¿Mi perro está sano? Pautas para realizar una revisión casera
Los propietarios debemos inspeccionar el cuerpo de nuestro animal a diario para comprobar que no hay ningún contratiempo ni se le ha quedado ningún cuerpo extraño enganchado. Cabeza, tronco y patas son nuestro objetivo.
Entre la multitud de deberes y obligaciones que tiene un buen propietario para con su adorable amigo, nos encontramos con una actuación de fundamental importancia: la revisión casera. No pretendemos que tengáis en casa un fonendoscopio, un ecógrafo o cualquier otro aparato médico entre los electrodomésticos del hogar, pero sí que dediquemos un poco de nuestro tiempo a echar un vistazo a la parte externa de nuestro animal para mantenerle con buena salud en la medida que esté en nuestra mano.
No podremos inspeccionarle interiormente (para eso está en veterinario) pero diferentes partes importantes de su organismo están a la vista y tenemos fácil acceso para inspeccionarlas y mantenerlas a salvo.
La cabeza tiene algunos de los órganos más utilizados para la comunicación. Ojos, nariz y orejas son foco de parásitos y cuerpos extraños. Limpiaremos las legañas de los ojos, la suciedad y cera de las orejas. La nariz debe estar siempre limpia y húmeda.
Aunque el gusto no sea uno de los sentidos más desarrollados del animal, el buen estado sanitario de su dentadura es imprescindible. La dejadez en su higiene bucal puede provocar graves infecciones e incluso la pérdida dentaria.
Para inspeccionar detenidamente el tronco de nuestro mejor amigo debemos tener presentes varios puntos: el estado de la piel y el pelaje, la aparición de parásitos o cuerpos extraños, el peso del animal “midiéndolo” en la zona de las costillas y la higiene de la zona anal.
Por otra parte, las cuatro columnas que mantienen al perro, las extremidades, requieren los mismos cuidados a nivel de higiene capilar y dermatológica que el resto del organismo.
Como cuidados especiales, en las extremidades debemos tener dos puntos presentes: las uñas y las almohadillas. Las primeras se le pueden cortar si no se desgastan lo suficiente con el roce del suelo, pero debemos consultar con un veterinario cómo hacerlo porque sus uñas tienen una terminación nerviosa y dos pequeños vasos de sangre. Las almohadillas se deben proteger si cambiamos bruscamente de terreno.
Revisión de la cabeza
En esta importante parte del organismo se encuentran alojados cuatro órganos de los sentidos. Nuestra función será comprobar que todos se encuentran en perfecto estado y dispuestos a realizar sus funciones.
Los ojos
Los ojos de nuestro amigo deben estar limpios. Diariamente retiraremos con gasas o papel (higiénico o de cocina) las secreciones que puedan aparecer. Es bastante frecuente en animales de pelo largo, razas "chatas" y/o de ojos saltones. No es recomendable utilizar colirios o remedios caseros de limpieza ocular (agua hervida con sal, agua de manzanilla...) sin consultar con el veterinario.
Las orejas
Las orejas deben estar limpias, sin secreciones y libres de pelo. Al menos una vez a la semana quitaremos la cera que se produce de forma natural con una gasa o con papel (higiénico o de cocina). No utilizaremos bastoncillos para evitar lesiones en zonas internas (tímpano). En animales con mucho pelo es conveniente retirar el que nace en el inicio del conducto auditivo. El veterinario nos explicará cómo hacerlo. Tampoco debemos utilizar productos de limpieza auricular si no nos lo ha recomendado el veterinario.
La nariz
La nariz debe estar limpia, fresca y húmeda. Muchos dicen que podemos saber si el animal tiene fiebre si su nariz está caliente y seca. Puede orientarnos, pero para saber la temperatura de nuestro perro, lo más adecuado es un sencillo termómetro.
La boca
En el perro no es tan importante el sentido del gusto pero sí el correcto estado higiénico de la boca, más concretamente el estado de la dentadura. Ya hemos comentado la importancia de una alimentación seca para que los dientes estén limpios y relucientes. También sería ideal acostumbrar al perro desde cachorro a una limpieza dental semanal con cepillos y dentífricos especiales para ellos.
El repaso del tronco
En esta alargada parte del animal debemos tener presentes varios puntos, desde la piel pasando por su peso hasta el estado de la zona anal.
Piel y pelo
Los cepillados diarios son fundamentales para que nuestro buen amigo tenga una inmejorable calidad capilar y dermatológica. El cepillado favorece la circulación sanguínea, elimina el pelo muerto, colabora al nacimiento del nuevo y se convierte en una gratificante caricia si acostumbramos al animal a esta rutina desde pequeño.
Los baños
Podemos aprovechar el momento del baño para revisar el pelo y sobre todo la piel de nuestro animal, porque con el agua el pelo se puede retirar mejor para observar. Báñale con productos para perros y con la frecuencia que indique su veterinario y el peluquero canino, que conocen vuestro estilo de vida.
Medir su peso
El tronco de nuestro perro nos da una gran idea acerca de lo correcto o incorrecto de su estado de peso. Cuando acariciamos la zona de las costillas debemos notarlas, de lo contrario, nuestro animal tiene sobrepeso.
¿Tiene "michelines"?
La grasa se suele depositar en la parte baja de su vientre, el destino de los picoteos y excesos que el dueño le proporciona. Si aparece grasa "colgante" en esta zona podemos confirmar, sin temor a equivocarnos, que el animal necesita cambiar de dieta.
La importancia de las caricias
No solo nos referimos al confort que le proporcionamos sino que también sirven para detectar posibles abultamientos, parásitos, espigas…
Las glándulas perianales
Estas glándulas tienen unas funciones muy limitadas, pero si se taponan, el animal tenderá a arrastrar el trasero. Este proceder sorprende a la mayoría pero el pobre animal está intentando resolver el atasco con la presión de "su problema" contra el suelo.
El ano y los genitales
El ano no es la parte que más nos gusta de nuestro amigo pero debemos mantenerlo limpio. Respecto a los genitales no concretaremos unos cuidados especiales aparte de la diaria observación. Ellos ya ponen gran empeño en tener en correcto estado higiénico esta parte.
Revisión de las uñas
Las uñas suelen gastarse de forma natural en los paseos pero esto no sucede si el perro pisa poco la calle. En estos casos suele ser más que recomendable recortar el exceso de uña, previo asesoramiento del profesional. Las uñas de nuestros perros no son como las nuestras, poseen dos vasos sanguíneos y una terminación nerviosa. Si cortamos por donde nos parezca, el animal aullará de dolor al cortarle el nervio y sangrará por el corte en sus vasos.
Las almohadillas
Son las "suelas de los zapatos" de nuestro buen amigo. En general, se acostumbran a los cambios de temperaturas y al tipo de suelo en el que le paseamos todos los días pero si le cambiamos bruscamente de suelo (de la ciudad a las rocas, del campo a la arena de la playa...) pueden surgir los problemas. Para prevenir estas situaciones, existen en el mercado unos productos que ayudarán como endurecedores o una especie de zapatos. Consultaremos con el veterinario si se avecina un brusco cambio de suelo para el "calzado" de su buen amigo.
RECIBE CADA SEMANA LAS NEWSLETTERS DE MUY INTERESANTE