El uso de arcos y flechas puede cambiar la cronología del encuentro entre neardentales y sapiens
Puntas de flecha de hace 54.000 años podrían evidenciar que el encuentro entre sapiens y neandertales fue mucho antes de lo que se pensaba.

Los neandertales dominaban Europa hace unos 200 000 años. Pero una serie de factores que todavía hoy se debaten entre los científicos terminaron por extinguir la especie hace unos 40 000 años. La llegada de Homo sapiens al territorio neandertal se cuenta entre las causas que pudo tener un mayor impacto para la extinción de la especie. Una de las ventajas del humano moderno frente a los neandertales fue el uso de arcos y flechas para cazar. Ahora, un estudio reporta un descubrimiento que podría retrasar varios milenios el uso de flechas y, por tanto, el encuentro entre neandertales y sapiens pudo darse mucho antes de lo que se pensaba.

Pintura rupestre con arcos y flechas en una escena de caza. Foto: jupiter55 / iStock
¿Cuándo se encontraron Homo sapiens y los neandertales?
Los hallazgos arqueológicos han determinado que el arsenal mecánico, compuesto por armas como el arco y la flecha o las combinaciones de lanza y dardos, solo aparece tras la llegada de los humanos modernos a Eurasia aproximadamente 45.000 años atrás. Sin embargo, un equipo de investigadores descubrió la evidencia más temprana del uso del arco y flechas en Eurasia gracias a unos restos encontrados en la cueva francesa de Mandrin, donde unas puntas han sido datadas en 54 000 años de antigüedad.
Los resultados del estudio se publicaron en la revista Science Advances y, en caso de estar en lo cierto, la investigación cambiaría la cronología del encuentro entre sapiens y neandertales, que habría tenido lugar milenios antes de lo que se ha contado tradicionalmente. Igualmente, el uso de arcos y flechas por parte del hombre moderno también habría que situarlo unos 10 000 años antes de lo que las evidencias habían marcado hasta ahora. Con todo, el estudio ha generado debate y opiniones contrarias por parte de otros expertos en la materia.
En febrero de 2022 se publicó un estudio científico en el que se presentaba un hallazgo muy llamativo. Habían encontrado varios dientes en Francia, todos de neandertales excepto un fragmento, que fue asociado a un niño Homo sapiens. La pieza también fue datada con una antigüedad de 54 000 años, lo cual adelantaba varios milenios la fecha en que los primeros humanos modernos llegaron a Europa occidental. El nuevo estudio de los artefactos hallados en la cueva de Mandrin ha sido realizado por integrantes del mismo equipo que publicó los resultados sobre el diente de sapiens, por lo que, un año después, suman nuevas evidencias que apoyan la teoría.
El arco y las flechas: ventajas del hombre moderno
Se trata de unos 1500 artefactos de piedra fabricados por humanos: hojas, lascas y centenares de puntas, la mayoría de sílex, que, según los investigadores, pudieron ser utilizadas en flechas. Para comprobar qué uso pudieron tener estas herramientas, se llevó a cabo un análisis detallado macroscópico y microscópico del desgaste en 852 artefactos, así como una serie de experimentos a partir de réplicas de las puntas para determinar el uso potencial como armas arrojadizas. El estudio lo encabezó Laure Metz, investigadora de la Universidad de Aix-Marsella, en Francia, quien comentó que:
“Al estudiar las puntas y todos los demás artefactos descubiertos en la cueva Mandrin, enriquecemos profundamente nuestro conocimiento de estas tecnologías en Europa y nos permite hacer retroceder la era del tiro con arco en Europa en más de 40.000 años […] El estudio muestra que los neandertales no desarrollaron armas propulsadas mecánicamente y continuaron usando sus armas tradicionales basadas en el uso de enormes puntas en forma de lanza que empujaban o arrojaban con la mano”.
Esta diferencia en las armas utilizadas por neandertales y sapiens pudo ser una ventaja significativa en la lucha por la adaptación y supervivencia. Según Ludovic Slimak, de la Universidad de Toulouse-Jean Jaurès, el arco permitía cazar de lejos y minimizaba los peligros de atacar a las presas en distancias más cortas:
“Los arcos ofrecen un acceso seguro, fácil y casi infinito a las proteínas. Y esto debe haber tenido un impacto directo también en cuántas personas puedes alimentar y, por lo tanto, a cuántos niños puedes asegurar la subsistencia de manera segura”.

Algunos de los restos líticos hallados en Francia. Metz, L. et al. 2023 / Science Advances
Conclusiones a debate
Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo con las conclusiones del estudio sobre los fragmentos líticos encontrados en Francia. A pesar de que las puntas muestran desgastes por impactos, no se puede afirmar que se utilizaran en flechas. La cronología de los artefactos es otro asunto que genera escepticismo, por lo que los expertos plantean otras posibilidades a las detalladas en el estudio. El paleontólogo Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca, expuso para “El País” que el descubrimiento ofrece tres posibilidades: es posible que los neandertales sí que fueran capaces de fabricar arcos y flechas; los habitantes de la cueva sí que fueron humanos modernos y habría que retrasar la fecha de llegada a Europa occidental; o las puntas no fueron empleadas en flechas, sino en jabalinas que se lanzaban con la mano.
En cualquier caso, de confirmarse que los artefactos son de hace 54 000 años, supondrían un descubrimiento relevante para conocer más y reinterpretar la cultura material y técnica de las poblaciones europeas en una época de cambios con la llegada de Homo sapiens y la extinción de los neandertales.
Referencias:
- Criado, M. A. 2023. Unas puntas de 54.000 años sugieren que los ‘sapiens’ ya disparaban flechas cuando contactaron con los neandertales. elpais.com.
- Metz, L. et al. 2023. Bow-and-arrow, technology of the first modern humans in Europe 54,000 years ago at Mandrin, France. Science Advances 9, 8. DOI: 10.1126/sciadv.add4675.
- Slimak, L. et al. 2022. Modern human incursion into Neanderthal territories 54,000 years ago at Mandrin, France. Science Advances 8, 6. DOI: 10.1126/sciadv.abj9496.