Perros chatos o narizotas, ¿cuáles son mejores?
A ojos de sus dueños, los perros chatos son los más guapos del mundo, pero, además, ahora sabemos que también son más afectuosos y mejores guardianes que los narigudos, según un nuevo estudio.
La investigación, recientemente publicada en PLOS ONE, trata de entender la moderna obsesión por los cánidos de nariz achatada, toda una tendencia en algunos países como Australia, donde se llevó a cabo el estudio. Al parecer, su capacidad de atracción no se debe solo a su físico, pues estas razas caninas tienen, según los amos, una conducta excelente, dice Paul McGreevy, principal autor del trabajo y profesor de la facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Sídney, en Australia. Su buen carácter compensa otras deficiencias, como, por ejemplo, sus taras físicas. Y es que los expertos en comportamiento animal creen que este tipo de canes tienen más problemas de salud y son más propensos a morir jóvenes que los perros de napia prominente.
La razón estriba en que cuanto más plana es la cara, mayores problemas respiratorios produce. Tanto, que a veces obliga a recurrir a la cirugía, comenta McGreevy. Este experto cree que si la mayoría de la gente prefiere a los perros de cráneo corto y achatado, a pesar de que son más caros, poseen peor salud y cuesta más mantenerlos, es porque tienen algo más, y no solo porque son “muy monos. Es su carácter lo que compensa las desventajas”.
Hay más de cuatrocientas razas caninas registradas de todas las formas y tamaños, desde chihuahuas de apenas cm y kg de peso a terranovas de 20 cm y 2 kg. El tamaño de sus cráneos puede variar hasta en 28 cm. Entre los de rostro más aplastado están los bulldogs y los carlinos, de tipo braquiocefálico, con hechura chata y pliegues en la cara. En el otro extremo se encuentran los dolicocefálicos, como los galgos, los whippets o los afganos, con cabeza alargada y estrecha. En un estudio previo con más de 8.000 ejemplares, McGreevy vio que los canes de razas pequeñas tienden a ser más agresivos, rebeldes y sexualmente activos que los grandes. El estudio más reciente abarca datos de 60.000 perros de 45 razas y analiza la relación entre características físicas y comportamiento.

narices
Confirmado algunos de los resultados de investigaciones previas, los expertos constataron que, además del tamaño, la forma del cráneo influye notablemente en el carácter. Así, han visto que los de nariz chata son más cariñosos y obedientes que los perros de rostro puntiagudo. También son más propensos a correr detrás de un juguete cuando alguien se lo lanza, lo cual implica que son más fáciles de entrenar. En cambio, cuando se ven amenazados por una presencia extraña, los chatos actúan como los buenos guardianes, y se muestran agresivos y ladradores para defenderse. Por el contrario, los narigudos suelen ser más tímidos y precavidos con los extraños. Según McGreevy, esto explicaría por qué los galgos no son buenos para tareas de guarda. También los afganos tienden a ser distantes, poco juguetones y más miedosos que los chatos.
Además, los perros chatos resultan más atractivos para las personas porque la forma de su cráneo y la posición de los ojos les hace mirar de forma frontal y directa. Su visión es más humana y son mejores para seguir con la vista el punto que les señala su dueño. En todo caso McGreevy advierte de que la salud de estos canes y su menor longevidad debería tenerse en cuenta. Porque queremos perros cariñosos, juguetones y afectuosos con los niños, pero también que sean longevos, así que sería interesante cruzarlos para que su cráneo no se siga acortando y sus defectos no se acentúen.