SOS por la Gran Barrera de Coral
El enorme arrecife coralino sufre un blanqueo o decoloración masiva debido al aumento de la temperatura de las aguas por el calentamiento global.
“La situación es crítica”. Ese es el parte médico emitido por Terry Hughes, que ha dirigido una inspección aérea de la Gran Barrera de Coral de Australia, habitualmente definida como la construcción biológica o el ser vivo más grande del planeta.
¿Y qué enfermedad sufre el arrecife coralino que se extiende a lo largo de 2.600 kilómetros y puede identificarse fácilmente desde el espacio? El nombre clínico es “blanqueo” y consiste en una decoloración producida por el estrés. La falta de nutrientes o el cambio de luz o temperatura de las aguas expulsan las algas unicelulares llamadas zooxantelas, responsables de su pigmentación.
Los expertos australianos han examinado la parte más septentrional –y mejor conservada a priori– del valioso ecosistema submarino, de Cairns a Papúa Nueva Guinea, que ocupa aproximadamente un kilómetro. Y el resultado de su examen es bastante desolador: de 520 corales, solo cuatro no muestran síntomas de blanqueo. O sea, que el 95% de estas colonias animales, un imán para la biodiversidad marina, está afectado.
Para Hughes, profesor de la Universidad James Cook (Australia), hay una causa evidente: el cambio climático, con el consiguiente calentamiento de los océanos, es el que está “empalideciendo” la Gran Barrera de Coral. A eso hay que añadir la especial virulencia del fenómeno El Niño está temporada.
Esta sería la tercera decoloración masiva que sufre el gigantesco arrecife desde 1998, y no hay indicios de que hubiera ocurrido antes un episodio similar. “Es demasiado pronto para decir cuántos de los corales afectados sobrevivirán, pero teniendo en cuenta que incluso los ejemplares más robustos están blancos como la nieve, probablemente la mitad morirá de aquí a un mes”, ha declarado Hughes.
Además, a la parte de la Gran Barrera que salga adelante le puede costar una década o más recuperar su lozanía.