Tener un gato (o cualquier otra mascota) en casa es una gran responsabilidad que nos obliga a asegurar siempre su bienestar. Tras cumplir con los cuidados básicos referentes a la alimentación, vacunación, visitas a la clínica, atención y espacio, existen algunos puntos que deberíamos tener en cuenta. Nos estamos refiriendo a ciertas conductas que no son muy adecuadas para la salud del felino y que quizá no seamos conscientes de su peligrosidad.
¿Sabes que si fumas delante de tu mascota el humo también le afectará a sus pulmones? Además, si el animal de compañía es un gato, el riesgo aumenta ya que al estar continuamente lamiéndose, arrastrará con su lengua las posibles partículas tóxicas que se hayan podido depositar en su pelaje.
En el ámbito de la alimentación, gestos como darle comida cruda, dulces e incluso chocolate pueden tener consecuencias nefastas. Los alimentos crudos tienen bacterias que pueden ocasionar graves problemas en el organismo del gato, el azúcar, como imaginarás, no es nada recomendable y el chocolate contiene teobromina, una sustancia tóxica para los felinos.
En cuanto a la educación, flaco favor se le hace al animal al jugar con él con un puntero láser. La razón es tan sencilla y obvia como que jamás podrá atrapar con sus garras la luz y finalmente se frustrará. Tampoco es recomendable acostumbrarle desde pequeño a entretenerse con tus manos o tus pies. Cuando crezca seguirá pensando que estas partes de tu cuerpo son su juguete y sus garras hundiéndose en tu piel ya no te harán tanta gracia. Créenos cuando te decimos que una vez que un gato ha aprendido a jugar con las manos o los pies de su humano es muy complicado (por no decir imposible) que se desacostumbre. Siempre, siempre juega con él con juguetes, para eso están.
¿Te gustaría saber qué otras cosas puedes estar haciendo mal con tu minino? No te pierdas la selección de conductas nocivas para él que hemos preparado a continuación y empieza a cambiar las que sin darte cuenta estás llevando a cabo. ¡Es por su salud física y mental!
Chillarle
No trae nada bueno hablarle al gato a gritos, lo estresarás y puede que hasta te coja miedo. A nadie le gusta que le hablen a voces, a las mascotas tampoco.
Asustarle
Hay quien asusta al gato esperando una supuesta reacción graciosa (para él no para el animal, claro). Esto, además de interrumpir su tranquilidad, puede generar reacciones agresivas ante una situación que le produzca miedo.
Comprarle un transportín inestable
El transportín no tiene que gustarte a ti sino a tu gato. Es para lo que es: para transportar al gato cuando lo llevas al veterinario o de viaje. Por eso, debe ser lo más estable posible para él, o lo que es lo mismo, rígido. También es recomendable que no tenga aberturas a través de las cuales le lleguen miradas intimidantes de personas o de otras mascotas. Algunos veterinarios hasta recomiendan cubrir el transportín.
No dejarle dormir
¿A ti te gusta que alguien interrumpa tu reconfortante sueño? No, ¿verdad? A él tampoco. Además, le estarás privando de un descanso que él necesita.
Darle comida cruda
Esta práctica entraña riesgos debido a las bacterias que pueblan los alimentos crudos.
Darle chocolate
Peligrosísimo, pues es tóxico para él.
No pasar por casa durante varios días
Es cierto que un gato puede pasar varios días solo en casa con comida y bebida. Pero si planeas irte más de cinco de días, que se quede solo guardando la casa no es buena idea. Mejor que una persona de confianza a la que conozca se vaya con él esos días que tú no vas a estar.
Darle un pedacito de dulce
El azúcar no le hace ningún bien a su organismo. De hecho, los gatos no son capaces de identificar el sabor dulce, sus receptores están “desactivados”.
Jugar con un puntero láser
Puesto que el animal jamás logrará atrapar la luz, acabará por frustrarse. Mal.
Forzarle a relacionarse
No es buena idea forzarlo a interactuar con alguien o con otro animal. Los felinos son de naturaleza precavida y desconfiada por lo que es mucho mejor que le des todo el tiempo que necesite para que se acerque.
Fumar delante de él
Si fumas delante de tu mascota, la estarás convirtiendo en fumadora pasiva y, por tanto, dañándole los pulmones. Además, los gatos, al lamerse, pueden ingerir las partículas de tabaco que hayan podido posarse en su pelaje.
Soltarle “a pelo” en un lugar con otro gato
El gato es un animal muy territorial al que no le hará ninguna gracia que lo lleves a casa de alguien que tiene otro minino. Cosa distinta es adoptar un minino y presentarlos como mandan las normas “gatunas”.
Educarle con golpes
En Muy Mascotas no nos cansamos de repetir que la educación de los animales de compañía siempre, siempre tiene que basarse en premios, buenas palabras, caricias… Es decir, enfocándola en positivo.
Jugar con las manos
Aunque cuando el gato es pequeño tenemos la enorme tentación de jugar con él con las manos, esto es un error. La razón es tan sencilla como que cuando se haga adulto y le crezcan sus buenas garras, seguirá jugando de la misma manera, contigo y con todo el que se le acerque, con el riesgo de hacer daño. Siempre hay que jugar con juguetes.
Acariciarle la barriga
Por lo general, a los gatos no les agrada que les acaricien la tripa. Se trata de una parte muy sensible y vulnerable de su anatomía que, a veces, muestran como forma de incitar al juego o por simple excitación. No es nocivo para su salud pero
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