15 consejos para el cuidado de perros y gatos diabéticos
La diabetes es una enfermedad que también puede afectar a nuestras mascotas, y por ello debemos saber cómo establecer las pautas de su cuidado.
La diabetes es una enfermedad que es bastante común entre nuestras mascotas. Siempre que se coja a tiempo y se ponga el tratamiento y los hábitos adecuados, no tiene por qué suponer un riesgo para la vida del animal, pero el perro o gato diabético sí que necesita de ciertos cuidados específicos, relativos sobre todo a la dieta y al día a día.
La detección precoz es fundamental para asegurar la buena salud del animal. La diabetes se produce porque el cuerpo es incapaz o bien de producir la insulina o bien de utilizarla; por eso en este segundo caso la diabetes suele aparecer unida a la obesidad o el sobrepeso. Los primeros síntomas, además de esto, suelen ser que el animal orina con mayor frecuencia de la habitual, pierde mucho peso drásticamente y con rapidez, y también bebe más agua y come con mayor ansiedad de lo normal. Estas primeras señales nos pueden ayudar a saber cuándo es el momento de llevar al animal al veterinario.
Tras el diagnóstico, el experto prescribirá el tratamiento y los pasos a seguir para la aplicación de la insulina, así como los cambios que deberemos hacer en la dieta y los hábitos del perro o el gato. Debemos concienciarnos de que el tratamiento con insulina será ya para toda la vida, así como los controles periódicos de sangre y orina.
Sin embargo, es cierto que cada animal, dependiendo de sus características, tendrá unas necesidades específicas de insulina. Por eso es tan importante seguir al pie de la letra las instrucciones que nos dé el veterinario. La aplicación de la insulina no es algo que se deba tomar a la ligera, igual que en los humanos.
También tenemos que concienciarnos de que necesitará nuestra atención constantemente. En la mayoría de los casos la diabetes se detecta con rapidez y se mantiene a raya con el tratamiento, pero en algunas ocasiones en que se diagnostica tarde pueden aparecer la ceguera y las convulsiones esporádicas.
Por último, para no llegar a esto (aunque a veces, por mucho que hagamos, es inevitable), la prevención es clave: elimina los azúcares de la dieta de tu mascota, proporciónale una alimentación de calidad y una actividad física acorde a sus exigencias.

Reducción de su peso

Una dieta especial

Mucha fibra

Disminución de los carbohidratos

Equilibrio necesario

Información y concienciación

Composición de los alimentos

Vitaminas necesarias

Azúcares prohibidos

Moderación en las comidas

Precauciones

Aumento de la actividad física

Mucho cuidado con la insulina

Controles periódicos
