
¿Tu perro podría sufrir TOC?
Las mascotas, al igual que las personas, pueden padecer trastornos obsesivos compulsivos. Te contamos cómo detectarlos en tu perro y qué hacer al respecto.
Los perros, al igual que las personas pueden sufrir TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). ¿Sorprendido? Pues es más común de lo que pensamos. Si los humanos afectados por estos trastornos pueden lavarse las manos un sinfín de veces al día por miedo a contagiarse de algún virus o comprobar de forma insistente si se han dejado el grifo abierto, la luz encendida o la puerta cerrada con llave, nuestros peludos pueden perseguirse la cola de forma anormal, estar ansiosos pensando solo en ir al parque para que les lancemos la pelota o chupar irrefrenablemente su juguete favorito y su propia piel. No, esto no es normal y si lo observas en tu mascota deberías llevarla al veterinario para que la examine.
En el caso específico de los perros que persiguen su cola obsesivamente, se encuentran similitudes con el comportamiento de personas con TOC:
- Ambos empiezan a mostrar estas conductas a una edad temprana.
- Suelen llevar a cabo más de una actividad compulsiva.
- El TOC en personas tiene relación con situaciones traumáticas y de estrés ocurridas en la infancia. En el caso de los peludos, se ha observado que se persiguen la cola más frecuentemente los canes que han sido separados demasiado pronto de sus madres.
- Muchos humanos con TOC son tímidos y tienen comportamientos inhibidos, ocurre lo mismo con los cánidos perseguidores de su cola.
¿Hace tu perro suficiente ejercicio?
Repetimos que ante cualquier comportamiento anormal de la mascota, lo primero que hay que hacer es acudir a la clínica veterinaria. Dicho lo cual, existen ciertos consejos que podemos empezar a llevar a cabo desde ya con la aprobación del experto.
Sé sincero, ¿tu perro sale a la calle lo suficiente para gastar su energía y desfogar fuera de casa? Ocurre que aunque los perros hayan sido diseñados para moverse mucho más de lo que lo hacen, hoy en día sean más sedentarios de lo que debieran. Pasear con él más tiempo, llevártelo a correr si eres runner, practicar agility y jugar y ofrecerle juguetes interactivos pueden ayudar con los comportamientos compulsivos.
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Todos hemos escuchado hablar de los Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC) en personas. Podría parecer extraño que estos trastornos mentales pudieran manifestarse en perros y también en gatos, pero aunque suele ser más inusual, sí ocurre.

Se trata de obsesiones o comportamientos repetitivos que, en el caso de nuestras mascotas, suelen pasar más desapercibidos. Solemos pensar que son acciones normales para ellos, pero esto se ve truncado en el momento en el que una acción habitual pasa a ser una obsesión para ellos.

No son más que acciones diarias que se convierten en obsesiones y que acaban alterando la vida de nuestros queridos peludos y, como consecuencia, la nuestra propia.

Como ocurre con las personas, cuando un perro sufre un TOC es porque, normalmente, cuenta con una historia a sus espaldas. En la mayoría de ocasiones, ese perro ha vivido experiencias muy chocantes para él (sobre todo relacionadas con la ansiedad) que han desembocado en este trastorno mental.

Los perros desarrollan los TOC de forma paulatina, ritualizando una acción habitual y pensando en la compensación por realizar dicha acción.

Si siempre que le sacamos a pasear le llevamos al parque y le lanzamos la pelota para jugar, el perro asociará que salir a la calle es sinónimo de jugar. Por ello, hasta llegar al lugar se sentirá ansioso y no existirá nada más para él, sólo tendrá el objetivo de llegar al parque y jugar con la pelota.

No debemos confundir un trastorno compulsivo con un comportamiento cuyo objetivo es llamar nuestra atención. En este último caso, la diferencia que existe con un TOC es que el animal sólo realizará ese comportamiento cuando nosotros estemos delante, nunca lo hará cuando lo dejemos solo en casa. En cambio, los TOC suelen manifestarse en todo tipo de situaciones.

A veces puede resultar difícil saber marcar la línea de aquello que puede ser un trastorno y lo que sólo es un comportamiento normal para los perros. Frecuentemente, todos aquellos comportamientos que a primera vista son comunes pero que se desarrollan fuera de un contexto normal, pueden acabar desembocando en un TOC.

Ladrar, morderse la cola, chupar un juguete, morderse o excavar son las acciones más comunes que suelen converger en un TOC. Pese a ser las más comunes, cualquier acción que se repita con frecuencia y se desarrolle en un ámbito poco común a esa acción puede convertirse en un TOC.

Es muy importante que cuando observemos en nuestro perro un posible síntoma de TOC acudamos al veterinario para explicarle el caso. Él será quien tenga que determinar si ese comportamiento se trata de un trastorno obsesivo compulsivo o es un mero comportamiento repetitivo que no se sale de lo normal.

En el caso que se trate de un TOC, será este especialista quién determinará el tratamiento más idóneo para nuestra mascota.

La medicación o la rectificación del comportamiento son los tratamientos más habituales para tratar estos trastornos. Por norma general se suele llevar a cabo un tratamiento combinado de medicación y rectificación.

La rectificación del comportamiento consiste en modificar el entorno o distraer a nuestra mascota en el momento en el que va a producirse la acción repetitiva.