Situaciones que estresan a tu perro y la solución
Quedarse solo en casa, un cambio de rutinas, no sacarle lo necesario a pasear, no ejercitar su mente… Todo esto y más pueden producirle estrés a tu perro.
¿Tu perro ladra sin motivo aparente? ¿Destroza cosas en casa? ¿De repente muestra comportamientos agresivos? No le culpes, es más que posible que esté estresado. Sí, como lo oyes, los animales pueden estar tan estresados como nosotros aunque no lleven nuestra acelerada vida, menos mal.
Tu perro no tiene mala conducta, está estresado
Cuando un can tiene estrés, lo que experimenta es tensión ante determinadas situaciones que le están agobiando. En este punto, el perro reaccionará ladrando sin parar y sin razón, mordiendo y rompiendo cosas en casa, persiguiéndose la cola sin descanso, mordiéndose a sí mismo, puede mostrarse agresivo… Por eso, como es una reacción ante una situación que le está agobiando, no deberías regañarle sino identificar qué es eso que le perturba y actuar en consecuencia. Es importante dejar claro que no se trata de un problema de conducta sino de una respuesta al estrés que está experimentando.
Existen dos tipos de estrés
Un perro puede sufrir dos tipos de estrés: crónico o agudo. El crónico es el que se alarga durante un periodo prolongado de tiempo porque la situación que le estresa se repite constantemente. Es muy peligroso ya que el peludo puede acabar desarrollando problemas de conducta y además le va a afectar negativamente a su salud.
El estrés agudo se produce cuando el momento perturbador se da de manera puntual y el peludo acaba por adaptarse y salir de él. Resulta mucho menos peligroso y fácil de remediar que el crónico.
Existen ciertas situaciones que, de manera general, estresan a los perros, como quedarse mucho tiempo solos en casa, los petardos, las mudanzas, la llegada de un bebé, de otra mascota a casa, que los lleven al veterinario, que les cambien sus rutinas…
En Muy Mascotas os damos soluciones para acabar con el estrés del peludo pero, antes de que la situación pueda desmadrarse o se convierta en crónica, lo más responsable es acudir a un etólogo. El etólogo es la persona que más nos puede ayudar ya que es experto en comportamiento animal. ¡No lo dudes y llévalo cuanto antes!

Si al volver a casa te encuentras con objetos destrozados y tus vecinos te han comentado que el perro se ha pasado el día ladrando, es casi seguro que el peludo esté estresado. Y que más concretamente esté sufriendo ansiedad por separación.

Cuando no nos es posible pasar más tiempo en casa, una buena solución es contratar los servicios de un paseador/canguro que saque a pasear al perro o se quede un rato con él en casa.

Los juguetes interactivos están pensados para que el perro se entretenga solo. Sería bueno contar con varios.

Los cohetes y los petardos son ejemplos de ruidos fuertes que estresan a muchos perros. Los canes desconocen de dónde vienen estos sonidos tan fuertes, se asustan y se estresan.

Es primordial mantener la calma para transmitirle seguridad, hacer como si no pasara nada, no acariciarle ni hablarle cuando tiene miedo, no regañarle si corre a esconderse…

Los perros son animales muy rutinarios que se sienten cómodos teniendo unos horarios fijos. Por eso, un cambio en las horas en que suele salir a pasear o en las que come puede producirle estrés. Es lógico ya que el can no sabe en qué momento podrá hacer sus necesidades y alimentarse.

Una mudanza es la madre de los cambios para un perro.

Si los cambios tienen que ser obligatorios, mejor hacerlos poco a poco, para evitar estresar a la mascota. Esto engloba la modificación de las rutinas, una mudanza, una redecoración de la casa…

Por norma general, a los perros no les hace ninguna gracia que los lleven al veterinario. Y es lo lógico ya que suelen ir para que se les vacune, se les examine, para que les operen, etc, situaciones todas ellas desagradables e incluso dolorosas.

Cuando llevemos al perro a la clínica, lo haremos manteniendo la calma, para transmitirle tranquilidad y premiaremos su buena conducta con snacks que le gusten.

Hay muchos perros que al meterse en el coche piensan que van al veterinario, por lo que se ponen nerviosos, otros directamente se marean. Y si el viaje es en autobús, tren, avión o barco, la separación de su humano les puede causar mucho estrés y ansiedad.

Una vez más, es básico que mantengas la calma para que él entienda que no hay nada que temer. Y si tu perro es de los que se marean, acude al veterinario para que él te recomiende algún medicamento para evitarlo.

No dormir todas las horas que necesita, además de estresar al perro, incide directamente en su salud. Un perro adulto suele dormir de media unas 13 horas al día, ocho o nueve por la noche y el resto de día.

Para empezar, al perro no se le debe molestar cuando está durmiendo. Y para continuar, deberemos cerciorarnos de que su camita le resulta cómoda, que no pase frío ni calor…

Se trata de un cambio muy importante en la vida del perro, llega otra personita a casa que se va a convertir en el centro del universo para sus humanos… Eso estresa.

Algunas ideas que dan los expertos son: ir montando poco a poco la habitación del bebé, ir incluyendo sus cosas progresivamente dejando que el perro las olfatee, cuando nazca pero aún no esté en casa grabarle para que el can se acostumbre a sus ruidos, dejarle oler su ropita…

La llegada de un animal a casa puede estresar a tu perro ya que puede sentir amenazado su territorio, puede pensar que no le prestas atención y tener celos…

Cuando un animal llega nuevo casa, hay que presentarlo como corresponde a la mascota que ya vive con nosotros.

El perro estará triste, puede que no tenga ganas de comer, que se muestre apático… Necesita pasar el duelo.

A un animal no se le debería enseñar o corregir con gritos, violencia o castigos. Esto puede provocar una conducta agresiva en él, traumas, que te coja miedo...

Regañar al perro por algo que hizo horas atrás no tiene ningún sentido. Él no sabrá por qué se le está regañando y, por tanto, no podrá corregir la mala conducta.

Para que el perro aprenda que lo que ha hecho está mal, habrá que llamarle la atención en el momento y siempre se intentará corregir su conducta con refuerzo positivo, sin gritos y mucho menos violencia física.

Además de aburrirle, acabará por estresarle. ¡No acaba nunca!

Es preferible que las sesiones de adiestramiento sean más cortas y repetidas en el día que muy larga y de una vez.

Los perros son animales inteligentes que disfrutan aprendiendo cosas nuevas, por lo que no proporcionarle estímulo mental alguno les producirá tristeza y estrés. También les gusta sentirse útiles.

Los juegos de inteligencia e interactivos son perfectos para estimular la mente del peludo, también los juegos de olfato.

Es necesario ajustar los tiempos de actividad a cada perro. Hay quienes necesitan paseos más largos y otros a los que les pueden resultan excesivos. Pregunta a tu veterinario la pauta correcta para tu peludo.

Por mucho que quieras a tu peludo… ¡no puedes estar todo el día encima de él! Él necesita tus mimos y cariño pero, de vez en cuando, quiere estar solo, en su rinconcito tranquilamente.

¿A quién le gusta que le priven de libertad? Nada más que decir.

Si notas que tu perro está estresado y la situación se está alargando demasiado pese a que estás tomando medidas, no lo pienses más y acude a un etólogo.