Así fue la guerra entre chimpancés y gorilas
Los conflictos bélicos no son patrimonio exclusivo de los seres humanos; algunos de nuestros primos evolutivos, los chimpancés, han entrado en guerra con los gorilas, e incluso han protagonizado auténticas guerras civiles.
No son pocos los conflictos que podrían calificarse como bélicos entre animales no humanos, ya sea entre grupos sociales de una misma especie, o entre dos especies distintas. Los ataques de una especie contra otra es relativamente común cuando hay una relación directa de depredador y presa. Sin embargo, cuando se habla de conflictos de tipo bélico, se hace referencia a ataques por competencia, ya sea por el territorio o por algún recurso específico, y no tanto a la caza o la depredación. De todos ellos, tal vez el más llamativo es el sucedido en el parque nacional de Loango, en Gabón, entre chimpancés y gorilas.
El chimpancé es una especie extendida por el centro y el este de África, aunque con una densidad de población relativamente baja, y en la mayoría de los lugares convive con gorilas sin problemas.
En Loango la situación no era muy distinta. Hasta el año 2018, la interacción entre gorilas y chimpancés había sido pacífica, e incluso colaborativa. Pero, en 2019 los chimpancés abandonaron su habitual pacifismo y realizaron dos ataques contra las poblaciones de gorilas. En ambos casos, los que iniciaron el conflicto fueron los chimpancés y, en un curioso paralelismo con el comportamiento de la especie humana, la mayoría eran machos.

Grupo de chimpancés
El primer ataque
El 6 de febrero de 2019, una patrulla de 27 chimpancés realizaba una excursión fuera de su territorio, probablemente buscando ampliarlo. Ya por la tarde, y tras no encontrar nada, regresaron de vuelta a su hogar, separándose en dos grupos. Hacia las cinco de la tarde, el grupo más grande, formado por 18 individuos, se encontró con un pequeño grupo de gorilas compuesto por un macho de lomo plateado, tres hembras y una cría.
El conflicto se inició con una serie de exhibiciones de fuerza de los chimpancés, gritando y amenazando al grupo de gorilas. El gorila macho respondió con el mismo recurso y finalmente cargó contra una joven hembra. Nueve de los chimpancés del grupo —ocho machos y una hembra— atacaron entonces al enorme gorila de lomo plateado, saltando sobre él y golpeándolo repetidamente.
Los gorilas huyeron en retirada, pero el cachorro fue capturado por uno de los chimpancés. A pesar de los gritos de auxilio, los gorilas no pudieron rescatarle. Durante 15 minutos los chimpancés jugaron con el bebé y lo golpearon, hasta matarlo. Incluso después, una de las hembras adolescentes se quedó jugando con el cuerpo de la víctima mortal al menos durante tres cuartos de hora. En ese tiempo, los gorilas, desde lejos, gritaron un par de veces, y se escucharon los golpes de pecho habituales de esos animales. Pero no llegaron a acercarse de nuevo.
Aparte de la víctima mortal, dos machos de chimpancé terminaron con heridas leves y una hembra, la primera en ser embestida por el lomo plateado, herida de gravedad.

Familia de gorilas, con un macho de lomo plateado.
El segundo ataque
Sucedió el 11 de diciembre de 2019. Como la vez anterior, un grupo de 27 chimpancés patrullaban los bordes de su territorio cuando se encontraron con un grupo de gorilas en los árboles. El grupo lo formaban un macho de lomo plateado, un juvenil y dos hembras adultas con sendas crías.
El conflicto inició del mismo modo, con los gritos amenazantes de los chimpancés, y el macho gorila respondiendo, haciendo exhibición de fuerza, con los golpes en el pecho. La mayoría de los chimpancés treparon a los árboles, mientras cuatro de ellos se quedaron en el suelo.
No se sabe con certeza lo que sucedió en el dosel arbóreo, pero el enorme lomo plateado bajó a los pocos minutos y huyó, seguido de una de las hembras y su cachorro aferrado a su vientre. Los chimpancés no persiguieron al macho, pero acosaron a la hembra y a su bebé. Consiguieron arrebatarle la cría, aunque la madre la rescató con éxito y consiguió huir del escenario.
La segunda hembra, que aún estaba en los árboles, no tuvo tanta suerte. Fue acosada en el dosel por ocho machos adultos y una hembra adolescente. A pesar de que gritaba y agitaba los brazos tratando de asustar a los simios más pequeños y trataba de huir entre los árboles, en algún momento le arrebataron su cría.
A diferencia del primer encuentro, en este caso los chimpancés además de jugar con el cuerpo del cachorro, también se lo comieron.
La guerra civil
Estas observaciones constituyen los primeros conflictos entre coaliciones de chimpancés y gorilas conocidos, que un grupo de investigadores liderados por Lara M. Southern, de la Universidad de Osnabrück, Alemania, recopiló en un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature. Se piensa que los grupos de gorilas atacados son distintos —en la región habitan hasta siete grupos familiares—, aunque fueron llevados a cabo por miembros de la misma comunidad de chimpancés, la Rekambo.
Sin embargo, no se trata del primer conflicto de carácter bélico observado en chimpancés. Jane Goodall a mediados de los años 70, ya observó un suceso no menos llamativo: una guerra civil.
Sucedió en el parque nacional de Gombe, en Tanzania, en la comunidad Kasakela y, como en muchas guerras civiles humanas, el desencadenante fue una lucha por el poder. Tres machos rivalizaban por el dominio de la manada, y dos de ellos, hermanos, terminaron por independizarse, creando su propio clan, con cuatro machos más y tres hembras; los Kahama. La guerra civil duró desde 1974 a 1978, y tras palizas brutales, secuestros e incluso comportamientos de esclavitud, se saldó con la vida de toda la comunidad Kahama —los separatistas— y de un miembro de los Kasakela.
Para Jane Goodall, descubrir que los chimpancés no eran siempre los animales amables que se pensaba y que se parecen mucho más a la especie humana supuso un impacto perturbador, tan difícil de conciliar que incluso llegó a expresarlo en sus memorias.
REFERENCIAS: