Las fascinantes plumas no solo les sirven a los pájaros para volar sino también para dirigir el sonido a los oídos, cortejar a las hembras, nadar y hasta caminar en la nieve.
Hechas del mismo material que nuestras uñas y cabello, las plumas de las aves se componen de queratina. Este material es muy fuerte y a la vez ligero, de ahí su idoneidad para el vuelo (además de los huesos huecos y fuertes que vienen de serie). Sin embargo, como más adelante podrás comprobar en la galería de fotos que hemos preparado, las plumas no solo les sirven a las aves para elevarse del suelo sino que atesoran una buena cantidad de funcionalidades. Llegados a este punto, es lógico pensar que no pueden ser todas iguales y, efectivamente, no lo son.
Distintas funciones, diferentes formas
Las plumas destinadas al vuelo son largas, fuertes y con una forma característica en la que una mitad (longitudinalmente hablando) es llamativamente más ancha que la otra. Esta forma permite a las aves cortar el aire ejerciendo muy poca resistencia.
Las plumas que ayudan al ave a mantener la temperatura son suaves y vellosas. Son las más pequeñas de todas y tienen apariencia algodonosa. Es el conocido plumón.
Existen otras, llamadas semiplumas que, además de evitar que el animal pierda calor lo ayuda a flotar. La semipluma es visiblemente más pequeña que las de ala y cola, además de poseer más barbas sueltas (las de vuelo son más rectas).
Más usos de las plumas
¿No te parecen las plumas todo un ingenio de la naturaleza? Pues, además de las funcionalidades que ya hemos desvelado, hay plumas que sirven para bucear y nadar, para andar por la nieve, para proteger del sol y del viento, ayudar a digerir peces, conquistar damiselas aladas (y si no que se lo pregunten al ave del paraíso macho que habita en Nueva Guinea) e, incluso, para dirigir los sonidos a los oídos. Esta última utilidad se da, entre otros, en los búhos y la llevan a cabo los característicos pinceles que estas rapaces lucen enhiestos en la cabeza y que no, no son sus oídos sino “simples” plumas que dirigen el sonido donde deben para que el ave oiga.
Volar
Empezamos por la función más obvia, la de volar. Las plumas que sirven para esto son muy fuertes y rígidas.
Oír
Los búhos y otras rapaces nocturnas recolectan y dirigen los sonidos a sus oídos gracias a unas plumas distribuidas en su cara a modo de plato, que conforman el conocido como disco facial.
Camuflarse
Tener un plumaje colorido no es nada recomendable si se quiere ser invisible para los depredadores. Muchas aves tienen plumas que parecen hojas que se han caído de los árboles y que las hacen mimetizarse con el entorno.
Digerir
Ciertas aves que se alimentan de peces ingieren también sus propias plumas para proteger su sistema digestivo de cualquier huesecillo afilado que contengan.
Flotar
Aves acuáticas como los patos flotan en el agua gracias al aire que atrapan con sus plumas sedosas.
Mantenerse calientes
Para mantenerse calientes, las aves retienen bolsas de aire cerca de su cuerpo empleando sus plumas sedosas como las semiplumas. ¿Has visto alguna vez a un ave agitando rápidamente su plumas cuano hace frío? Es su manera de añadir más aire para mantenerse caliente.
Protección contra el sol
Las plumas que son más oscuras protegen a las aves del sol.
Caminar por la nieve
¿Sabías que hay aves como el urogallo que tienen las patas cubiertas de plumas en invierno? La naturaleza es tan sabia, que provee al animal de ellas para que pueda caminar sin hundirse en la nieve propia de su hábitat natural.
Cortejar
A la hora de cortejar a una dama, los machos emplean sus vistosas plumas (generalmente de más belleza que las femeninas) desplegándolas, a veces de manera tan sorprendente como lo hace el ave del paraíso de Nueva Guinea.
Amortiguar el sonido
Es lo que hacen las rapaces nocturnas: usar las alas para amortiguar el sonido que hacen al acercarse a sus víctimas.
Nadar y bucear
Algunas aves se sirven de sus plumas externas para nadar, es el caso de los pingüinos.
Construir nidos
Muchas aves colocan en sus nidos plumas de aves acuáticas con idea de que los huevos se mantengan calientes, además de hacer de almohadita.
Enviar señales visuales
Tanto el color como el patrón de las plumas sirven para enviar señales a posibles parejas o a los rivales.
Soporte
Cuando las aves están en el suelo o subiendo a los árboles (pájaros carpinteros, por ejemplo) emplean las plumas de la cola como soporte.
Distraer a los depredadores
Cuando un ave es atacada o asustada por un depredador, puede perder varias plumas del susto. Esto puede ayudarla a escapar del ave atacante dejándole el pico o los pies cubiertos de plumas.
Regular su temperatura corporal
Si tiene calor, el ave puede exponer al frío cabeza y patas. Si tiene frío, las meterá dentro de sus plumas para darles calor.
Sentir
Aunque las plumas no tienen nervios, sí que estimulan aquellos que rodean la parte de la pluma que está en contacto con el cuerpo del animal. Así, las aves posicionan o cambian la posición de sus plumas en función de la estimulación de los nervios.
Protección contra el viento
El fuerte contorno de las plumas protege a las aves del viento.
Deslizarse en la nieve
Los pingüinos se deslizan como trineos empleando las plumas lisas de la barriga así como las de sus alas. ¡Y sus pies!
Protección contra el agua
Las plumas están hechas de un material duro llamado beta-queratina que es resistente al agua y al desgaste.
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