Las enfermedades más comunes en los gatos
¿Sabes que igual que los perros los gatos pueden contraer la rabia? ¿Y que pueden contagiarse entre ellos la leucemia felina?
¿Sabías que cuando un gato está enfermo hace todo lo posible para que no se note? Por esta razón, los dueños de gatos tenemos que estar muy atentos al comportamiento de nuestro peludo. Como siempre, cuanto antes detectemos y tratemos el problema de salud, más rápida será su cura y menos sufrirá nuestra mascota. A continuación, te contamos unas cuantas señales que te puede enviar el minino y que indican que algo va mal en su organismo. ¡Apunta!
- Deja de limpiarse. Ojo con esto ya que cuando el gato deja de acicalarse algo grave está pasándole. Como consecuencia de no limpiarse tendrá el pelo sucio, sin brillo y apelmazado
- No come. Si tu pequeño no tiene mucho apetito un día concreto, no pasa nada, pero si esta situación se alarga en el tiempo, entonces deberías llevarlo al veterinario. La falta de apetito puede deberse sencillamente a que el pienso no le guste pero es mejor asegurarse de que no esconde alguna afección detrás de esta conducta.
- Está adelgazando a ojos vistas.
- No orina o lo hace de forma excesiva. En estos casos el felino puede estar padeciendo problemas urinarios. Cuidadito con esto.
- Tiene diarrea. Una cosa es tener diarrea un día puntual y otra muy diferente es encadenar varios días seguidos. Si esto ocurre puede indicar la presencia de parásitos, de una infección, de que tiene el intestino inflamado y hasta de la existencia de un tumor.
- Vomita. Un gato puede vomitar para expulsar bolas de pelo o puntualmente porque algo le ha sentado mal y se está purgando pero si esta situación persiste o vomita trozos de alimentos, deberías llevarle al veterinario.
- Estornuda y/o moquea. El gato puede tener alergia, algún objeto extraño atrapado en las fosas nasales o incluso un virus. Si sigue estornudando y/o moqueando ya sabes… ¡al veterinario!
Por mucho que se diga que los gatos tienen siete vidas, desafortunadamente existen enfermedades que pueden ponerles en peligro. Por su genética, fisiología o hábitos, hay una serie de afecciones que son más comunes en los gatos que en otros animales. Te las contamos.

Aunque es una enfermedad más habitual en perros, los gatos también están expuestos a padecerla, sobre todo aquellos que pasean fuera de casa y están en contacto con más mininos.

Se contagia por una mordedura de un animal ya contagiado y no tiene cura, pero sí se puede evitar el contagio con la vacuna antirrábica.

Aunque sus ojos son su punto fuerte (tienen una visión muy buena en la oscuridad), también se convierten en el punto más débil. Las legañas, la inflamación y el picor son los síntomas más comunes de conjuntivitis.

Según la gravedad de la conjuntivitis, puede tratarse de conjuntivitis cerosa, folicular o purulenta, las tres vinculadas a infecciones bacterianas o a alergias.

El suero fisiológico, la manzanilla y una buena higiene serán las claves para tratar esta afección.

Al igual que sucede en los humanos, los gatos también pueden sufrir cataratas. Se tiende a pensar que la mancha opaca aparece con el paso de los años, pero no sólo es la vejez la única causa por la que aparece. Los trastornos hereditarios o la diabetes suponen una de las causas principales en esta enfermedad ocular.

Una vez que el minino ha desarrollado cataratas, sólo existe una manera de eliminarlas: la cirugía del cristalino.

La fisiología del oído de los gatos hace que se convierta en una parte muy vulnerable. La cera y los parásitos se suelen quedar enganchados en las paredes de los oídos, provocando infecciones en el sistema auditivo.

Mantener limpia y seca la zona de los oídos ayudará a prevenir esta infección. En caso de contraer otitis se recomienda limpiar los oídos y acudir al veterinario, ya que será él quien asigne el tratamiento antiinflamatorio adecuado.

También conocido como FeLV, es un tipo de cáncer que afecta a los glóbulos blancos y a la médula ósea, dañando directamente al sistema inmunitario. La fiebre, la palidez en las encías, la falta de apetito y los vómitos suelen ser síntomas primerizos de esta enfermedad.

Se trata de una afección que se contagia a través de la saliva, las lágrimas y las secreciones nasales, sólo de felino a felino.

Pese a que no se puede curar, sí que se puede tratar y hacer que se convierta en una enfermedad crónica sin que sea mortal para el gato.

La mucosidad nasal y ocular, la dificultad para respirar o la tos suelen ser los síntomas principales y más comunes de esta infección pulmonar.

El frío, una mala alimentación y una mala herencia genética a desarrollar enfermedades pueden ser las causas por las que los gatos pueden contraer bronconeumonía.

El veterinario será quien determine el tipo de tratamiento para cada caso, pero, si no se trata de un caso grave, con una buena hidratación (para eliminar la mucosidad), el antibiótico adecuado y antinflamatorios el minino quedará a salvo.