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Las alucinaciones de Juana de Arco

¿Estaba desequilibrada o era, simplemente, una embustera?

De todo el abanico de síntomas que afectan a la esfera cerebral los que sobrellevan un mayor estigma son aquellos relacionados con las alucinaciones, porque para los profanos es una manifestación inequívoca de “estar loco” e, incluso, de que puede ser un peligro para los que están a su alrededor.

En estos momentos el término “alucinación” ha adquirido una dimensión coloquial, en la que se ampara diferentes experiencias que sobrepasan los límites de la normalidad. Sin embargo, desde un punto de vista médico una alucinación es un error sensorial y perceptivo, un fenómeno sensoperceptivo que se produce sin que exista un estímulo identificable que lo origine.

En este sentido habría que diferenciar las alucinaciones de las ilusiones, las cuales sí están provocadas por un estímulo, pero éste se produce debido a una elaboración errónea de la información. Por ejemplo, una ilusión sería confundir una silla con ropa, en la oscuridad de la noche, con alguien que está agazapado esperándonos.

Las alucinaciones de Juana de Arco

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No siempre es sinónimo de locura

Según el estímulo sensorial las alucinaciones pueden ser visuales, olfativas, gustativas, táctiles o auditivas. Las visuales consisten en percibir objetos, personas o luces que no existen; en la olfativas lo que se capta son olores que no están en el entorno; en las gustativas hay engaños perceptivos relacionados con el gusto y en las táctiles las personas pueden sentir una sensación rara o un movimiento extraño en el cuerpo. Por último, en las alucinaciones auditivas, que son las más frecuentes, las personas refieren oír eufonías procedentes del interior de la cabeza.

Si nos centramos específicamente en las alucinaciones auditivas, pueden ser de varios tipos, en algunos casos lo que se escuchan son voces que pueden proceder de una o varias fuentes, conversando directamente con la persona que las tiene o narrando lo que ocurre a su alrededor. Las voces pueden ser positivas o negativas, llegando incluso a ordenar a la persona que cometa ciertas acciones que pueden poner en peligro su vida o la de terceras personas.

En otras ocasiones las personas lo que oyen son ruidos procedentes del entorno, que pueden ser sonidos ambientales o causados por objetos (puertas, timbres, teléfonos…).

Entre las causas o enfermedades que pueden desencadenar la aparición de alucinaciones se encuentra, por ejemplo, el consumo de tóxicos, la privación excesiva de sueño, enfermedades neurológicas como la demencia o la epilepsia, y enfermedades psiquiátricas, en especial la esquizofrenia.

Las alucinaciones de Juana de Arco

Uno de los personajes históricos que mejor está documentado que padeció alucinaciones es Juana de Arco (1412-1431), la heroína francesa por antonomasia, la cual ha pasado a la historia como la doncella de Orleans.

Juana nació en una época marcada por las guerras, en especial, la que tenía sumida a franceses e ingleses: la Guerra de los Cien Años (1337-1453). Este conflicto fue uno de los más crueles y devastadores de la Edad Media. Cuando Juana de Arco nació la contienda ya llevaba consumidos setenta y cinco años, de los ciento dieciséis en los que se prolongaría.

Según sus propios testimonios las alucinaciones hicieron su aparición a los trece años y eran predominantemente auditivas, aunque ocasionalmente también eran visuales. Juana de Arco insistía en ver y escuchar al arcángel San Miguel, a Santa Catalina de Alejandría y a Santa Margarita de Antioquía.

Según sus propios testimonios las alucinaciones hicieron su aparición a los trece años y eran predominantemente auditivas

Durante el proceso inquisitorial que la condenó a la hoguera la joven relató que las voces se repetían dos o tres veces por semana, que al principio le decían que tenía que ser piadosa e ir a misa, pero que luego la ordenaban liderar el ejército francés y liberar la ciudad de Orleans del dominio inglés.

Una enferma epiléptica

Desde el punto de vista médico se han escrito ríos de tinta sobre sus alucinaciones, algunos estudiosos han defendido que Juana era esquizofrenia y que estos síntomas formaban parte de su proceso psicótico.

En contra de esta teoría la joven no tenía desestructurada la personalidad, un síntoma característico de estos pacientes, y las voces no procedían del interior de su cabeza, como suele suceder en la mayoría de los pacientes esquizofrénicos actuales. Juana declaró que “venían del jardín de al lado de la iglesia”.

Juana de Arco

Otros autores, sin mucho éxito, cargaron las tintas en otra enfermedad psiquiátrica: la histeria, ya que en su figura se fusiona el fanatismo religioso y una marcada influencia sacerdotal durante su infancia.

En los últimos años ha cobrado mayor fuerza la hipótesis defendida por dos científicos italianos, que atribuyen las voces que oía Juana de Arco a una epilepsia parcial, localizada en las zonas cerebrales que se encargan de la audición. Esta teoría se sustenta en que los pacientes que tienen este tipo de epilepsia tienen alucinaciones auditivas durante las crisis y, además, existe la creencia de que Juana presentaba convulsiones durante el sueño.

Dado que hay un grupo de genes que están involucrados en este tipo de epilepsia todos los esfuerzos se centran actualmente en analizar el ADN de la joven. Sus restos desaparecieron en la hoguera, pero es sabido que la doncella de Orleans acostumbraba a sellar sus cartas de cera dejando la huella de su dedo y un pelo, para probar su identidad. Quizás ahí puede estar la clave del diagnóstico.

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