Un embarazo psicológico o pseudogestación no es ninguna enfermedad ni patología pero sí es motivo de alarma ya que puede traer a nuestra perra consecuencias graves y complicaciones.
La pseudogestación es una condición o estado fisiológico que la perra puede atravesar tras su periodo de celo. Este estado también lo experimentan las lobas que acompañan a la hembra alfa para que esta al tener crías, no sea la única que las alimente, sino que las otras hembras de la camada generen leche para poder alimentar a los lobeznos y así asegurar su supervivencia.
Este tipo de afección, como decíamos, surge de un desajuste hormonal que sufre la hembra tras el celo. Las hembras, creyendo que están embarazadas, adoptan incluso ciertos objetos u otros seres y los tratan como si fueran sus propios cachorros. Un ejemplo bastante común es que “adopten” un peluche como cachorro y lo traten como tal.
Por eso, en este término es tan sumamente importante la esterilización, ya que casi 6 de cada 10 perras no esterilizadas sufren embarazos psicológicos y advertir que tras sufrir uno de estos embarazados psicológicos la perra puede comenzar a sufrirlos con frecuencia tras cada periodo de celo.
Este tipo de desajuste provoca cambios fuertes en la perra, desde físicos hasta psicológicos influyendo incluso en su comportamiento. Las perras se pueden sentir en un estado de desasosiego e incluso sentir tristeza profunda por este tipo de desajustes que, claramente, repercutirán muy negativamente en ella así que es importante un temprano diagnóstico veterinario.
Hay que entender que para la perra sus cachorros son lo más importante ya que simbolizan la perpetuación de sus genes e incluso un modo de supervivencia instintiva. Por lo que el esfuerzo que se invierte en un embarazo unido con los cuidados parentales, hacen que la perra pueda sentirse en un estado de desasosiego y cansancio e incluso pasar a una fase más agresiva.
Pero, gracias a los avances actuales, diagnosticar y tratar la pseudogestación cada vez es más sencillo y común.
Si quieres saber más sobre este tema continúa leyendo.
¿Qué es exactamente un embarazo psicológico?
El embarazo psicológico en perras consiste en que el animal tenga los síntomas y signos de un embarazo real sin que la perra esté preñada, tras un desajuste hormonal fuerte al acabar uno de sus periodos de celo.
¿Cuál es su motivo?
Se produce cuando las perras tienen unos niveles hormonales equivocados o erróneos. Los especialistas creen que el embarazo psicológico de las perras es un mecanismo de supervivencia y perpetuación desarrollado por su especie para un fin positivo, ya que, de esta forma, una hembra sería capaz de criar una camada de cachorros aunque no tengan a su madre biológica por cualquier motivo.
¿Cómo afecta al animal?
El embarazo psicológico en sí no perjudica normalmente la salud de la perra pero puede afectarle de forma muy negativa psicológicamente y físicamente (sobre todo por una producción de leche en exceso que no sirve para alimentar a ningún cachorro). Además puede sufrir cambios drásticos de comportamiento que pueden cambiar su relación con el entorno.
¿Es común?
Ciertamente lo es, un 60% de perras no castradas pueden sufrirlo a lo largo de su vida.
¿Qué síntomas tiene?
Es importante destacar que sus síntomas se pueden diferenciar entre síntomas físicos y síntomas psicológicos pero que estos dos pueden afectar a la par al comportamiento natural del animal.
¿Síntomas físicos?
El más común es el desarrollo de la hormona de la prolactina. La perra en su fase “diestro” desarrolla esas hormonas de manera natural, esas hormonas son las que se encargan del aumento de las mamas, la producción de leche e incluso de la aparición de los comportamientos maternales. Cuando hay un embarazado psicológico, la perra desarrolla un exceso de prolactina haciendo que sufra síntomas similares a un embarazo real como la producción de leche, el aumento abdominal o el aumento del tamaño de las mamas.
Curiosidad
Hay perras que, incluso, pueden llegar a presentar contracciones uterinas similares a las que se tienen durante el parto.
¿Síntomas psicológicos?
La perra puede sufrir intranquilidad, irritabilidad (provocada por el estrés de la situación), pérdida del apetito, aumento de peso, disminución de la actividad y cambios en el comportamiento.
¿Cuándo puede aparecer?
Normalmente puede aparecer dos meses después de una ovulación canina que no ha terminado en gestación. Debemos entender que el celo de la perra es únicamente una fase de su ciclo hormonal, el cual se denomina ciclo estral. Cuando finaliza el celo, si la perra no ha sido fecundada, entra en una fase que se le conoce como “diestro” que tiene una duración de unos dos meses, casi lo mismo que un embarazo canino. Es ahí cuando más peligro hay de que la perra lo sufra.
¿Cuánto dura?
Aproximadamente entre 10 ó 15 días.
¿Qué consideraciones tenemos que tener en cuenta?
Debemos entender que no es una enfermedad ni una patología, nuestra perra no está enferma, está atravesando una fase natural de la que debemos llevar un control médico ya que esta fase puede derivar en complicaciones para la perra. Pero no es una enfermedad.
¿Qué hacer si mi perra lo sufre?
Lo primero y más importante es acudir a un veterinario para que lleve a cabo un tratamiento (que, normalmente, no es farmacológico) y nos dé las recomendaciones pertinentes.
¿Es peligroso?
La pseudogestación no es peligrosa en sí, pero puede acabar provocando problemas serios a la perra.
¿Qué complicaciones puede tener?
La complicación más frecuente es que la perra sufra mastitis o quistes mamarios pero se pueden llegar a complicaciones más serias provocadas por los cambios hormonales que hacen que el útero esté más predispuesto a sufrir infecciones.
Además de acudir al veterinario… ¿Qué puedo hacer yo para mejorar la situación?
Lo primero es entender que es una fase en la que la perra necesita mucho cariño ya que la perra está más cansada de lo normal. Por ese estado de cansancio es importante no forzar a la perra a ningún tipo de entrenamiento ya que, además estará más inquieta y su aprendizaje será más complejo. Otra técnica es intentar estar lo más posible fuera de casa para que se vaya “despegando” de ese cachorro ficticio que puede ser, por ejemplo, un peluche. Por último, es importante intentar evitar el desarrollo en exceso de leche en las mamas, así que hay que evitar que se las estimulen e igualmente hacer un tipo de dieta (siempre bajo supervisión veterinaria) para la reducción de la segregación de prolactina.
¿Tiene tratamiento?
Sí, depende del estado de la perra se tomarán unas medidas u otras. El veterinario será quien lo indique.
¿Es importante por ello la esterilización?
Hay que destacar el hecho de que una vez que una perra ha sufrido una pseudogestación es frecuente su reincidencia en sus siguientes fases diestras. Por ello es tan importante la esterilización en estos casos reincidentes ya que, de esa manera, evitamos al animal complicaciones mayores.