En busca del Paraíso egipcio: la eterna fascinación del Nilo
Aaru era la marisma eternamente fértil donde reinaba Osiris, el dios de los muertos. Solos los justos, aquellos que superaban el Juicio de Osiris, podían emprender el viaje hacia este paraíso, donde tendrían una eternidad placentera.

En el mundo occidental es habitual que pensemos en el Paraíso como un concepto cristiano, pero hace más de 4000 años que la eternidad después de la muerte fue “inventada” por los egipcios. Hasta ahora, el ser humano tiene una única certeza inevitable: la muerte. Es por ello que las religiones, filosofías y la ciencia le han dedicado y dedican tanta atención.

Representación del Aaru en el Papiro de Ani. Wikimedia.
El origen del Paraíso
Asuntos como la resurrección o la inmortalidad acostumbran a aparecer en textos religiosos de todas las épocas, frecuentemente acompañados con la idea del Más Allá, donde la comida y la bebida abundan y el placer eterno sustituye a las penurias vividas en la vida terrenal. Es el gran premio para los que fueron buenos (y obedientes) en el más acá. En las culturas occidentales ofrecemos flores a nuestros difuntos, pero todavía hay otras creencias que continúan con la tradición prehistórica de depositar comida en las tumbas de sus familiares y amigos. No es baladí, por tanto, que el Paraíso fuera imaginado como un lugar donde reinara la abundancia para siempre.
Los egipcios fueron la primera civilización de la historia en creer en la entrada al Paraíso después de la muerte según el comportamiento en vida. Una idea que heredaron los griegos, los romanos y, sobre todo, el cristianismo. Y hay que entender esta concepción como un logro del pueblo egipcio, pues durante el Imperio Antiguo (2686-2181 a. C.) el faraón era el único que iba al Paraíso eterno. Pero hace unos 4200 años, la revolución social acontecida en el país del Nilo no solo produjo cambios en la política, sino también en la religión (prácticamente son lo mismo en el mundo antiguo): todos los egipcios ganaron el derecho a la vida de ultratumba.
¿Cómo se llegaba al Aaru?
Primero había que superar el Juicio de Osiris. En una balanza se pesaba el corazón del difunto y la pluma de la Verdad de la diosa Maat. Si el corazón pesaba más, el difunto era un impuro y Ammyt, “la devoradora de los muertos”, se comía su corazón. Pero si pesaban lo mismo, el difunto era “justo de voz” y podía emprender un peligroso viaje por el inframundo para llegar hasta el Paraíso. Para superar las amenazas del camino, debía valerse de su experiencia en vida y las artes mágicas que ofrecía el Libro de los Muertos, una guía para el Más Allá de los egipcios.

El Aaru egipcio era igual que la vida terrenal, pero en un lugar eternamente fértil. iStock.
¿Cómo era el Paraíso egipcio?
El gran público está acostumbrado a pensar que los egipcios vivían obsesionados con la muerte, de ahí tantas tumbas como las pirámides, momias y todo ese complejo mundo funerario. Pero podemos sacar una lectura muy distinta según concebían el Paraíso y demostrar que en realidad estaban enamorados de la vida y deseaban continuarla después de la muerte.
El Paraíso egipcio no era una especie de “País de Jauja” donde holgazanear eternamente gracias al exceso de comida y bebida disponible. El Aaru egipcio era un “Campo de Juncos”, que luego los griegos tradujeron como “Campos Elíseos”, y allí tenía lugar la vida tal y como la conocían, pero en una tierra que siempre era fértil y no se sucedían las sequías y hambrunas que de vez en cuando asolaban el valle del Nilo. El campesino seguía trabajando en el campo y el faraón seguía reinando:
“Pero no deja de ser curioso que los hombres y mujeres del antiguo Egipto se esforzaran en perpetuar su estilo de vida en el más allá, lo que da a entender que se trataba de una civilización feliz, muy diferente al carácter sumerio, hitita, babilónico, acadio o incluso judío (todos ellos sin paraíso). No en vano, también llamaban a su país Ta meri, es decir, tierra amada”.
Referencias:
- Budge, W. 2006. Ideas de los egipcios sobre el más allá. El barquero.
- Mark, J. 2018. El más allá en Egipto y la Pluma de la Verdad. worldhistory.org.
- Padró, J. y Colomé, S. 2015. La vida eterna, un invento de los faraones. lavanguardia.com.