El baño del perro: 15 mitos sobre canes y agua
¿Los perros necesitan muchos baños al año? ¿Es mejor hacerlo en la bañera o en el exterior? Te contamos algunos mitos sobre el baño de nuestros peludos.
El baño y la limpieza del perro siempre es motivo de controversia entre los amantes y dueños de los canes. Asuntos como la frecuencia del baño, el champú que debe usarse, el tema de los parásitos o la necesidad o no de secado en profundidad siempre salen a colación. Eso, unido a que algunos perros adoran el baño y otros lo odian, hace que los dueños siempre estemos algo confusos al respecto.
La realidad es que una buena higiene del can es importante, tanto para ellos como para los humanos que convivimos con ellos. Aunque depende mucho del tipo de perro, su estilo de vida y su carácter (si es más grande, más activo, etc), la frecuencia ideal oscila entre una vez al mes o cada tres meses, pero no es necesario seguir un “calendario”.
Para que el baño no sea una experiencia traumática ni para el perro ni para el humano, hay algunos sencillos pasos que podemos seguir. Lo primero es regular la temperatura del agua, que debe rondar los 38 grados, aunque en verano (sobre todo en perros medianos o grandes y activos que disfrutan del baño), si disponemos de manguera y jardín ellos disfrutarán de una ducha que aplacará los calores (siempre regulando bien la presión de la manguera para no hacerles daño con el chorro).
También es importante acostumbrarle desde cachorro al baño con caricias y palabras cariñosas, para que el animal vea que es un momento más en el que disfrutar de la compañía de su dueño. Y, sobre todo, debemos intentar no ponernos nerviosos, pues le transmitiremos la tensión al animal. Otro aspecto a tener en cuenta es la edad: no todos los veterinarios coinciden en la edad a la que empezar a bañar al cachorro.
Pero, ¿qué hacemos con esos mitos recurrentes? Ante la duda, lo mejor es consultar a nuestro veterinario, pero aquí desmentimos algunos.

Muchos dueños de perros les bañan con un champú para humanos, y es algo que no se debe hacer. Ellos tienen su propio tipo de piel (y por supuesto de pelo) y necesitan sus propios productos. Hoy en día, cualquier supermercado tiene productos de marcas específicas a precios accesibles.

Es recomendable esperar hasta que tengan dos meses. Sin embargo, si llega muy sucio, podemos bañarle con mucho cuidado a partir de las seis semanas. Sobre todo es muy importante no bañar al cachorro antes del destete, pues su madre podría no reconocer su olor.

Si tenemos un jardín o patio y el perro es muy activo y el clima es bueno, bañarlo allí puede ser un gran momento de disfrute para él y también más cómodo para nosotros.

A muchos no les gusta nada, por lo que debemos observar cómo reaccionan desde cachorros e intentar que el baño no sea un momento de tensión para ellos.

Sí y no. Depende de su tamaño, de su tipo de pelo, del clima… En cualquier caso, si se puede evitar es mejor no usar secador; no les suele gustar nada.

Todo depende de lo activo que sea el animal y de su tipo de pelo. No es lo mismo un chihuahua que un pastor alemán, por ejemplo. La frecuencia la marcará cada perro.

Sólo hace falta observarlos para saber que no es así. El perro es un animal doméstico que no está acostumbrado a la vida “salvaje”. Además, ya sabemos que les gusta jugar en sitios cuanto más sucios, mejor.

El agua de mar o río es muy buena para ellos y a la mayoría les encanta, pero, como ocurre con los humanos, no les lava en profundidad. De hecho, después de su baño en la playa, deberíamos lavarles en casa.

No, si empleamos un champú adecuado. Si observamos algún problema en su piel, debemos consultar siempre al veterinario para que nos recomiende el mejor champú para nuestro perro.

El baño con champú los previene, pero no los elimina. Para ello necesitaremos usar también productos antiparasitarios específicos.

No necesitan tanta higiene dental como los humanos porque no son tan propensos a las caries, pero un dedil y un poco de maña o un hueso sintético específico para los dientes, no nos vendrán mal.

Aunque el resultado es más profesional, si a nuestro perro no le gusta el baño lo pasará aún peor en manos de extraños. Las palabras de cariño son fundamentales.

Esto es cierto. Si desde sus primeros meses observa que no es peligroso ni extraño, será mucho más fácil el mantenimiento de su higiene, ¡y no nos llenará la casa de agua con cada baño!

Hay que tener mucho cuidado con sus oídos, especialmente en razas con orejas delicadas. Lo mejor es lavarle con mucho cuidado la parte externa y evitar que entre agua en la parte interna.

El baño los activa, como a las personas. Por eso es mejor bañarle de día, así por la noche podrá descansar y no relacionará el baño con el estrés.