Abaten a un oso polar en un archipiélago de Noruega tras atacar a un guía turístico
Se trata de una especie protegida desde 1973. Según datos de 2015, en la zona viven alrededor de un millar de individuos.
Nos trasladamos al archipiélago noruego de Svalbard, en el Ártico. Allí se estima que hay unos 1000 osos polares (datos de 2015) que crecen y viven libremente alejados de toda civilización, siendo, esta, su zona de residencia y, desde 1973 una zona especial ya que se comenzó a considerar a estos osos como especie protegida y, en consecuencia, comenzó a considerarse a esta zona como un “refugio”.
Este archipiélago es un desierto de glaciares y casquetes de hielo que se encuentra entre Noruega y el Polo Norte. Las excursiones a esta zona son cada vez más frecuentes y según palabras recogidas por la BBC de un agente de turismo de la zona: "Hay reglas muy estrictas, ya que las islas son visitadas por muchos osos polares en el verano, por lo que todos debemos estar atentos cuando estamos en tierra".
Los sucesos ocurrieron cuando una embarcación turística atracó en el archipiélago. Al atracar y, según palabras de los testigos y de la compañía alemana Hapag-Lloyd Cruises, dueña del barco, uno de los guías a bordo fue “sorprendido” por un oso polar a lo que otro de los guías, desde la barca, optó por disparar en, según sus propias palabras, “defensa propia” según ha informado a la agencia France Presse el comisario Ole Jakob Malmo, de la isla de Spitzberg, donde se produjo el incidente.
El guía que fue sorprendido fue trasladado en helicóptero a Longyearbyen (la capital regional) y luego a Tromsø y, según indicaciones del hospital, se encuentra estable.
Pero… ahora os preguntamos ¿dónde reside el límite? Estamos hablando de un ataque grave de un animal, obviamente, y es una alegría que el guía esté bien, pero ese animal estaba en su hábitat, al que unos turistas quisieron llegar para, probablemente, hacerse unas fotos. Ese animal está muerto por el simple capricho de “invadir” una zona que es su zona. Las redes sociales no tardaron en denunciar el suceso y lo han tachado de un episodio “aborrecible”.
No tenemos el poder absoluto, debemos concienciar a la gente de que no podemos invadir los hábitats de los animales a nuestras anchas. Ellos, por instinto, pueden sentirse atacados y, en contraposición con lo ocurrido, atacar por “defensa propia”.
Además, el brutal calentamiento del Ártico, en gran medida provocado por la mano humana, ha cambiado el comportamiento de los osos y sus metabolismos, ya que la reducción del hielo marino los obliga a pasar más tiempo en tierra y cazar en lugares más cercanos a las zonas, digamos, “más turísticas”.
En los últimos 40 años han sucedido 5 ataques mortales provocados por osos. El último ocurrido fue en 2011 cuando un oso sorprendió a un grupo de 14 personas que estaba acampando en el archipiélago. Un menor de 17 años murió. El oso también fue abatido.