La pérdida de pelo en las mascotas: posibles causas y soluciones
A veces la pérdida de pelo se debe a causas comunes, como la muda o alguna dermatitis leve, y otras es indicador de alguna enfermedad. Te contamos más al respecto.
La caída del pelo en nuestras mascotas es algo muy común y a lo que todos estamos acostumbrados. La muda estacional es la causa más frecuente, así como algunos trastornos hormonales, una herida o una alergia puntual, pero hay enfermedades más serias que también tienen como uno de sus principales síntomas la pérdida repentina del pelo, por lo que no está de más tenerlas en cuenta.
Es importante no alarmarnos, ya que seguramente la pérdida de pelo se deba a algo con fácil solución. Las señales de que se trata de algo más grave suelen ser claras: la pérdida es muy abundante y repentina, y el aspecto del pelo es pobre y débil, además de que suele venir acompañado de problemas en la piel y de otros síntomas, como la falta de apetito o la apatía.
Una vez que nuestro veterinario ha descartado que la caída del pelo se debe a algo grave o que requiera de un tratamiento específico, en cuyo caso se debería a factores genéticos o estacionales, podemos tomar algunas medidas para reducirla en lo posible. En primer lugar, debemos revisar los productos con que bañamos y cepillamos a nuestra mascota, y asegurarnos de que sean de calidad, así como cerciorarnos de que su alimentación es la adecuada a su tamaño, su ritmo de vida y su edad.
También debemos reflexionar si le proporcionamos la cantidad de ejercicio que necesita al día y si hemos mantenido su contacto con la naturaleza. Por ejemplo, entre los perros urbanitas es muy frecuente la caída del pelo, por el estrés y los miedos crónicos que pueden desarrollar en la ciudad o por la falta de ejercicio y de luz solar. Todos estos factores pueden provocar una pérdida importante de pelo sin que se trate necesariamente de algo más grave.
Una vez revisados nuestros hábitos, hay productos específicos para la alopecia canina o felina: champús, aceites especiales, cepillos… En caso de que se trate de un déficit alimentario, los complementos nutricionales pueden ayudarnos a frenar la caída, pero siempre con la preescripción del veterinario.
Como decimos, la pérdida de pelo en mascotas es algo de lo más común y que normalmente responde a algo sin importancia, pero está bien saber que hay otras causas más complejas. Te presentamos algunas.
Úlceras por presión
Las úlceras de decúbito o por presión son muy comunes en perros grandes y de edad avanzada. Al ser lesiones provocadas sobre todo, como su nombre indica, por la presión, suelen aparecer en las zonas de salientes óseos, como los codos y las crestas ilíacas. También pueden ocasionarse por continuos roces en la zona o por obesidad, entre otras causas. No son especialmente graves pero son dolorosas.
Infecciones parasitarias
Lo más importante en este caso es la prevención mediante tratamientos antiparasitarios, como las pipetas, los collares y, en algunos casos, las vacunas. Es difícil que llegue a haber una infección grave; para ello habría que llegar a un grado extremo de infestación. En caso de haberla, el veterinario nos deberá indicar el tratamiento a seguir.
Alergias
Se trata de una causa muy común. Las alergias pueden ser de origen alimentario o debidas a factores externos. En ambos casos el animal padecerá picores en la piel, con lo cual comenzará a lamerse sin descanso, causando la pérdida de pelo de la zona e incluso pequeñas heridas.
Síndrome de Cushing
Se trata de una enfermedad endocrina bastante frecuente entre animales de edad superior a los 5 años y en perros pequeños. La pérdida de pelo es uno de sus síntomas más claros, y se produce sobre todo en los costados y en la cola. Esta patología puede tener diversas causas, desde tumores hasta una predisposición genética.
Síndrome de Addison
Aunque es una enfermedad rara y poco frecuente, conviene tenerla en cuenta como posible causa de una pérdida de pelo repentina. Es difícil de diagnosticar pero, por suerte, si se pilla a tiempo, un tratamiento adecuado mejorará la calidad de vida del animal y tendrá una esperanza de vida normal.
Infecciones por hongos
Además de la pérdida de pelo, los síntomas de una infección por hongos serán el cambio de color del pelo, las rojeces en la piel, lesiones en las uñas e incluso descamaciones en la piel. Aunque no es algo grave, el veterinario nos tendrá que indicar el tratamiento adecuado para su curación y para la regeneración de la piel y el pelo del animal.
Infecciones bacterianas
Entre ellas se encuentran la pioderma y la foliculitis. Ambas son menos comunes en los gatos que en los perros pero, no obstante, también pueden aparecer. El animal experimenta intensos picores que le obligan a rascarse y lamerse continuamente, provocando el debilitamiento y la pérdida del pelo, así como la aparición de heridas.
Problemas hormonales
El desequilibrio hormonal es una de las causas más comunes de una pérdida de pelo repentina en mascotas, sobre todo en los perros. En principio, es algo normal que no tiene consecuencias graves, pero en algunos casos quizá se necesite algún tratamiento que reequilibre las hormonas del animal.
Tumores
Aunque no debemos alarmarnos, pues la caída de pelo normalmente responde a algo mucho más común e inofensivo, cabe la posibilidad de que una pérdida de pelo importante y repentina se deba a la aparición de algún tumor. No obstante, debes saber que siempre va acompañando a otros síntomas y a un debilitamiento general de la salud del animal.
Dermatitis por contacto
Dentro de la dermatitis encontramos varios tipos (como la alérgica, que ya mencionamos) y una es la dermatitis por contacto. Está provocada por el contacto de la piel del perro con alguna sustancia irritante o con algún animal tóxico. El ejemplo más claro es cuando el perro entra en contacto con la famosa oruga procesionaria, que le provoca una reacción importante que debemos atajar inmediatamente.
Edad avanzada
Probablemente es la causa más común. Según se vaya haciendo mayor, como las personas, tu mascota, especialmente si se trata de un perro, comenzará a perder más pelo inevitablemente, pues se irá debilitando. Así que no te alarmes si tu viejito empieza a dejar pelo por todas partes. Es algo natural.
Estrés
Ya sabemos que los animales pueden padecer estrés, exactamente igual que una persona. El estrés, así como la depresión o los miedos crónicos también ocasionan la pérdida de pelo repentina e intensa. En ocasiones está en nuestras manos hacer más felices a nuestras mascotas.
Mala alimentación y falta de luz solar
Una buena dieta, el contacto con la naturaleza y el ejercicio son claves para una buena salud del animal, y la buena salud siempre va unida a una buena calidad del pelo. Si de pronto observamos que se le empieza a caer en grandes cantidades, puede estar provocado por alguno de estos factores.
Predisposición genética
Por último, otra de las causas más comunes: el componente genético. Hay razas (y mestizos de estas) más predispuestas que otras a la pérdida de pelo, y frente a eso no podremos hacer nada.
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