Datos y curiosidades del crash test del Ford B-Max

Los coches utilizados en los test de colisión son más caros que los que luego llegan a los concesionarios, pues deben ser construidos a mano, sin procesos de fabricación industrial, y deben ser iguales a los que finalmente circularán por las carreteras. Además deben incluir una serie de sensores y especificaciones técnicas que permitan homologar la prueba.

Al crash test en directo celebrado en Colonia, Alemania, el pasado 17 de abril, acudieron diversos medios, tanto escritos como televisivos, que pudieron comprobar los sistemas de seguridad implementados por Ford en el nuevo Ford B-Max. Para ello dispusieron diversos vehículos, uno de ellos sin la carrocería con los distintos elementos de mejora como el que se observa en la imagen.

Como se puede apreciar en la imagen, el vehículo dispone de varios refuerzos en el interior de las puertas (en colores azul y amarillo) lo que garantiza la seguridad en caso de un choque lateral incluso prescinciendo del Pilar B.

Tras la colisión se debe estudiar al milímetro cómo ha respondido el vehículo. En la imagen se observa en detalle los puntos de impacto del carro que simula otro vehículo así como la deformación que produce en el coche. La estructura se mantiene intacta y los principales daños son los visibles en la carrocería exterior.

Como se observa en la imagen la apertura de la puerta trasera es un tanto especial, al abrirse como si fuera una puerta corredera. De momento, solo este modelo que se estrenará en España en otoño de 2012, tendrá este cómodo sistema de apertura y acceso.

Por un largo pasillo de unos 80 metros señalizado como el de la imagen, se desplaza el carro que simula otro coche y que acaba impactando sobre el lateral del vehículo. Todo está informatizado para calcular la velocidad de desplazamiento y conseguir una correcta homologación del crash test.

Momentos antes del choque la expectación es máxima. Cada test de colisión cuesta entre 70.000 y 100.000 euros dependiendo del modelo de coche, el tipo de coche etcétera, de ahí que cada detalle esté milimétricamente cuidado y evaluado.

En la imagen se observa tanto el carro que impacta sobre el coche que simula un vehículo de 950 kilos a 50 kilómetros por hora, como el estado en el que queda el coche. Como se puede apreciar, a pesar de que el impacto ha sido brutal, la estructura de las puertas ha quedado intacta, incluso las piezas interiores de anclaje han fortalecido la estructura en el impacto, mejorando la resistencia del coche.

Cada dummie cuesta unos 150.000 euros y los que usan actualmente en Ford, los Hybrid 3, duran unos 3 años sometiéndoles a 2-3 pruebas mensuales. En este choque se han utilizado tres maniquís: el piloto adulto y dos dummies menores en sus respectivas sillitas homologadas.