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Piratas actuales: así actúan y viven

Asaltos a yates y emboscadas en las bahías. Los piratas siguen siendo una amenaza en los mares del siglo XXI.

Piratas actuales: así actúan y viven (Fran Navarro)
Fran Navarro

Los piratas existen desde que el ser humano aprendió a navegar. En cuanto un navegante decidió robar algo de otro barco, ahí, en ese mismo instante, tuvo comienzo la historia de la piratería. A lo largo de los siglos, multitud de hombres y mujeres han optado por dedicar sus días a la vida pirata. Aún hoy hay quien lo ve como una solución a sus necesidades. Si eres de los que alguna vez ha soñado con hacerse a la mar bajo una bandera negra, un mapa en una mano y una botella de ron en la otra, hay barcos piratas que siguen reuniendo tripulantes y zarpan en busca de botín por los mares del siglo XXI. Ahora bien, es una práctica que desaconsejamos por completo.

Piratas somalíes en una nave capturada

Piratas somalíes en una nave capturada.

¿Qué se necesita para ser un pirata moderno?

Obviamente un barco. Un pirata es, literalmente, un ladrón en el mar. Hasta donde sabemos, no hay registros de piratas que hayan tenido éxito asaltando un barco a nado. Ahora bien, la mayoría de piratas lo son por necesidad. Por tanto, ¿cómo consigue un barco un grupo de piratas arruinados? En las décadas de 1920 y 1930 hubo piratas chinos que secuestraban embarcaciones hasta saquearlas por completo. Por entonces había vapores británicos que transportaban correo y otras mercancías además de pasajeros. Atracaban en Hong Kong y allí los piratas se hacían pasar por inocentes pasajeros. Subían a bordo repartidos entre la primera y la tercera clase para abarcar cuanto más mejor la embarcación. Durante el viaje iniciaban su ataque y se hacían rápidamente con el control de la sala de máquinas y el puente de mando. Detenían el barco o cambiaban el rumbo mientras robaban todo cuanto podían.

En el Caribe siguen actuando los piratas. Ahora se hacen pasar por marineros o personal de servicio. Algunos logran sortear los procesos de investigación y acaban contratados en un yate o cualquier otra embarcación de recreo privada. Una vez en el mar, atan a los propietarios del barco o los matan directamente y utilizan el yate para introducir drogas en Estados Unidos.

“El Amazonas es igualmente famoso por esta clase de ataques piratas oportunistas. El 7 de diciembre de 2001, sir Peter Blake, el famoso regatista y campeón del mundo neozelandés, fue asesinado a bordo de su yate Seamaster cuando intentó defenderse de siete u ocho piratas ribereños armados que habían conseguido subir a bordo sin ser vistos en torno a las diez de la noche”.

Emma Kelty era una kayakista británica que practicaba por el Amazonas. El 12 de septiembre de 2017 escribió en su cuenta de Twitter:

“Hoy empecé a luchar remando a través de 20 kilómetros de tormentas. Llegué a un pueblo sin problemas y pasó la tormenta para mi alivio... pero luego ¡¡¡doblé un recodo y me encontré con 50 tipos en lanchas de motor con flechas!!! […] Vale 30 tipos... pero en cualquier caso... son un montón de tipos en una zona de lanchas con flechas y rifles”.

A pesar de los avisos que había recibido, no le dio importancia a los piratas. Emma Kelty fue asesinada al día siguiente a orillas del río Solimões, un afluente del Amazonas.

El barco pirata del siglo XXI

En la edad dorada de la piratería, cuanto más grande era el barco, mejor. Los grupos de piratas que actúan hoy en el mar de la China Meridional, el estrecho de Malaca, el mar Arábigo o el golfo de Guinea no quieren barcos grandes. Lo último que desea alguien que está cometiendo o pretende cometer una ilegalidad es llamar la atención. Los piratas de hoy día se mueven en barcos que pasen desapercibidos y se confundan con el resto de embarcaciones pesqueras de sus respectivas zonas. La única diferencia entre un barco pirata y una embarcación de pesca en la actualidad es que el primero está equipado con escalerillas para el abordaje y su tripulación suele ir armada con rifles de asalto y lanzagranadas. De hecho, a veces ni siquiera esto último, pues en zonas como la costa somalí o el golfo de Guinea es habitual que los pescadores también lleven armas en sus barcos, precisamente para defenderse de un posible ataque pirata.

Los piratas de hoy se enfrentan a una vigilancia extrema, no solo por mar, sino por aire con los helicópteros y drones. Los grandes piratas de los siglos modernos eran expertos en difundir una propaganda de terror para que sus rivales se rindieran sin siquiera oponer resistencia. Los grandes piratas de la actualidad dominan el arte de ocultarse a plena vista.

Los motores facilitan los viajes y desplazamientos más rápidos. Las neveras ayudan a conservar los víveres y el agua potable. Algunos han cambiado el ron por el khat, unas hojas que mascan y produce un efecto estimulante. Pero los piratas siguen siendo igual de despiadados.

Barco capturado por piratas actuales

El buque petrolero MV Sirius Star es uno de los barcos más grandes en ser capturado por piratas modernos.

Nuevos tiempos, misma picardía

Algunos piratas “contratan” a tripulantes para que se encarguen del mantenimiento del barco. Los mantienen como rehenes para exigir un rescate a cambo de su liberación y también tienen la función de “escudos humanos” para evitar que el barco pirata sea contratacado por miedo a matar a inocentes (como de he hecho ha ocurrido en ocasiones).

A pesar del avance tecnológico y la diferencia de contextos, los piratas modernos se siguen pareciendo a los antiguos en algo:

“Siguen prefiriendo las calas, las pequeñas bahías o los promontorios rocosos que habían buscado las generaciones anteriores por la misma razón: estos lugares permiten a los piratas esperar al acecho, salir precipitadamente y atacar antes de que el barco elegido como objetivo tenga tiempo de reaccionar y se aleje a toda velocidad o solicite ayuda”.

La vida libre y alegre sigue siendo una idealización

En vez de Tortuga, los piratas actuales pueden pasar un buen rato en Harardhere o Eyl, ambos enclaves en Somalia. Aquí encuentran todo tipo de negocios dispuestos a satisfacer sus demandas, desde cafeterías a concesionarios de coches. Sin embargo, las historias de jóvenes piratas con mansiones o coches de lujo vuelven a ser producto de una idealización sensacionalista. Jay Bahadur fue un periodista que visitó uno de estos refugios de piratas:

“Si Eyl estaba llena de dinero en efectivo de los piratas, sus habitantes lo ocultaban muy bien. Como refugio de piratas, fue una profunda decepción; las mansiones opulentas, las fiestas salvajes y los excesos exacerbados por las drogas que la cobertura de los medios internacionales me había inducido a esperar brillaban por su ausencia”.

Referencias:

  • Lehr, P. 2021. Piratas. Una historia desde los vikingos hasta hoy. Crítica.
  • Miguens, S. 2012. Breve historia de los piratas. Nowtilus.
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