Cómo masajear a un perro
Masajear a tu perro es una manera estupenda de examinar su cuerpo, ya que podría tener tumores o puntos dolorosos.
¿A quién no le gusta recibir caricias? Seguro que a tu perro le encantará que le des un masaje y que pases tiempo con él. Además, es una manera estupenda de vincularte con tu mascota al mismo tiempo que detectas problemas de salud, como tumores o puntos dolorosos. Sin embargo, masajear a un perro es diferente a masajear a una persona, por lo que deberías utilizar movimientos suaves que ayuden a tu mascota a relajarse y sentirse a gusto. Así, podrías combinar el masaje con una sesión de aseo (después del baño, por ejemplo) para ayudarle a sentirse saludable, querido y feliz.
Comienza con caricias suaves
Acaricia a tu perro en las zonas que sabes que le gustan más. Esto le ayudará a calmarse lo suficiente como para disfrutar del masaje. Acaríciale en la cabeza, el abdomen y la espalda con movimientos suaves. Ten un comportamiento relajado en todo momento y habla con tu perro en un tono dulce para ayudarle a liberarse del estrés.

masaje a un perrito
Masajea cuello y hombros
Utiliza la punta de los dedos para hacer movimientos circulares justo debajo de la cabeza. Haz una presión suave, pero no tanto como para que sienta incómodo. Si tienes un perro pequeño, haz movimientos más pequeños. En cambio, si tu perro es de raza grande tendrás que usar movimientos de mayor tamaño.
Además, no deberías presionar el cuerpo de tu mascota con mucha fuerza, ya que estás tratando de hacerle sentir tranquilo y de vincularte con él. Si tu perro se encuentra alterado por alguna razón o simplemente no le apetece, es mejor que esperes a que se relaje.
Palpa los bultos y las áreas inflamadas
Masajear a tu perro es una manera estupenda de examinar su cuerpo, ya que podría necesitar la atención de un veterinario. Toma nota de los bultos que no hayas notado antes y presta especial atención si tu perro grita cuando lo tocas en una zona concreta. Por supuesto, si notas algo preocupante tendrás que llevarle al veterinario cuanto antes.
La mejor manera de palpar los bultos es pasar tu mano por el cuerpo del perro con movimientos suaves y largos. Detente en el estómago, las piernas, el pecho y la espalda, asegurándote de que no te olvidas de ninguna parte. ¡Tu perro te lo agradecerá!