían tener una deficiencia de zinc para 2050, además de las personas que ya padecen malnutrición.
Luego existen otra serie de riesgos para la salud: la escasez de agua y las enfermedades de las plantas pueden afectar el suministro de alimentos. Los seres humanos que invaden hábitats de vida silvestre no solo dañan la vida silvestre, sino que también nos pueden poner en contacto con enfermedades desconocidas y mortales como el ébola.
¿Qué podemos hacer para ayudar a salvar nuestro planeta? Aquí tienes unos ejemplos.
Drones que plantan árboles
Los árboles son esenciales para almacenar las emisiones de gases de efecto invernadero, filtrar el aire y el agua, nutrir el suelo, proporcionar alimentos y refugio, y fomentar los ecosistemas. Sin embargo, el mundo pierde más de 7 hectáreas de bosque cada año, unos 27 campos de fútbol de árboles por minuto, según el Fondo Mundial para la Vida Silvestre. Plantar semillas a mano siempre ayuda, pero es difícil alcanzar el ritmo de la deforestación industrial. Aquí es donde entra la compañía británica BioCarbon que está utilizando drones para plantar semillas de árboles en bosques devastados y, según sus cifras, afirman poder plantar mil millones de árboles por año.
Anillas comestibles para unir las latas
Los envases de plástico que unen habitualmente los packs de 6 latas de bebida son tremendamente dañinos para la vida silvestre y, en general, para nuestro entorno. Tortugas y otros animales marinos acaban con sus cuellos estrangulados en estas mortales trampas de plástico. ¿Cómo solucionarlo? Una pequeña compañía de Florida (EE. UU.) llamada Saltwater Brewery, por ejemplo, ha desarrollado unas anillas para el envasado de packs de latas realizadas fabricadas residuos de trigo y cebada, haciendo que no solo no estrangulen delfines o peces sino que también les proporciona alimento. Son 100% biodegradables y comestibles.
Parques eólicos masivos de palmeras
La energía eólica es un recurso no excesivamente utilizado. De hecho, un equipo de investigadores de la Carnegie Institution for Science, descubrió que un parque eólico del tamaño de Groenlandia en el Océano Atlántico podría generar suficiente energía para alimentar a toda la humanidad, eliminando esencialmente la necesidad de combustibles fósiles. Esa es la teoría, claro; ponerlo en práctica es la parte difícil. Los expertos están tratando de construir turbinas eólicas más del doble de grandes que las turbinas de mayor tamaño actuales. Las hojas de 200 metros cada una, funcionarían como las hojas de las palmeras, al adaptarse y doblarse con la velocidad y la dirección del viento.
Un tamiz que convierte en potable el agua del mar
Claro que existen plantas desaladoras de sal industriales pero son extremadamente caras (y tienen un impacto negativo en el entorno, pues producen una gran cantidad de gases efecto invernadero y dañan la vida marina, entre otras cosas). Una alternativa mucho más ecológica y viable económicamente es la presentada por un equipo de investigadores de Reino Unido: se trata de un tamiz hecho de grafeno que puede filtrar la sal utilizando muy poca energía, lo que podría ayudar a proporcionar agua segura, limpia y potable, un bien preciado y caro en muchos países.
Satélites que detectan fugas de metano
En todo el mundo, las fugas de fracking y otras actividades pueden emitir cantidades asombrosas de un gas invisible e inodoro durante meses antes de ser detectadas. Ese gas es metano y atrapa hasta 80 veces más calor que el carbono. Un equipo de científicos está tratando de enviar un satélite al espacio que puede indicar cuándo y dónde tienen lugar las fugas de metano para que puedan atajarse rápidamente. Si tiene éxito, el satélite podrá reducir las emisiones de metano de la industria del petróleo y el gas hasta en un 50%.
Un dron que poliniza las flores
Gran parte de lo que comemos y bebemos todos los días (manzanas, zanahorias o incluso el café) se basa en la polinización, que permite que las plantas se reproduzcan. De hecho, alrededor del 75% de los cultivos del mundo se producen con la ayuda de polinizadores, como las abejas y las mariposas. Sin embargo, estos insectos pertenecen a un grupo que se enfrenta a la extinción. Lo han llamado “apocalipsis ecológico” y es que su disminución masiva podría tener consecuencias fatales para el medio ambiente. Por ello, un equipo de investigadores japoneses está probando drones para ver si pueden transportar polen de una planta a otra, como un pequeño insecto. Por ahora son capaces de polinizar flores grandes, como los lirios, por lo que aún queda trabajo por hacer para que estos dispositivos sirvan de sustitutos de las abejas.
Bombas para enfriar los arrecifes de coral
Los arrecifes de coral son muy sensibles al aumento de calor, con picos de dos o tres grados centígrados que representan una amenaza existencial. Y a medida que el calentamiento global se intensifica, los arrecifes de coral de todo el mundo están abocados a la desaparición. El ingeniero de la Universidad de Arizona Mo Ehsani ha ofrecido una solución a los corales: una tubería submarina que puede bombear agua fría a los arrecifes, enfriarlos y evitar el nefasto proceso conocido como blanqueo de corales. No es una solución para el cambio climático pero podría frenar el declive de las poblaciones de coral del planeta.
