Descubren un nuevo orden de seres marinos entre las anémonas de mar
Una criatura de las profundidades marinas que se pensaba que formaba parte de las anémonas grandes, con tentáculos de más de 2,2 metros de longitud, pertenece en realidad a un nuevo orden de animales.
Una criatura de las profundidades marinas que se pensaba que formaba parte de las anémonas grandes, con tentáculos de más de 2,2 metros de longitud, pertenece en realidad a un nuevo orden de animales.
El descubrimiento de este nuevo orden de Cnidaria (un filo que incluye a medusas, corales, anémonas de mar y sus parientes evolutivos cercanos) ha sido posible a partir de un estudio de la División de Zoología de Invertebrados del Museo Americano de Historia Natural (AMNH) en Nueva York, en el cual se ha elaborado el primer árbol genealógico evolutivo de las anémonas de mar basado en análisis de ADN.
Según Estefanía Rodríguez, conservadora adjunta del Museo y coautora de la investigación, el hallazgo es como encontrar el primer miembro de un grupo como los primates o los roedores y nos dice que aún hay mucho por descubrir en el océano.
El equipo internacional que ha desarrollado la investigación, en el que también han participado Alejandro Grajales, del Museo Americano de Historia Natural, Verena Häussermann, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en Chile, Meg Daly, de la Universidad Estatal de Ohio y científicos de otras instituciones de Brasil y Alemania, empleó cuatro años para organizar el árbol genealógico de las anémonas de mar de forma "natural" o filogenética, basado en sus relaciones evolutivas.
Las anémonas marinas son pólipos que pasan la mayor parte del tiempo sujetos a las rocas del fondo marino o sobre arrecifes de coral. Aunque varían mucho en tamaño y color, tienen muy pocas estructuras definidas, por lo cual es difícil clasificar a estos animales basándose solo en su morfología.
Las anémonas son seres muy simples y se les agrupa por su carencia de ciertos rasgos, como el esqueleto, o por no formar colonias como hacen los corales. Así que Rodríguez y sus colaboradores encontraron errores en las clasificaciones tradicionales de estos animales cuando examinaron sus datos moleculares.
Los investigadores compararon secciones particulares de ADN de más de 112 especies recogidas de todos los océanos. La especie que ha resultado no ser una anémona de mar era conocida hasta ahora como Boloceroides daphneae, y fue descubierta en 2006 en las profundidades del Pacífico. Pero el nuevo estudio la desplaza fuera del árbol genealógico evolutivo de las anémonas y la sitúa en un nuevo orden recién creado. Su nuevo nombre es Relicanthus daphneae y vive cerca de las fumarolas hidrotermales.
Es un ejemplo de evolución convergente, de especie que evoluciona de forma independiente hacia rasgos similares que otras especies de linajes diferentes pero sometidas a unas mismas exigencias ambientales. Aunque se parece mucho a una anémona de mar, no lo es.
La nueva investigación revela que mientras que las anémonas, a través de millones de años de evolución, perdieron ciertas características, la R. daphneae nunca las tuvo. “Ubicar a estos animales en el mismo grupo sería lo mismo que clasificar a gusanos y serpientes juntos porque no tienen patas”, dice Rodríguez. Por ahora, la Relicanthus daphneae es la única especie de este nuevo orden.