El Imperio egipcio, el Imperio chino, la Edad Media… los mininos nos han acompañado en las etapas más importantes de nuestra historia y han sido muy importantes en ellas. ¿Quieres saber qué papel han tenido?
El gato ha tenido que convivir con todo tipo de seres humanos, más o menos cultos, más o menos evolucionados, con diferentes intereses por los animales, con variopintas creencias… A pesar del racional, el felino domestico ha sido capaz de llegar hasta nuestros días.
Desde que comenzara su relación con el ser humano en Egipto, donde se le trató como a un faraón y se le veneraba como a un dios, ha ido haciéndose a nuestras costumbres y evolucionando junto a nosotros en cada época que el ser humano ha vivido.
Bajo el Imperio romano eran secuestrados en la conquista de Egipto como trofeo por las victorias romanas. Con el paso del tiempo esta civilización los consideró un animal distinguido y fue muy preciado por la alta sociedad. Se representaba junto a la diosa Libertis, pues se convirtió en un símbolo de libertad.
Ya en el antiguo Imperio chino se les utilizó para la caza de ratones y para hacer compañía a las mujeres. Por un lado, creían que los gatos daban mala suerte pero por otro opinaban que gracias a su buena visión nocturna, ahuyentaban a los malos espíritus.
A la vez que a China, el felino llegó a la India, donde le trataron de mejor forma. La cultura hindú cree en la reencarnación por lo que deben tratar con mucho cuidado a todos los seres vivos.
Algunos yacimientos arqueológicos en Perú han evidenciado que el gato era ya venerado y domesticado en América antes de que llegara la expedición de Colón, pero este también llevó muchos felinos al nuevo continente pues ayudaban a mantener la comida de las embarcaciones libres de alimañas y creían que daban suerte.
Si ya te has quedado enganchado a la historia de los gatos junto al hombre, sigue leyendo. Después nos han acompañado en épocas tan destacadas como la Edad Media y el Renacimiento y tenemos todos los detalles a continuación.
La diosa de Egipto
Los egipcios adoraban una diosa con cabeza de gato y cuerpo de mujer llamada Bast o Bastet. Era el símbolo del amor y de la procreación.
Las momias de gato
Los gatos fueron embalsamados y momificados, de ahí podemos suponer el trato extraordinario que les dedicaban.
Las leyes egipcias
Castigaban el maltrato hacia los felinos. La legislación era tan estricta que ni el propio faraón podía indultar a un hombre acusado de pegar o maltratar a un animal. Su asesinato llevaba a la pena de muerte aunque hubiera sido sin querer.
El Imperio romano
Eran considerados como trofeos de guerra a su paso por el Nilo. Esto hizo que en el Imperio romano los gatos fuesen símbolo de victoria y triunfo del ejército, lo que hizo que fueran muy preciados en todo el Imperio.
Símbolo de libertad
El sentido de la independencia del gato y sus andares elegantes hicieron que fuera considerado un animal distinguido y muy preciado por la alta sociedad. También fueron representados como símbolo de la libertad y eran representados junto a la diosa Libertas.
Su expansión
La gran expansión del Imperio romano por todo el continente europeo y asiático hizo que el gato llegase a muchísimos países distintos y se extendiera por el resto del mundo.
Bajo el Imperio chino
Se cree que el primer felino apareció en el país sobre el año 400 A.C. Otras hipótesis remontan su origen a 2000 años A.C.
El de la mala suerte
Circulaban leyendas en contra de estos animales, que afirmaban que los gatos traían mala suerte a la casa donde vivían. Para contrarrestar este efecto negativo, se debían colocar estatuas de porcelana en las esquinas de la casa para proteger a esa familia de la pobreza y los malos augurios.
No hay año del gato
No todo era malo para el mundo de los felinos, muchos decían que su potente visión nocturna alejaba a los malos espíritus. Sin embargo, este animal está excluido de los horóscopos chinos y japoneses, al igual que dentro de la religión budista tampoco entra dentro de los animales protegidos.
En la India
Debido a la proximidad de los países, los felinos llegaron al mismo tiempo a China que a la India, donde corrieron mucha mejor suerte: la religión hindú promueve el respeto y el amor hacia todos los seres vivos del planeta.
Muy buen trato
En la tradición hindú se debe dar un lugar para el descanso y ofrecer comida a todos los animales, puesto que creen firmemente en la resurrección de cualquier ser vivo. De este modo, en esta cultura, el maltrato a los animales es impensable. Su vida junto al hombre está contada en numerosos manuscritos.
A la conquista de América
Muchos felinos llegaron al nuevo mundo en los barcos capitaneados por Cristobal Colón. Las embarcaciones en la antigüedad contaban con numerosos gatos a bordo, no solo como protección de sus víveres, además se tenía la certeza de que daban buena suerte.
Antes de Colón
Algunos yacimientos arqueológicos en Perú han evidenciado que el gato era ya venerado y domesticado en América antes de que llegara la expedición de Colón. Los restos son principalmente vasijas donde se aprecian dibujos de gatos que datan de antes de la civilización inca. Esta misma cultura veneró a los felinos como animales sagrados.
Durante la Edad Media
La suerte de los gatos cambió bruscamente y pasaron de la adoración y la vida apacible a ser perseguidos y exterminados por la Santa Inquisición.
Absurdas creencias
Las creencias populares llegaron a culpar a los felinos de las tormentas, los desastres climatológicos, la mala suerte, las enfermedades… Algunas de las leyendas de esta época se han extendido hasta nuestros días, como por ejemplo la absurda creencia de que si se te cruza un gato negro es símbolo de mala suerte.
En el Renacimiento
Una vez más la suerte de los felinos vuelve a sufrir un cambio en este periodo de esplendor. En este periodo histórico la sabiduría y el conocimiento vuelven a estar muy valorados, y, curiosamente, el felino siempre ha estado ligado con el “mundo de la inteligencia”.
En Europa
La moda de tener un gato como mascota se extiende rápidamente y en Londres era poco probable encontrar familias sin gatos. Al mismo tiempo, en Francia los felinos llegaron a la corte de la mano del Cardenal Richelieu.
Los gatos del ministro
Otro personaje de la época muy ligado al mundo felino fue el ministro de guerra del rey Luis XIII que dormía con catorce gatos, siendo los animales los principales receptores de su herencia.
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