Debemos plantearnos qué estilo de vida tenemos antes de escoger un animal u otro. El segundo paso es saber dónde adoptamos a nuestro amor peludo. ¿Listos?
Una nueva vida va a llegar a casa, ¡genial! Y además por medio de la adopción, ¡todavía mejor! Pero antes de dar este importante paso hay una serie de puntos que tendremos que meditar.
La manera más extendida de adoptar un felino es por vía de una protectora. Buscamos en Internet qué asociaciones hay cerca de casa para poder ir a visitar a sus animales o en la búsqueda de gatos en adopción nos enamoramos de uno que tiene un refugio lejos de casa… La mayor ventaja de esta manera de incorporar un animal a nuestro hogar es que los voluntarios de la asociación nos pueden hablar de las características del gato, los cuidados propios y su forma de ser. Además, conoceremos su estado de salud desde el principio y vendrá con compromiso de esterilización, si no está esterilizado ya.
Esta idea está genial pero también hay otras maneras de adoptar a un animal que tal vez no hayamos pensado. De ellas hablaremos más abajo.
Otro punto a tener en cuenta es si el animal podrá adaptarse a nuestro estilo de vida. ¿Estamos hechos realmente para cuidar a un gato? Tendremos que visualizar nuestra futura vida y si la presencia de un animal nos permitirá continuar viviéndola igual, si estamos dispuestos a sacrificar ciertas cosas, si se adaptará a nuestro ritmo… Hoy también te ayudamos con estas cuestiones.
Una vez pensado todo esto hay que detallar más las características del gato que tenemos en mente. El color de pelo o el tamaño de sus ojos no importa pero sí hay ciertas características físicas que debemos tener en cuenta. ¿Será un adulto o un cachorro? Un gatito crecerá adaptándose a nuestra vida, un adulto es más tranquilo y ya podemos conocer su carácter al completo.
Para que no quede ninguna duda suelta, desgranemos en detalle todas estas cuestiones.
¿Hemos pensado en si somos aptos?
No habrá que pensar solo en el amor que sentimos por los animales sino en las circunstancias de nuestra vida y de nuestro entorno.
Yo y mis circunstancias
Meditaremos antes si toda la familia está de acuerdo, si nadie tiene alergia, si tenemos el dinero y el tiempo suficiente, si nuestra casa es apta para felinos...
¿Qué haré en las vacaciones?
La llegada de los periodos de descanso ponen a prueba la fortaleza de la relación. Si la tenencia de un animal en estas señaladas fechas se aborda como algo evidente es que todo funciona correctamente.
¿Lo llevaremos con nosotros?
Si acostumbramos al gato desde pequeño a viajar con nosotros: trasportín, vehículo, cambio de domicilio… Lo aceptará sin problemas.
Llega por adopción
Acudimos a una protectora para coger uno de sus animales. Tiene muchas ventajas porque nos asesoran, nos recomiendan algunos según nuestro estilo de vida, pueden decirnos cómo es y qué cuidados particulares necesitará.
Nos lo han regalado
Algún ser querido aparece en nuestro cumpleaños con un felino. Esperamos que en este caso esa persona tenga claro que quieres un gato y que encaja con tu ritmo de vida. No podrás elegirlo pero al ser (seguramente) pequeño puedes educarle desde cero.
¿Vienen de otra casa?
Los que proceden de otra casa pueden tener ciertos problemas de adaptación. El largo tiempo de convivencia con unos humanos concretos en un entorno determinado puede dificultar el cambio pero asesorándonos por profesionales podrá adaptarse a su nueva vida.
Lo cogemos de la calle
Podemos encontrar un gato sociable que vive en la calle y queremos adoptarlo. Generalmente entablamos amistad primero con él dándole de comer.
Primero al veterinario
Muchos de estos ejemplares pueden tener diversas patologías. Han de ser vistos por el veterinario antes de llevarlos a casa y más si tenemos otros felinos en el hogar.
Los adultos de la calle
Estos animales pueden ser o no adoptables por el tipo de comportamiento que tienen. Consultemos primero con expertos en animales callejeros y con etólogos.
Camada no deseada
El gato puede llegarnos por ser bebé de una gata que no ha sido esterilizada a tiempo. Tanto si la gata es nuestra como si no, debemos darle a ese animal la mejor vida.
La elección por su edad
Solemos decantarnos por los más pequeños, por aquellos más tiernos, manejables... ¿Estamos seguros de esto?
Los cachorros
Siempre debe haber pasado los dos primeros meses con su madre y hermanos. Son necesarios para su equilibrio emocional y para algunos comportamientos como la higiene y el control de los mordiscos.
Las ventajas del adulto
El adulto de entidad de protección llegará, como ya hemos comentado, con la totalidad de los datos sanitarios y con una información de primera mano de su forma de ser. Estos animales suelen adaptarse perfectamente a su nuevo hogar si seguimos las pautas que nos han dado en la protectora.
Los abandonos
Hay que sopesar mucho si el gato se adaptará a nuestro modo de vida. Muchas personas no lo han hecho y han optado por deshacerse después del animal. Una salida igual de fácil que de detestable.
RECIBE CADA SEMANA LAS NEWSLETTERS DE MUY INTERESANTE