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La evolución de la inteligencia humana: una carrera contra nuestra propia adaptación

Evolucionamos tan rápido que nos hemos adelantado a nuestra genética, y esto tiene sus consecuencias.

Los humanos somos los seres más inteligentes del planeta, pero ¿a qué precio? (Fran Navarro)
Fran Navarro

Lo seres humanos hemos llegado hasta la posición actual que tenemos en la naturaleza gracias a nuestro cerebro. Todos estamos de acuerdo en esto. Es el factor diferencial respecto al resto de especies de pueblan o han poblado el planeta Tierra. Únicamente por nuestro físico tendríamos poco que hacer frente a la mayoría de los animales salvajes. No somos ni más fuertes, ni más rápidos que cualquier depredador que intentara darnos caza. Pero tenemos una máquina de pensar que nos permite construir una trampa, engañar a otros animales o fabricar un arma con la que cazar hasta un mamut. Una de las grandes preguntas de la ciencia es ¿por qué existe la mente humana? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Diversas disciplinas aúnan fuerzas para encontrar las respuestas, pero por el camino vamos descubriendo factores que nos llevan a otra duda no menos importante: ¿qué precio tiene nuestra evolución?

Antropología

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? iStock.

La evolución del ser humano: a toda velocidad

“Cualquier cambio, aunque suponga una mejora, tiene también un precio y el desarrollo de la cultura y tecnología no fueron ninguna excepción”.

De estar de acuerdos con esta afirmación de Enric Bufill en “El precio de la inteligencia”, debemos reconocer que los humanos llevamos unos cuantos cambios en nuestra historia. ¿Cuáles han sido los precios por ellos?

“La civilización trajo también la superpoblación, la pobreza, la guerra, la amenaza nuclear, la contaminación medioambiental, la destrucción de la biosfera y el calentamiento global”.

Además, estos cambios se han dado a una velocidad mucho mayor de la que somos capaces de adaptarnos. Según el paleontólogo Jordi Agustí, esto nos han llevado a un retraso genómico. Llevamos un tipo de vida para el que no nos hemos adaptado genéticamente.

“Hicieron falta tres millones de años para pasar de los homínidos que elaboraban utensilios líticos a partir de esquirlas a los humanos que fundieron el primer cobre; pero progresamos desde la Edad de Hierro hasta los vuelos espaciales en solo 3000 años”.

Evolucionamos tan rápido que hemos adelantado a nuestra genética, y esto tiene sus consecuencias. Hemos sido capaces de adaptar el entorno a nuestras necesidades, pero este mundo artificial impide que se seleccionen adaptaciones naturales en nuestra especie. ¿Ha dejado de evolucionar el ser humano? Desde luego, muchos investigadores apuntan a un parón importante.

Astronautas viaje espacial

Hemos pasado de fabricar herramientas de piedra a los viajes espaciales demasiado rápido. iStock.

No estamos adaptados al tipo de vida que llevamos

Esta situación ha provocado en muchos de nosotros trastornos físicos y emocionales, así como enfermedades psiquiátricas y neurodegenerativas únicas en nuestra especie. Este tipo de enfermedades:

“Se encuentran entre las más prevalentes en los países desarrollados y entre las causantes de un mayor coste económico y un mayor sufrimiento a pacientes y familiares. Un cierto número de dichas enfermedades, entre ellas la enfermedad de Alzheimer, la esquizofrenia o el autismo, parecen ser exclusivas, o por lo menos mucho más frecuentes, en el ser humano”.

Es decir, los mayores problemas a los que nos enfrentamos los seres humanos vienen del hecho de que somos un primate cazador-recolector adaptado a vivir en grupos pequeños que ha terminado habitando ciudades masificadas con la Inteligencia Artificial trabajando ya para nosotros.

“La evidencia esquelética sugiere que los cazadores-recolectores del Paleolítico experimentaban estrés fisiológico estacional, pero no el estrés crónico y severo frecuente en las poblaciones agrícolas del Neolítico, periodo en el que la malnutrición crónica y las enfermedades infecciosas eran comunes”.

Desde entonces, no hemos dejado de pagar el precio de la inteligencia.

Referencias:

  • Agustí, J. et al. 2012. El precio de la inteligencia. La evolución de la mente y sus consecuencias. Crítica.
  • Ayuso, M. 2012. Ser inteligentes tiene un precio para nuestra especie. elconfidencial.com.
  • Dartnell, L. 2019. Orígenes. Cómo la historia de la tierra determina la historia de la humanidad. Debate.

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