¿Conoces al cerdo mangalica? ¡Tiene el pelo rizado!
El cerdo mangalica es una raza de procedencia húngara que llama la atención por su peculiar pelaje similar al de una oveja. ¿Quieres saber más sobre él?
El cerdo mangalica se ha hecho bastante famoso desde la década de los 90 hasta ahora, tanto que algunos piensan que es un montaje debido a la peculiaridad de su aspecto. Esa característica se la da su pelaje rizado y de textura lanosa, similar al de una oveja. Cuando son cachorros, el pelaje no es tan rizado pero ya tiene ese aspecto de lana tan característico, como se observa en la galería a continuación. Su carácter juguetón y afectuoso ha hecho de él una buena mascota, si disponemos de espacio para ello. No es tan popular como otras razas, como el cerdo vietnamita, pero sí es bastante conocido.
El mangalica pertenece al mismo tronco al que pertenece el cerdo ibérico. Por tanto, procede de esa mezcla entre cerdos de la rama mediterránea y los semisalvajes de la región de los Cárpatos. Actualmente, Hungría sigue siendo su principal lugar de cría, pero también encontramos criaderos de esta raza (orientados sobre todo al consumo de su carne) en países como Alemania, Suiza y Austria, así como en España.
Es una raza complicada de conservar porque sólo tiene entre cinco y ocho crías por camada, a diferencia de otras razas de cerdos más comunes, que tienen entre doce o catorce. Se estima que a finales de la década de los 80 apenas había unos 200 ejemplares del cerdo mangalica en granjas de Hungría. Entonces fue cuando un genetista compró los ejemplares restantes y se dio a la tarea de conservar y perpetuar esta raza.
Según sus criadores, el cerdo mangalica puede ser educado como un animal doméstico; de hecho, suelen decir que su carácter es parecido al de un perro, juguetón y afectuoso con los suyos. Será un buen compañero para la familia siempre que tengamos el espacio adecuado para que el animal pueda estar cómodo y ser feliz.
Aunque ya es más común tener un cerdo como mascota, hay que tener en cuenta que no todas las personas pueden convivir con este animal. Por su carácter afectuoso y su naturaleza inteligente, el cerdo puede ser una gran mascota, siempre y cuando dispongamos del espacio adecuado y las capacidades necesarias para su cuidado.
En cualquier caso, ya os estéis planteando o no tener un mangalica como mascota, os traemos algunas curiosidades sobre esta raza.

En sus orígenes, la raza fue creada para las comidas de las clases altas del Imperio austrohúngaro en las primeras décadas del siglo XX, por la calidad de su carne.

Procede, por tanto, de Hungría, y su origen está en los cruces entre dos razas de cerdo rumanas semisalvajes (Szalonta y Bakony) con la raza primitiva mediterránea Sumadija.

A finales de los 80 se encontraba en peligro de extinción y un genetista alemán compró los ejemplares restantes, perpetuando de esta forma la raza.

Curiosamente se salvó gracias a la calidad de su carne, pero hoy en día es también muy apreciado como animal de compañía (siempre que dispongamos del espacio adecuado para él).

También encontrarás a este animal denominado como cerdo mangalitsa o mangalitza, según las zonas.

En 1991 volvía a estar al borde de su extinción, cuando una empresa española se dedicó a su conservación para el consumo de su carne.

Su rasgo más característico y lo primero que llama la atención sobre su aspecto es su pelaje lanoso y rizado, similar al de una oveja.

En invierno tiene ese aspecto de lana, mientras que en primavera y verano presenta rizos más finos y suaves, para adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes.

Dependiendo de su color existen cuatro tipos de cerdos mangalica: el rojo (que tiene ese tono entre rojizo y marrón oscuro), el negro, que apenas se encuentra en la actualidad, el rubio (el más habitual) y el golondrino, cuyo pelaje es blanco y negro.

Los ojos tienen que tener a su alrededor el pelaje negro y las uñas también deben ser negras.

Es muy resistente a condiciones climáticas extremas debido en gran medida a su peculiar pelaje, y en general su salud es buena.

Sus criadores suelen decir que su carácter es muy similar al de un perro.

Se dice que pueden llegar a ser muy cariñosos y juguetones, si los cuidas y tratas bien, por supuesto, y si satisfacemos sus necesidades.

No obstante, siempre hay que tener presente que no es una “simple” mascota. El cerdo en general necesita espacio y naturaleza a su alrededor, por lo que sólo se recomienda para personas que vivan en el campo o en pueblos pequeños.

Una curiosidad: en redes sociales generan mucha confusión las fotos de cerdos mangalica, porque la gente suele creer que se trata de un montaje.