Los gatos persas son una de las razas felinas domésticas más populares. ¿Sabías que los ejemplares que conocemos hoy proceden de la mezcla del persa puro y del angora turco blanco? ¿Y que no tienen instinto de caza?
Cariñoso, presumido, de porte aristocrático, perezoso y muy tranquilo, así es el gato persa, uno de los felinos domésticos más queridos y admirados.
Asociado desde siempre con el lujo y la realeza, este minino procede tal y como indica su nombre de Persia (actual Irán). Sin embargo, muchos de los ejemplares que vemos hoy en día son fruto de cruces entre el gato persa de raza pura y el angora turco blanco. Posteriormente y al ser considerado un animal muy valioso, se ha ido mezclando con otras razas de felinos dando lugar a múltiples subrazas.
A la hora de decantarse por un gato persa hay que tener en cuenta que es una mascota que requiere bastante atención. Su bonito y aristocrático pelaje necesita ser cuidado más que el de otras razas, vamos, que para estar en perfecto estado de revista deberá ser cepillado a diario y es recomendable que el gato pase por las manos de un estilista felino al menos dos veces al año para que conserve la forma del pelo.
Otro requisito a la hora de tener un felino de esta raza es no pasar demasiado tiempo fuera de casa. Los persas requieren más compañía que otros mininos por lo que las personas hogareñas o de edad avanzada que no salen mucho son las más recomendadas para él. No juega mucho, él es más de estar tirado en el sillón que persiguiendo un juguete, por lo que si tienes niños, no estará muy dispuesto al juego.
El gato persa no se mueve mucho, de hecho desde sus inicios se ha criado en interiores (no tiene instinto de salir a cazar y algunos ejemplares sufren agorafobia) por lo que es fácil que caiga en el sobrepeso. La manera de evitar que el gato engorde y sufra todos los problemas de salud asociados a la obesidad es pedir consejo al veterinario sobre el alimento más conveniente para él así como las dosis de comida recomendadas.
El persa es un gato de gran tamaño pudiendo alcanzar los 7 kilos de peso. Su cuerpo es redondeado y musculoso y sus patas son cortas y anchas.
El origen
Los gatos persas originales llegaron a Europa de la mano de dos eruditos: Pietro della Valle (1568-1652) y Nicolas-Claude Fabri de Pieresc (1580-1637). El primero, un noble italiano que viajó desde Venecia a India, pasando por Turquí a y Persia quedó deslumbrado ante los primeros persas. Adquirió cuatro parejas, las envió a Roma y llegaron, según lo que se cree, en 1621. Fabri de Pieresc fue un científico que también se rindió ante unos felinos que consideró “hermosos”. El científico llevo a Francia gatos de angora procedentes de Turquía.
El persa actual
Los gatos persas tal y como los conocemos hoy surgieron en Gran Bretaña en el s.XIX fruto del cruce entre el gato persa de raza pura procedente de la antigua Persia (actualmente Irán) y el angora turco blanco. De esta mezcla se obtuvo un felino de pelaje más suave y que podía ser de más colores que el original.
El gato de los ricos
A lo largo de la historia, los gatos persas han sido asociados con el lujo y la realeza.
No tienen instinto de caza
Al haberse criado en interiores, este gato, a diferencia de mucho de sus congéneres, no ha desarrollado instinto de caza ni ganas de salir a la calle a investigar.
Gran tamaño
Los gatos persas pueden alcanzar los 7 kg de peso. De patas cortas y anchas y cuerpo redondeado y musculoso, miden de 40 a 50 centímetros de largo y unos 30 cm de altura.
Carácter dulce
Los gatos persas tienen un carácter muy dulce, de hecho es uno de los gatos más cariñosos que existen. Son tranquilos, perezosos (adoran dormir en el sofá), pueden convivir perfectamente con otras mascotas y también son presumidos y les gusta exhibir su belleza.
Hocico corto
Las sucesivas mezclas que se han hecho de los gatos persas, sobre todo en Estados Unidos, han desembocado en que su hocico se vuelva más y más corto hasta el punto de provocarle, en ocasiones, graves problemas de salud.
Muy valioso
Los gatos persas fueron objeto de trueque. Más concretamente se entregaban a cambio de bienes ya que se consideraban muy valiosos por su belleza y buen temperamento.
Gato de pedigree
El 75% de los gatos de pedigree registrados son persas.
Enfermedades
Los gatos persas pueden padecer la enfermedad renal poliquística (PKD en sus siglas inglesas) que les produce numerosos quistes en los riñones. Estos quistes, a la larga, pueden desembocar en el fallo renal. El diagnóstico precoz del veterinario retrasará su evolución.
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