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Tengo un ave, ¿cómo conozco su sexo?

Algo que en principio parece sencillo, natural, evidente, suele constituirse en el principal problema para la reproducción de las aves en el hogar. ¿Cómo sé si es macho o hembra?

Mar Aguilar

Para que puedan tener crías es evidente que la pareja plumífera debe estar compuesta por un macho y una hembra... Evidente, ¿no?

Pues en muchas ocasiones la falta de profesionalidad de ciertas tiendas nos conducen a la formación de parejas del mismo sexo, parejas que por muy bien avenidas que estén, jamás llegarán a poseer capacidad reproductiva.

En ciertas especies de aves, la diferenciación de sexos es sencilla, gracias principalmente a la inestimable ayuda que nos proporciona la madre naturaleza.

En general, no siempre, el canto es un privilegio de los machos. Como ejemplo citaremos los canarios, los diamantes mandarines y de Gould, el ruiseñor del Japón... y muchas más especies que suelen tener a los machos como principales responsables de las emisiones sonoras en forma de trinos o cantos.

Pero si queremos seleccionar una pareja, macho y hembra, fijándonos solo en el canto, podemos equivocarnos. No son pocas las ocasiones en las que aquel supuesto macho de canario de fino canto acaba poniendo un huevo... ¡¡Era una hembra!!

La madre naturaleza nos da otra “ayudita” para diferenciar a los sexos de ciertas especies según su morfología. Las formas y los colores suelen ser los puntos a tener en cuenta: los colores de las plumas de los machos suelen ser más vivos que los de las hembras y sus cuerpos suelen ser más robustos.

Aparte de los sutiles datos diferenciales comentados, en ciertas especies existe lo que denominamos un claro dimorfismo sexual. Esto quiere decir que el macho y la hembra se diferencian con facilidad. Siguiendo con el ejemplo de los diamantes de Gould, los machos tienen unos colores mucho más intensos y vivos que las hembras; en el caso de los loros eclectus el macho es verde y la hembra rosa y azul, en el periquito, los machos tienen la cera superior al pico de color azul y las hembras de color rosa o marrón.

Entre los pocos métodos “naturales” que nos quedan para determinar el sexo de nuestras aves, tenemos la exploración de la cloaca, que será útil en los canarios y ciertos pinzones en la época de cría: la hembra presenta una cloaca redondeada y el macho cónica y prominente.

Finalmente podremos intentar averiguar el sexo de ciertas especies de aves por su comportamiento: el canto (ya comentado) de los canarios para delimitar el territorio, las posturas agresivas de las rosellas...

En lo referente al comportamiento sexual, no suele ser definitivo observar una cópula para confirmar una pareja heterosexual. Existen parejas de aves que pueden presentar conductas homosexuales debidas, principalmente, a relaciones de dominancia de un individuo sobre otro.

Podemos conocer el sexo mediante un estudio hormonal o uno genético

Pero muchas otras especies nos presentan unas totales dificultades para conocer sus sexos; para ello la ciencia nos aporta los siguientes métodos:

- Sexaje quirúrgico: este procedimiento se realiza por endoscopia y visualización directa de los órganos sexuales del ave (macho o hembra). Para ello se introducen instrumentos especiales (endoscopios rígidos de pequeño calibre: 2,7-4 mm) en el ave, bajo anestesia, para poder observar sus órganos genitales. Para introducir el instrumental se realiza una incisión en la pared costal izquierda del ave.

Los testículos suelen ser cilíndricos y de colores que oscilan entre el blanco, el amarillento y el anaranjado. Los ovarios de las hembras son arracimados, y sus colores varían desde el gris al amarillo.
La determinación del sexo con este procedimiento en los animales jóvenes puede resultar difícil, ya que los órganos sexuales no se encuentran bien diferenciados y puede ser complicada su valoración.
Esta técnica fue la más usada hasta la llegada de las pruebas o estudios genéticos.

- Estudio hormonal: se valoran la presencia y los porcentajes de testosterona y de estrógenos; estas pruebas pueden realizarse a partir de sangre o de muestras de heces.

- Estudio genético: es el método más fiable dentro de las pruebas no quirúrgicas. Las pruebas realizadas:
 ·Análisis cromosómico: los machos son homogaméticos, tienen dos cromosomas “Z”, mientras que las hembras son heterogaméticas, tienen un cromosoma “Z” y otro “W”; para realizar esta prueba se necesita una pluma en crecimiento o una muestra de sangre.

 ·ADN: las sondas de ADN son capaces de reconocer fragmentos específicos de ADN de los cromosomas sexuales del macho y de la hembra; estamos ante un método muy preciso que se realiza a partir de plumas o de sangre; podemos decir que esta técnica ha desbancado al análisis cromosómico y que es la técnica de sexaje más empleada en la actualidad.

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