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La industria de los fósiles de dinosaurios: cómo el comercio está afectando seriamente a la ciencia

La puja por los fósiles en las casas de subastas alcanza cada vez cifras mayores. Millones de dólares con los que las instituciones científicas no pueden competir. Todo un lastre para la paleontología.

La industria de los fósiles de dinosaurios: cómo el comercio está afectando seriamente a la ciencia (Fran Navarro)
Fran Navarro

Los dinosaurios fascinan a cada vez más personas en el mundo. Si a esta circunstancia le añadimos la exclusividad de los fósiles, piezas únicas con millones de años conservadas por un capricho de la naturaleza, la situación resultante es un negocio que no hace más que aumentar las cifras de dinero ofrecido por la compra de dinosaurios. En este contexto el capricho es el de una persona con mucha pasta, sin embargo, con cada fósil que acaba en manos privadas la ciencia pierde una oportunidad única de recabar información sobre la historia de la vida en nuestro planeta.

Fósil de T. rex

Fósil de T. rex. iStock.

La tendencia del Jurásico

El arte ha pasado de moda en las subastas. La tendencia ahora es comprar un dinosaurio. Picasso y Van Gogh ya no encabezan la publicidad de las casas de subastas más lujosas del mundo. Las pujas que suman más millones van dirigidas a huesos fosilizados y, por supuesto, las instituciones científicas no pueden competir para hacerse con los restos. ¿Qué supone esto para la ciencia?

Hay países que tienen leyes que protegen los restos fósiles como propiedad pública del estado. Pero en Estados Unidos el fósil pertenece al dueño de las tierras donde se encuentre. El auge del negocio de fósiles ha llevado a que estos terratenientes no opten por paleontólogos como descubridores que favorezcan el conocimiento científico, sino que venden los restos de dinosaurios al mejor postor.

“Los ganaderos que solían dejarte ir y recolectar especímenes ahora se preguntan por qué deberían permitirte tenerlos gratis cuando un coleccionista comercial desenterraría los huesos y dividiría las ganancias”.

Así lo explicaba para The New York Times Jonhmai O’Connor, paleontóloga del Museo Field de Historia Natural de Chicago. Por contra, los cazadores de fósiles que se benefician de esta situación argumentan que ellos ayudan a recuperar fósiles que permanecerían enterrados de no ser por ellos. El mismo razonamiento inútil que suelen emplear los usuarios de detectores de metales que desentierran piezas arqueológicas. En ambos casos, los restos necesitan ser estudiados en su contexto, requieren de cuidados específicos y un sinfín de prácticas más empleadas por los investigadores para extraer la mayor información posible del hallazgo.

Cráneo de Tyrannosaurus rex

Cráneo de Tyrannosaurus rex. iStock.

¿Millones de dólares por una falsificación?

Desde grandes magnates a estrellas de Hollywood, muchos no ven en un cráneo de Tyrannosaurus rex un fósil con el que desvelar incógnitas a través de la ciencia, sino una exclusiva pieza de diseño con la que decorar algún rincón de su mansión.

A principios de octubre de 2020 se subastó el fósil Stan, un espécimen de tiranosaurio rex por el que se pagaron 31,8 millones de dólares. Parece ser que en este caso acabará expuesto en el nuevo Museo de Historia Natural de Abu Dabi, pero otros fósiles no han tenido un destino tan esperanzador.

Y como ha ocurrido siempre con el arte, también hay falsificaciones o verdades a medias que solo tienen un objetivo: dinero. A finales de 2022, la famosa casa de subastas Christie’s tenía a Shen como la pieza más destacada de la lista. Se trataba de un fósil de Tyrannosaurus rex que estimaban que sería vendido por entre 15 y 25 millones de dólares. Sin embargo, saltó una polémica por las similitudes entre Shen y el fósil Stan. Además, Christie’s aseguraba que el fósil subastado tenía el 54% del esqueleto de un tiranosaurio, el resto se completaba a partir de réplicas. Pero varias voces pusieron en duda la autenticidad del mismo y al debate se unieron las críticas de paleontólogos por este negocio que “roba” tesoros a la ciencia. La subasta fue cancelada porque, según la casa de subastas, el propietario del fósil decidió alquilarlo a un museo para su exposición pública.

Subasta

Ejemplo de subasta de un fósil de dinosaurio.

Mientras tanto, muchos fósiles siguen teniendo el nocivo recorrido desde la roca donde se extraen a las casas de subastas. El paleontólogo Steve Brusatte lo tiene tan claro como muchos otros de sus compañeros:

“Es triste que los dinosaurios se conviertan en un objeto de colección para la clase oligárquica”.

Referencias:

  • Black, R. 2020. The cost of fossil auctions. New Scientist 248, 3310, 23. DOI: 10.1016/S0262-4079(20)32083-2.
  • García Vega, M. Á. 2022. Dinosaurios, ese oscuro objeto de deseo por el que los coleccionistas pagan millones. elpais.com.
  • Jacobs, J. 2022. As Dinosaur Fossils Fetch Millions, There’s Many a Bone to Pick. nytimes.com.

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