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Socializar al cachorro evita problemas de comportamiento

Entre las 3 y 12 semanas de vida del cachorro es vital enseñarle a relacionarse con otros animales y con personas. Un animal que no se ha socializado cuando toca puede volverse impredecible y hasta reaccionar de forma violenta.

La etapa de socialización del cachorro va desde las 3 hasta las 12 semanas de vida. Es en esta fase cuando se debe exponer al animal a nuevos estímulos y situaciones que le produzcan sensaciones positivas. Según el Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid (COLVEMA): “Si convertimos cada vivencia del cachorro en algo positivo y agradable conseguiremos que se sienta cómodo y relajado ante nuevos estímulos, cosas, personas y animales, en vez de reaccionar con temor ante nuevas situaciones. También es el momento perfecto para educar al cachorro en comportamientos elementales. En esta etapa debemos evitar cualquier tipo de castigo y recompensar las buenas conductas”. Quedémonos con las enseñanzas de nuestro etólogo de cabecera, Pablo Hernández, que recomienda ante todo la educación en positivo.
“El fin último de la socialización es el de tener un perro equilibrado en el que confiamos y, además, ser capaces de llevarlo a cualquier lugar, en cualquier situación, y que se quede tranquilo sintiéndose relajado y seguro de sí mismo. Esto es beneficioso no sólo para el perro, sino también para todos los que le rodean, las visitas al veterinario o la peluquería no serán una experiencia desagradable para nadie, podremos dejar que esté sin correa en el parque sin miedo a que huya por miedo o agreda a otros perros o personas”, apuntan desde el COLVEMA. Esto último, hagámoslo solo en los espacios del parque en los que se puede soltar al can.

Lo que no se debe hacer

- Separar muy pronto al cachorro de su madre y hermanos. Al no haberse socializado con miembros de su especie, el animal puede, en un futuro, ser agresivo con sus congéneres y desarrollar una dependencia excesiva de su dueño.
- No tener contacto con humanos o que este sea insuficiente. El animal puede desarrollar miedo a las personas, ser antisocial y desarrollar conductas agresivas.
- Aislarlo de estímulos ambientales. En este caso, el can podría padecer miedos, volverse inseguro y costarle mucho aprender cosas nuevas.

Lo que sí debemos hacer

- Evitar situaciones que le puedan provocar estrés o miedo al cachorro para que no se esconda o gruña como respuesta.
- No lo llevaremos de primeras a pasear al parque. No es recomendable introducir al cánido desde el primer momento en grupos grandes de perros, hay que ir poco a poco. Mejor socializarlo primero con grupos pequeños de perros y luego ir a más.
- Premiar las buenas conductas con caricias, juguetes, comida… y no regañar o castigar. El COLVEMA recomienda ignorar los comportamientos no deseados.
- No permitir que todo el mundo lo toque. Lo ideal es pedir a distintas personas que lo acaricien suavemente y sin movimientos bruscos.
- Cuando esté asustado, no le daremos mimos ni le brindaremos palabras de consuelo porque su malestar no va a cambiar y además estaremos reforzando que vuelva a tener miedo ante situaciones análogas.
El COLVEMA insiste en la importancia que tiene continuar fomentando las habilidades sociales del animal a lo largo de toda su vida.

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