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Deforestación: la carne de vacuno brasileña es desterrada por los supermercados europeos

Diferentes grandes cadenas de distribución estarían retirando de sus supermercados productos cárnicos sospechosos de provenir de áreas deforestadas de la Amazonía.

Hace poco sabíamos que Europa era el responsable del 16% de la deforestación vinculada al comercio global en el mundo a través de la importación de distintas materias primas, como la carne de vacuno, el café o la madera.

Debido a ello, el 17 de noviembre de 2021 la Comisión Europea decidió presentar un proyecto de reglamento en el que promete dejar de encontrar, en el mercado europeo, cualquier producto que haya contribuido tanto directa como indirectamente a la deforestación.

Esto daría lugar, según Bruselas, a una reducción de al menos 31,9 millones de toneladas de las emisiones de carbono por año. Y, además, incluiría productos como la carne de vacuno, madera, aceite de palma, cacao, soja o café, los cuales deberán contar con una “deforestación cero”, comprobable mediante un sistema adecuado de trazabilidad.

De esta manera, tal y como relatábamos hace poco, si una tonelada de soja procedente de Brasil, o una tonelada de aceite de palma llega de Indonesia a algún puerto europeo, y el comprador no puede demostrar que no pertenece a un área recientemente deforestada, simplemente no podría introducirse en el mercado europeo.

En este sentido, a mediados de diciembre conocíamos que varios grandes grupos de distribución, incluyendo Carrefour o Auchan, se han comprometido a retirar ciertos productos cárnicos sospechosos de estar directamente vinculados a la deforestación en la Amazonía, incluso aunque los fabricantes brasileños aseguren haber preservado el medio ambiente.

Se trata de un anuncio hecho público por la ONG Mighty Earth, después de la publicación de una investigación de un grupo de periodistas que implicaría a grupos como JBS, Minerva o Marfrig.

Esta ONG acusa a estos fabricantes de participar en la deforestación en determinadas regiones de Brasil. Y, además, sostiene que ciertos productos, ligados a la deforestación, ya se encuentran disponibles en los mercados europeos, en forma de carne fresca, carne seca o cecina.

Foto: Istock

Deforestación en el AmazonasFoto: Istock

Debido a ello, ya en Bélgica, Carrefour decidió retirar de sus tiendas una referencia de la marca Jack Link’s que fabrica parte de su cecina en Brasil con JBS, especialmente después de conocerse el informe hecho público por la mencionada ONG.

Como señaló Agathe Grossmith, directora de Proyectos RSC de Carrefour, “nos fijamos en el origen de los productos que tendríamos en otros países -si es que encontramos alguno- para tomar una decisión similar si se presenta el caso”.

A su vez, Auchan también había iniciado un procedimiento similar, para la retirada de un producto de Jack Link’s en Francia. De hecho, hace unas semanas se encontraba investigando su origen. Eso sí, el grupo también recuerda que no utiliza carne de vacuno de origen brasileño para sus marcas privadas.

De acuerdo a la ONG, la cadena de supermercados belga Delhaize se ha comprometido a “retirar todos los productos de Jack Link’s de sus estanterías”. Y anuncia que también existen otras iniciativas de otras grandes cadenas de reproducción a lo largo de Europa, como sería el caso de Albert Heijn o Lidl en Países País, o Sainsbury’s y Princes en el Reino Unido, quienes estarían haciendo todo lo posible para evitar vender carne de vacuno brasileña cuyos productores estarían vinculados a acciones de deforestación.

Según Nico Muzi, director de Mighty Earth Europe, “estas medidas comerciales, así como la nueva legislación europea destinada a luchar contra la deforestación importada, muestran que la soga está apretando a los destructores de bosques”.

Aunque los grupos brasileños han rechazado con cierta vehemencia estas acusaciones. En el caso de JBS, considerado como el productor de carne número uno del mundo, indicó en un comunicado que practicaba una política de tolerancia cero “para la deforestación ilegal”.

Concretamente, afirmó que había puesto en marcha un sistema de “control satelital de sus proveedores” hace diez años. Y que, por lo tanto, había excluido ya “más de 14.000 fincas” que no cumplían con sus especificaciones.

El grupo considera que, a día de hoy, no es posible “controlar a los proveedores de la misma manera”, pero dice haber invertido en una nueva “plataforma verde” para obtener, en 2025, “una cadena de suministro sin el menor rastro de deforestación ilegal”.

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