Balas biodegradables
El Ejército de los EE. UU. solicitó en 2017 propuestas de proyectos para municiones biodegradables con objeto de reemplazar las balas habituales que se emplean durante los ejercicios de entrenamiento. Según el Pentágono, las balas actuales que se desechan (los cartuchos de balas que se expulsan de un arma después de haber sido disparada) tardan cientos de años en biodegradarse, y contienen componentes que podrían dañar el suelo y el agua. Como resultado, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos afirma que las instalaciones militares constituyen una de las zonas más contamindas del país. La idea es usar municiones que contengan semillas que sirvan de alimento para los animales, eliminando así los contaminantes del suelo y consumiendo los componentes biodegradables de las balas.
Enzimas que comen plástico
Si continuamos como hasta ahora, en 2050 existirán 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos en el mundo, lo que aproximadamente representa el tamaño de un coche mediano por cada persona del planeta. Todo este plástico está causando un daño enorme a la vida silvestre y potencialmente amenaza la salud humana al infiltrarse en los alimentos y el agua que bebemos mediante los microplásticos. Una solución a este tsunami de plástico podría ser la enzima que descubrió accidentalmente un equipo de investigadores japoneses que es capaz de descomponer el plástico en cuestión de días, mucho más rápido que los cientos de años que el plástico suele tardar en descomponerse.
“Plástico” hecho de plantas que no contamina
El empresario indonesio Kevin Kumala especialista en biología se propuso crear un plástico hecho de un material biodegradable. Han conseguido fabricar bolsas y envases de alimentos de yuca, una verdura barata y común que se encuentra en toda Indonesia. Desde 2014 existe Avani Eco, que produce cuatro toneladas de productos de plástico de yuca -plástico que no es plástico- al día. Afirmó que él mismo disolvería y bebería sus creaciones bioplásticas.
Paneles solares del futuro
Solemos ver habitualmente los paneles solares colocados en techos o en grandes campos para recoger la luz solar sin obstrucciones; pero los científicos están buscando nuevas formas de aprovechar la energía solar para que sea más masiva y sencilla de obtener para todos. China presentó unos paneles solares que recogen energía de las gotas de lluvia; también se está probando la creación de carreteras de paneles solares y un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan también propuso que todas las ventanas y pantallas de teléfonos móviles deberían ser capaces de recoger la energía del sol para servirse de ella para su funcionamiento.
Un avión que emite vapor de agua
Su única emisión es el vapor de agua. ¿No es fantástico? Se trata de un modelo de avión en el que solo pueden tener cabida cuatro ocupantes, incluido el piloto, pero funciona con una corriente eléctrica proveniente de un suministro de hidrógeno y oxígeno, ayudado por una batería que lo convierten en una opción más que ecológica. Así es, se trata de un avión que puede transportar a más de una persona y que es impulsado por hidrógeno. Dentro de un espacio controlado, podrían servir de taxis aéreos libres de emisiones, como el HY4.
Geoingeniería solar
Los últimos años han sido de los más calurosos jamás registrados, y ya hemos visto que las previsiones no son nada halagüeñas; la subida de temperaturas provocaría cambios ambientales catastróficos a menos que se produzca una reducción radical de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Un equipo de investigadores de Harvard ha propuesto enviar partículas al aire que bloquearán la luz del Sol con objeto enfriar el planeta y evitar las consecuencias del cambio climático. Mediante la geoingeniería solar, los expertos pretenden crear un escudo de partículas protectoras -de carbonato de calcio- capaces de hacer rebotar los rayos solares y parar este calentamiento acelerado.
Convertir las botellas en arena
'Bebe cerveza, salva el medio ambiente'. Bajo este lema, la compañía DB Breweries con sede en Nueva Zelanda, ayuda a combatir la escasez mundial de arena. La firma, ha construido una flota de máquinas que trituran botellas de vidrio vacías convirtiéndolas en un sustituto de la arena, que se utiliza para salvar las "playas vírgenes" de la zona. Recordemos que la arena se usa en muchas cosas, desde la construcción hasta los productos farmacéuticos; es un ingrediente importante del yeso o del asfalto, y las empresas a menudo recolectan arena de playa a granel. Como resultado, nos quedamos sin playas. Según comentan, cada botella produce 200 gramos de sustituto de polvo en unos cinco segundos.
Modificación genética
El cambio climático podría eliminar cultivos tan diversos y populares como el café, el chocolate y el maíz, debido al mayor riesgo de sequías, inundaciones y plagas en los próximos años. La modificación genética podría impulsar los cultivos contra estas interrupciones al proporcionar genes que son resistentes a las plagas, a la sequía o la intrusión de agua salada por el aumento del nivel del mar. Los OGM u organismos genéticamente modificados gracias a la ingeniería genética llevan usándose muchos años, pero la controversia que los rodea ha ralentizado su adopción en todo el mundo, a pesar de que los científicos han aceptado ampliamente que son perfectamente seguros para consumir.
Qué podemos hacer nosotros
Salvar el planeta suena como algo demasiado grande que abarcar, ¿verdad? En esencia, lo es, pero aparte de las iniciativas empresariales y científicas, existen muchas formas simples de ayudar a tu planeta. Entre otras: usa bombillas de bajo consumo, apaga el ordenador por la noche, no precalientes el horno, recicla siempre el vidrio, usa un tendedero en vez de la secadora, usa servilletas de tela en vez de papel, dúchate en vez de bañarte, recicla todo lo que puedas y acuérdate de cerrar el grifo mientras te lavas los dientes.
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