Cómo acariciar a un perro desconocido
Está prohibido empezar a tocar a un perro que no te conoce por la cabeza, acercarte a él con prisas y mirarle fijamente a los ojos.
¿Te ha pasado alguna vez que has ido a acariciar a un perro por la calle y a punto ha estado de calzarte un mordisco? Si la respuesta es afirmativa, has de saber que no a todos los perros les gusta que un desconocido les ponga la mano encima (para acariciarlos, claro), que otros pueden tener problemas de conducta, traumas con humanos… y que, ojo al dato, nos podemos haber acercado de una manera que, en lenguaje canino, resulte amenazante, dominante o de invasión de su espacio. ¡Y nosotros sin saberlo y haciéndolo con la mejor de las intenciones!
La situación típica es ver por la calle a alguien con un perro monísimo al que nos gustaría tocar y, sin preguntar al dueño si se puede o no, lanzarnos efusivamente a acariciarle la cabeza (ahí, con energía). ¿Sabías que para un can esta manera de proceder puede ser muy invasiva y consecuentemente puede reaccionar de mala manera? ¡No te conoce de nada! ¿No reaccionarías mal si a ti te ocurriera eso? Posiblemente ¿verdad?
Para que no ocurran situaciones desagradables, deberemos tener en cuenta una serie de pautas no invasivas ni amenazantes para el animal, así como estar atentos a su lenguaje corporal. Repasemos algunas señales que nos indicarán si podemos acercarnos o debemos alejarnos.
¡Adelante!
Podrás acercarte al perro si le ves una postura relajada; no tiene el rabo entre las patas ni recto hacia arriba, de hecho lo mueve mientras te aproximas y notas que busca el contacto con las personas.
Mejor da marcha atrás
No te recomendamos que toques a un perro que se está escondiendo entre las piernas o detrás de su dueño o que notas que te evita; tampoco si se relame continuamente y bosteza; si tiene los ojos entrecerrados, eriza el lomo, gruñe o tiene las orejas y la cola tensas.
Una vez hemos descifrado su lenguaje corporal para saber si está dispuesto a que lo toquemos o no, vamos a entrar en el paso a paso de cómo acariciar a un perro desconocido para no sufrir ningún contratiempo. No te pierdas la galería a continuación para descubrirlo.

Antes de acercarnos a acariciar a un perro desconocido, deberíamos preguntarle a su dueño si se le puede tocar. Hay canes que son más tímidos que otros y prefieren que no se les acerquen personas que no conocen de nada. Otros, por el contrario, están encantadísimos de recibir caricias a diestro y siniestro. Estos últimos son auténticos relaciones públicas.

Lo ideal es que lo hagas de manera lateral y despacito.

Los perros interpretan las miradas fijas y sostenidas a los ojos como una amenaza, tanto hacia a él como hacia su humano.

Aunque sea lo típico, no es recomendable que nos acerquemos a un perro que no nos conoce desde arriba pues, de lo contrario, podemos intimidarle. Lo mejor es ponernos a su nivel, es decir, en cuclillas. Esta postura tiene que permitirnos mantener el equilibrio e incorporarnos rápidamente en caso de que el animal no reaccione bien a nuestro acercamiento.

De nuevo, otro comportamiento típico que no es muy adecuado llevarlo a cabo con un perro desconocido. En lenguaje perruno, tocar la cabeza es un gesto de dominación, muy agresivo para un primer contacto. Ya habrá tiempo.

Preséntate acercando suavemente la mano para que la huela. Lo ideal es que lo hagas con la palma hacia abajo y los dedos recogidos. Te decimos esto por seguridad, por si le diera por morder, que no te atrapara un dedo.

Si a estas alturas el perro no ha hecho ningún extraño, puedes acariciarle en la zona del mentón. ¿Da un paso atrás o parece que no le gusta que le toques? Abandona. ¿Se muestra amistoso? ¡Sigamos!

Si hemos pasado la prueba de fuego del mentón, podremos pasar a acariciarle los costados y el cuello con más confianza. Seguramente el perrete esté ya como loco de contento.

Los expertos recomiendan que, aunque el perro esté encantado con los mimos, es mejor no aventurarse a acariciar zonas que son vulnerables para los canes como la panza y las pezuñas. Recordemos que el perro no nos conoce de nada.

No se abraza ni se dan besos. En lenguaje canino los abrazos son una forma de dominación. Además, este gesto les impide escapar si así lo desean, por lo que pueden estresarse. Los besos son invasivos.