Dolinas o 'sinkholes', los grandes abismos terrenales
El accidente geográfico conocido como dolina o, como se le denomina en inglés 'sinkholes', consiste en una serie de socavones, grandes e impactantes agujeros que pueden aparecer en los suelos a causa de la acción erosiva del agua.
El accidente geográfico conocido como dolina o, como se le denomina en inglés sinkholes, consiste en una serie de socavones, grandes e impactantes agujeros que pueden aparecer en los suelos a causa de la acción erosiva del agua. En los casos en los que afectan a ciudades o carreteras, se convierten en un verdadero engorro, ya que pueden causar grandes catástrofes. Por ejemplo, en El Valle del Ebro, en España, es común la aparición de este tipo de depresiones en zonas urbanizadas, lo que pone en riesgo la vida del vecindario, la circulación por carretera o la integridad de los propios edificios. Pero, ¿cómo llegan a formarse exactamente la dolinas o sinkholes?
En esencia, su aparición, que puede estar relacionada tanto con causas naturales como con la acción humana, tiene que ver con que el agua. Comúnmente, el agua procedente de fuertes lluvias o que está presente por los bajos niveles del mar en esa zona, acaba afectando a una de las capas rocosas subyacentes del suelo, es decir, alcanza a modificar alguna de sus capas no superficiales. Cuando esto ocurre, pueden suceder dos cosas que hacen que se forme una dolina.
En primer lugar, podría ocurrir que bajo el suelo que pisamos se halle una caverna subterránea aunque no lo sepamos, y que, al afectar la erosión al techo de la misma, este se derrumbe y acabe dejándola al descubierto. En el segundo caso, puede darse que, no existiendo ninguna cueva, la acción del agua disuelva la roca que hace que el suelo se sostenga firmemente, provocando asimismo su derrumbamiento y dando lugar así a estos abismos terrestres.
Las dolinas naturales, un espectáculo visual
En cualquier caso, no todos los suelos resultan igual de susceptibles a la aparición de sinkholes. De hecho, el propio término dolina encuentra su origen etimológico en el esloveno, pues es en estas regiones -sobre todo en la región del Carso- donde resulta más común encontrarlas. Esto se debe al tipo de suelo que tienen y que está formado mayoritariamente por una serie de rocas específicas, como la caliza o el yeso, compuestas a su vez de minerales que se disuelven al entrar en contacto con el agua. A este tipo de relieve se lo conoce como relieve kárstico y ha dejado impresionantes paisajes naturales de los que podemos disfrutar.

Dolina en el País Vasco
La sal de roca alrededor del Mar mar Muerto o la piedra caliza en la Península península de Yucatán de México, son otros dos buenos ejemplos de la formación natural de dolinas en el mundo. En España, uno de sus conjuntos de dolinas naturales más conocido e impactante son las Torcas del Palancar, situadas en la provincia de Cuenca, y que se han convertido en un increíble atractivo turístico de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
Y es que además, son muchos los tipos de dolina que pueden formarse. Los sumideros, por ejemplo, son una clase de dolinas circulares que actúan de desagüe para el agua de lluvia y los caudales de los ríos pequeños; los tollos, muy comunes en la geografía castellanoleonesa, son similares a los sumideros, pero el agua que recogen es absorbida con mucha rapidez por el tipo de roca que los conforma.