Automoción, moda e innovación

En plena Rambla de Catalunya, en Barcelona, hasta el 30 de enero, los ciudadanos podrán ver los diseños de los alumnos del Istituto Europeo di Design (IED) de barcelona, que bajo la supervisión del departamento de diseño de BMW han hecho sus propuestas de automoción del futuro.

Svala significa golondrina en sueco. El diseño está inspirado en la morfología de este pájaro. Se basa en una base de uso individual que se activa a través de un traje chaleco que forman, entre los dos, un cuerpo único que se estaciona en unos postes verticales.
Es un vehículo eléctrico, impermeable y fabricado con materiales biodegradables. Dispone de unas baterías bajo el asiento que se cargan cuando el vehículo se estaciona. Todo su diseño se centra en la idea de que el transporte urbano del futuro tendrá el mínimo impacto ambiental, acústico y visual.
Está diseñado por Dalila Cuéllar, Loren Profanter y Alfredo Marín.

Este diseño de Ana García, Natalia Pérez y Daniel Velarde se tiene dos parte: un traje y un skate digital que se transporta en una mochila.
El traje se retroilumina y reacciona a los sentimientos del usuario cambiando de color. Además se infla a modo de protección gracias a unas camaras de aire cuando se activa el skate digital.
Dicho skate tiene un interface que, según la presión que se imprima en distintas partes del mismo, permite desplazarse a izquierda y derecha, como si flotaramos.

En esta ocasión es el propio cuerpo humano la fuente de inspiración de los diseñadores. Dispone de tres partes: un casco, una protección para la columna vertebral y unas botas inteligentes.
El casco dispone de un software con información sobre el traje y permite proteger, informar y comunicar su estado al usuario. También dispone de teléfono y música.
La protección vertebral además de proteger genera la energía necesaria para que todo el conjunto funcione.
Finalmente, el calzado puede funcionar como unas zapitillas normales acoplándole una pieza adicional. Incorpora un sistema segway que acelera cuando el usuario presiona la parte delantera y frena cuando presiona la parte posterior.
En el proyecto han participado Andy Soto y Alex de Sola.

Este diseño no está únicamente concebido como medio de transporte, sino también como objeto de ocio. La prenda sostiene al conductor sujetandole por la columna vertebral. Se trata de un chaleco con extensiones elásticas que se conectan con el eje de las ruedas del vehículo. La torsión del cuerpo permite realizar los giros.
Se ha reducido el vehículo a un esqueleto, estilizando el tamaño para poder adaptarlo al cuerpo humano y poder transportarlo incluso como una maleta.
En el diseño han participado Ingrid Gomá, Laura García y Pablo Velasco.

Este innovador diseño traslada la idea de practicar deportes de montaña a la ciudad, como en este caso el esquí de fondo. El traje y las botas se utilizan encima de la ropa y tienen unas pequeñas ruedas que permiten deslizarte. El traje incorpora luces de freno e intermitentes y un GPS.
En su diseño han participado María Levin, Benedikt Luedke y Cristian Fuentes.

Como explicaba el director de la iniciativa BMW, Stefan Borbe, "el briefing del proyecto consistía en idear el vehículo personal del futuro, que debía aunar los conceptos de sostenibilidad y movilidad, a fin de concebir algo original y revolucionario". De los 12 proyectos que se presentaron, 5 resultaron finalistas.

En 2005 nació el programa "BMW en movimiento" para incentivar el desarrollo de proyectos innovadores desde el ámbito del diseño y que reviertan directamente en la ciudad de Barcelona. A partir de aquí ha nacido la idea de "BCN en movimiento", que culminó con la presentación de seis prototipos de coches inspirados en el interior de edificios emblemáticos de la ciudad.