¿Quieres salir a pasear con tu gato? 15 consejos para hacerlo con éxito
Si te has decidido a pasear con tu gato, hay que tener en cuenta que no tratamos con un perro y que la aventura requiere de algunos trucos. Te desvelamos cuáles.
Un gato no tiene las mismas necesidades que un perro, eso está claro. Para el perro, el paseo es el momento culmen del día, cuando hace sus necesidades, marca sus territorios, se relaciona con otros perros y hace ejercicio. Los paseos para el can son relajantes e indispensables para su salud tanto física como mental, y además suponen un momento de conexión con su humano.
Sin embargo, para el gato no es necesario en principio salir a la calle. Son animales limpios, que hacen sus necesidades en casa, y que (en principio) no precisan de tanta relación con otros animales. Son solitarios y son felices en casa, por lo general, donde controlan su territorio y a los suyos.
No obstante, seguro que has observado que muchos gatos tienen tendencia “escapista” y que incluso se aburren dentro de casa. Para estos felinos que necesitan de una mayor estimulación, pasear con ellos puede ser una buena opción. Pero, eso sí, hay que tener en cuenta una serie de cosas para que no sea un momento traumático ni el gato pase por momentos estresantes.
La relación con el gato no es la misma que la que establecemos con un perro. Mientras que los canes tienden a obedecernos y a querer complacernos en todo momento (estamos siempre generalizando, pues la personalidad de cada animal juega también un papel importante), los gatos son más independientes y no llevarán tan bien que quieras dirigir su camino, por ejemplo. Para ellos es una buena idea una correa algo más larga que les permita caminar con libertad, como te contamos en la galería.
La elección del lugar es fundamental para que el paseo tenga éxito. La mejor opción siempre será un sitio no muy concurrido, un barrio tranquilo, o un parque que tampoco tenga una gran afluencia de perros, para evitar accidentes en lo posible. Además, procura que se trate siempre de espacios verdes; al gato no le suele gustar el asfalto.
Por supuesto, si tienes un jardín privado será la mejor opción para que el gato campe a sus anchas, aunque es cierto que algunos felinos, por su carácter, necesitan socializar con otros felinos, e incluso puede que con perros. En cualquier caso, lo más importante es que tomes la decisión según el temperamento de tu gato y sus necesidades.

Lo primero que debemos hacer antes de acometer el primer intento es sopesar los pros y contras, así como evaluar el carácter de tu gato.

Lo que nunca debemos hacer bajo ningún concepto es obligarlo a hacer algo que no quiere, pues es contraproducente.

Tras habernos decidido, lo primero es acostumbrarle al uso del collar y la correa dentro de casa. Y, si tu gato es como todos los mininos… ármate de paciencia.

Antes de ponérselos por primera vez, deja que huela el collar y la correa e incluso puede ser bueno que juguetee con ellos.

Es más cómodo y más seguro emplear un arnés en sus paseos que un collar, aunque puedes consultar con tu veterinario y que te recomiende el accesorio más apropiado.

Deja que la correa sea lo suficientemente larga para que esté cómodo y pueda moverse con cierta libertad.

Si ya está acostumbrado a salir a su aire (como en muchos pueblos pequeños, donde los gatos suelen entrar y salir de sus casas con total libertad), te costará más que se adapte a la correa. Lo dicho, mucha paciencia y algo de firmeza.

Camina junto a él con tranquilidad y sin forzarlo. Deja, en la medida de lo posible, que se mueva a su aire y elija el camino. El gato, ya lo sabemos, no funciona muy bien bajo órdenes estrictas.

Para el gato, lo mejor son los paseos muy breves, preferiblemente en lugares tranquilos donde no haya muchos perros: algún parque solitario, barrios tranquilos con zonas verdes…

Para que se acostumbre con mayor facilidad es bueno reforzar sus conductas positivas hacia el paseo con premios, como alguna chuchería saludable.

Si vives en una ciudad, evita las grandes arterias o las zonas muy concurridas. Evítale el estrés y el nerviosismo de la gran ciudad, y más si está comenzando a acostumbrarse a pasear.

Es mejor evitar los peligros para tu gato, así que intentaremos que se cruce lo menos posible con perros. Si tu gato es sociable no tiene por qué haber problemas, pero quizá os encontréis con perros que no toleran muy bien la presencia de gatos.

Debe estar adecuadamente desparasitado, chipado, vacunado y esterilizado. Si no, puede contraer alguna enfermedad parasitaria, en primer lugar, o sufrir en exceso en época de celo, si no le esterilizamos.

Si tienes un jardín en casa, estás de suerte; el gato puede tomar sus horas de sol y disfrutar de cierta libertad sin tener que pasear por la calle.

Y, lo más importante, no insistas si notas resistencia, miedo o signos de estrés en tu gato. No hay necesidad de que pase un mal rato.