Así es el periodo neonatal del cachorro
Cuando nace, el cachorro estará continuamente recibiendo estímulos. Los primeros días de vida son esenciales para su comportamiento posterior. Aprende a comprender su pequeña mente.
El cachorro ya empieza a formar su carácter en el vientre de la madre, como dijimos en un artículo anterior, pero será en el periodo noenatal en el que tendrá que poner en práctica sus primeras habilidades y esfuerzos.
Este segundo periodo, el neonatal, comprenderá los días entre el nacimiento hasta el final de la segunda semana de vida.
El cachorro pasa el 70% del día durmiendo, ese pesado trabajo que consiste en estar tumbado todo el rato… El único motivo por el que se despierta es porque el estómago le empieza a rugir, tiene hambre y su cuerpo le está pidiendo los nutrientes que necesita para crecer y hacerse fuerte. Este motivo llevará al neonato a desplegar sus torpes y esforzados movimientos en la búsqueda de la ansiada leche de mamá. El corto pero cansado viaje hasta el pecho de su madre le supondrá un sinfín de estímulos que van a ser decisivos en su vida. Todo va a parecernos poca cosa a nosotros pero para ellos es un constante descubrimiento de sensaciones y experiencias.
Empezando por el contacto directo con los otros cachorritos. Han pasado dos meses muy pegados en el vientre de su madre y el espacio que da el mundo exterior es extraño para ellos. No te sorprendas si por muchas camitas mullidas que les des, están todos apelotonados (incluso unos encima de otros) en un rincón. ¡También a 40 grados en verano! No les separes si están así porque ese contacto le sirve para completar la maduración sensorial.
Si una perra da a luz a un solo perrito, este mostrará mucho apego por su madre, no tiene hermanos con los que relacionarse así que dependerá más de la madre. Esto no ocurre en cachorros que nacen en grupo.
El cachorro tiene un viaje lleno de sensaciones hasta la mama de la perra
A los humanos nos encanta observar cómo nuestro cachorrito sueña. Pese a llevar muy poco en la tierra ya tiene suficiente información como para tener sueños, otra señal más para estar seguros de que tiene “vivencias” en el vientre materno. Como hemos comentado, pasa casi todo el día durmiendo y, en ciertas ocasiones, acompaña esos sueños con pequeños sollozos, movimientos de patas, temblores en el hocico… Una etapa del sueño que se conoce como sueño paradójico.
Cuando la llamada de su estómago le despierta cada tres o cuatro horas, comenzará su “viaje sensorial” hasta la fuente del alimento, la mama de su madre. Aún no ve ni oye pero tendrá que guiarse por su instinto, su olfato y sus sensaciones. Comenzará a reptar o a dar torpes pasos por el suelo mientras se va topando con sus hermanos o la madre. Al encontrar a la perra será el turno de buscar el calor y olor de la mama. Intentando orientarse, deteniéndose a cada pequeño paso y guiándose por el cuerpo de la madre con el olfato y su boquita conseguirá llegar. Unas veces con mayor rapidez y otras en un desesperante y lento proceso que le será recompensado enormemente cuando encuentre la ansiada fuente de alimentación. Su sensible hocico y la agradable temperatura de la madre hace que los cachorros siempre lleguen a buen puerto.
Como decimos, ese camino les hace aprender muchas cosas del mundo exterior y forjarán su carácter (más luchador, más pasivo, más vago, más activo…). Igualmente lo hará el esfuerzo que tienen que seguir para estimular con sus pequeños pies el pezón de su madre para que comience a expulsar leche. ¡Y todo gracias a su instinto!
Existen ciertas especies como los gatos o los cerdos cuyas crías siempre van a buscar un solo pezón. En el caso de los cachorros de perro no tendrán preferencia por ninguno y se contentarán con el primero que encuentren libre. Suficiente esfuerzo y sensaciones han llegado ya a la meta de su viaje.