Este es el origen de los ‘Peaky Blinders’ reales
La auténtica banda criminal de Birmingham se formó a finales del siglo XIX.
La serie “Peaky Blinders” estrena su sexta y (a priori) última temporada. Todo un éxito mediático que ha cautivado al gran público bajo el paraguas del gusto actual por los antihéroes y nuestra fascinación natural por las bandas criminales, esas que cuentan con su propio género en el cine. Los gánsteres famosos como Al Capone tuvieron su mayor pico de actividad durante los años veinte. Fueron la respuesta violenta a la ley seca estadounidense, que desató la época con más violencia del país. Los auténticos Peaky Blinders, aunque en la serie se ambienten también en 1920, fueron una banda de la década de 1890. ¿De dónde salieron? ¿Cuál es el origen de estos mafiosos?
Cuando la calle es lo único que tienes
Las bandas callejeras de Birmingham no aparecieron de manera espontánea. La pobreza que vivían las familias de estos barrios ingleses hacía que solo tuvieran una posesión, un único ambiente que les pertenecía: la calle. Según nos cuenta Carl Chinn, bisnieto de un auténtico Peaky Blinders:
“Las calles de los barrios más desfavorecidos se convirtieron prácticamente en entes vivos
que personificaban las cualidades que sus habitantes alababan: la dureza,
la habilidad de luchar y un carácter tosco, perspicaz y, sobre todo, franco y natural.
Las personas ajenas a ellos no diferenciaban entre los residentes y las calles,
ya que eran una unidad indivisible y aterradora para aquellos que no pertenecían a ellas”.
Los jóvenes de entonces no tenían zonas de recreo, ni más formas de ocio que las ofrecidas por la calle. Era su lugar y el sentimiento de pertenencia a tu calle creaba vínculos con los tuyos y diferenciaba a los “otros” que no eran de tu calle. Entre esos “otros” llegaron los agentes del cuerpo policial formado en 1839, que pretendían controlar las calles. El choque estaba asegurado.
“Ese sentimiento de pertenencia despertaba en muchos jóvenes un orgullo
que se reflejaba en su propia destreza física y masculinidad
e instauraba en ellos la severidad de su calle.
Esto generaba peleas con aquellos que pertenecían a otras calles,
algo de lo que tenemos pruebas desde 1840”.
Muchos jóvenes vieron enemigos en los policías que venían a imponer leyes que iban en contra de la cultura popular en la que ellos se habían criado. Lo que hasta entonces había sido entretenimiento para ellos, ahora pasaban a ser actos ilegales.
A medida que el número de agentes crecía y los intentos por controlar las calles aumentaban, las bandas callejeras oponían más resistencia y más violento se volvía el asunto. Los matones, los juegos con apuestas y las esquinas peligrosas formaban parte de los elementos que caracterizaban las calles de Birmingham a finales del siglo XIX.
Estas bandas empezaron a tomar una presencia notoria y, con el paso de los años, cada vez más noticias hacían referencia a las llamadas slogging gangs, que llegaron a tener mala reputación no solo a nivel local, sino nacional. A partir de 1890, estas slogging gangs empezaron a ser conocidas con otro nombre dotado de una consideración aún más negativa hacia los criminales que formaban parte de esas bandas: los Peaky Blinders.

Reales Peaky Blinders
Matones sin elegancia alguna
La diferencia cronológica entre la historia y la serie es importante, pues entre los Peaky Blinders reales y los ficticios hay toda una guerra mundial. Pero quizás la serie buscó hacer coincidir a sus protagonistas con la “edad dorada” de los gánsteres. De hecho, la estética de la serie muestra a unos personajes elegantes y respetados a la par que temidos. Los criminales históricos en los que se basa la serie no eran poderosos mafiosos que vistieran con exquisito glamour. Eran simples matones de barrios pobres y la mayoría se ganaba la vida con algún trabajo, ya que sus negocios ilegales no solían bastar para vivir de ellos. Nadie que viviera la realidad de los Peaky Blinders le tendría el más mínimo respeto a una banda de despreciables sin clase. Su presencia en las calles de Birmingham manchó el nombre de la ciudad. Así lo expresaba el “Birmingham Mail” el 5 de noviembre de 1901:
“...ganándose a toda velocidad el distintivo de ser una de las ciudades más tumultuosas del reino. No debemos olvidar que ya disfrutamos de esta reputación una vez, pero, puesto que un halagador escritor nos otorgó el título de la ciudad mejor gobernada del mundo, o hemos mejorado a la hora de reconocer nuestros errores o hemos fallado. Es cierto, sin embargo, que los disturbios de Birmingham de hoy, en lugar de ser crónicos, son endémicos. Estallan de vez en cuando en ciertos barrios de la misma forma que lo hacen la viruela y la escarlatina”.
La leyenda alrededor del nombre “Peaky Blinders”
Las historias contadas de abuelos a nietos decían que el nombre de los Peaky Blinders venía por la costumbre de llevar cuchillas desechables cosidas a las gorras y que, en plena pelea, utilizaban para cortar la frente del enemigo, cegarlo con su propia sangre y aprovechar la ventaja para vencer. Pero los testimonios directos y los informes de la policía nos muestran a unos jóvenes violentos menos sofisticados. Atacaban con lo que tenían a mano y, por entonces, las calles de los barrios pobres de Birmingham estaban pavimentadas con grandes adoquines que se soltaban fácilmente. Los Peaky Blinders usaban habitualmente el arma más sencilla y abundante a su disposición: tirar piedras.
Machistas, violentos, despreciables sin escrúpulos que atacaban lo mismo a niños que a ancianos indefensos. El término Peaky Blinders no tardó en generalizarse en todo el país para hacer referencia a cualquier banda criminal. Pero su origen estaba en Birmingham.
Referencia:
Chinn, C. 2020. Peaky Blinders. La verdadera historia. Principal de los Libros.