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¿Qué le pasa a tu perro? Problemas que pueden sufrir los canes urbanitas

La gran ciudad es un entorno estresante para nosotros, pero ¿te has parado a pensar en que también lo es para nuestros perros? Te damos causas y algunas soluciones.

Mar Aguilar

La adaptación del perro a nuestros entornos y ritmos de vida se ha producido con relativo éxito, basada en una cuestión de respeto mutuo, por lo general, y también de beneficio mutuo. Sin embargo, últimamente se habla de un problema: las dificultades de adaptación y lo que ello conlleva (estrés, depresión, etc.) de los perros a las grandes ciudades.

Por un lado, está la cuestión de que la ciudad es, por naturaleza, un entorno hostil para el perro. Los estímulos sensoriales le sobrepasan, el perro se siente abrumado y puede desarrollar tres tipos de problemas ante el estrés: el miedo a todo, la agresividad y la depresión. Seguro que alguno de ellos te suena si vives en una ciudad y tratas habitualmente con perros.

También es cierto, como señalan algunos expertos, que en nuestro afán por adiestrarlos y hacer de ellos unos perros perfectamente educados en ocasiones somos asfixiantes. Una educación equilibrada, que emplee el refuerzo positivo, el cariño y los límites adecuados, evitará que nuestro perro desarrolle problemas de conducta.

Por otro lado, las grandes ciudades están intentando cada vez más convertirse en entornos “dog friendly” mediante la implantación de espacios verdes con zonas para que puedan estar sueltos, la posibilidad de entrada a tiendas y bares o iniciativas como la Ordenanza de Protección y Tenencia de Animales de Barcelona, que establece, entre otras medidas, la prohibición de que el perro esté atado más de dos horas.

El transporte público también es algo fundamental en la relación de los perros con el entorno urbano. En casi todas las grandes ciudades tienen permitida la entrada gratuita, aunque con algunas restricciones, como el vagón en que colocarse o la obligatoriedad de llevar bozal. No obstante, los perros más miedosos pueden tener problemas para viajar en él, por lo que tendremos que tener paciencia o incluso consultar con un etólogo que nos ayude a quitarle esos miedos.

La gran ciudad, en definitiva, puede ser un entorno tremendamente estresante para el perro, pero ¿acaso no lo es para nosotros? Por eso es buena idea intentar reducir nuestro ritmo de vida a la vez que hacemos de la ciudad un entorno más acogedor para nuestro perro. Así mejorará tanto nuestra calidad de vida como la suya.

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