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La curiosa historia del descubrimiento de la famosa “Venus de Milo”

Es bastante fácil que conozcas a la "Venus de Milo", una de las esculturas de la antigüedad más famosas de todos los tiempos. La cual ha sido objeto de atención y admiración durante siglos e incluso protagonista en forma de gominola de uno de los capítulos más recordados de los Simpson. Lo que quizás no sepas es de donde viene el origen de su denominación y, sobre todo, los azarosos vaivenes que hay detrás de su descubrimiento. Los cuales, la acabaron llevando, por casualidad, al lugar donde reposa hoy: el museo del Louvre de París.

Antes de comenzar, quizás es preciso explicar algo que puede resultar obvio pero quizás no lo sea tanto: ¿Quién era Venus?, y sobre todo, ¿de dónde procede ese nombre?. Pues etimológicamente procede del término latino “venus”, que elude la divinidad clásica romana relacionada con el amor y la fertilidad, equivalente a la ya mencionada deidad helena Afrodita. Y es que esta similitud se explica por la particular facilidad de asimilación cultural que tuvieron los romanos durante el proceso de conquista de la Grecia helenística, de la que tomaron innumerables referencias a nivel religioso y mitológico.
Sin embargo la acepción cultural de este término asociado a las representaciones femeninas, generalmente desnudas, surgió muchos siglos después. Concretamente durante el periodo renacentista italiano, que arrancó durante las últimas décadas del siglo XIV y las primeras del XV, y que se extendió por todo el continente europeo hasta el siglo XVI.
Jules Dumont D'Urville, militar y explorador responsable de la llegada de la Venus a París. Fuente: Wikimedia Commons.

Venus Paris LouvreJules Dumont D'Urville, militar y explorador responsable de la llegada de la Venus a París. Fuente: Wikimedia Commons.

Ahora, matizado lo anterior, esta estatua, representación según se cree, de la diosa griega Afrodita, esculpida en mármol blanco procedente de las canteras de la isla de Paros y a la que le faltan ambos brazos… fue descubierta por casualidad el 8 de Abril de 1820 por un campesino en la isla vecina de Milos.
Curiosamente, tras este descubrimiento, existen varias versiones para explicar por qué acabó finalmente en París. Unas afirman que al poco de tener lugar su aparición, está le fue inmediatamente confiscada al campesino por las autoridades turcas, que por aquel entonces seguían ejerciendo su dominio político y militar sobre todos los territorios helenos, y que tras hacerlo se la vendieron a un oficial de la armada francesa. Otras dicen que fue precisamente el campesino el que se la vendió a los turcos para sacar una buena tajada. Incluso, existe una versión alternativa de esta misma donde se cuenta que a quién se la vendió fue a un clérigo ortodoxo. El cual decidió también revendérsela al ya mencionado oficial.
Sea como fuere, el caso es que ese militar, cuyo nombre era Jules Dumont D’Urville, con ella ya en su poder, y para quedar "como un señor" (y de paso hacer un poco la pelota), se la regaló al rey galo por aquel entonces, Luis XVIII. Este, como ya tenía su residencia, el Palacio de las Tullerías, hasta arriba de obras de arte… decidió donársela al Museo del Louvre de París. Lugar definitivo de reposo hasta hoy de esta archiconocida obra.
Obra de Juan de la Corte titulada

Troya Grecia MicenasObra de Juan de la Corte titulada

Y una vez dicho esto…¿sabías que muy cerca del lugar donde se encontró originalmente la Venus también se descubrió un brazo y ya cincelado agarrando una manzana? Pues sí. Y es que muchos historiadores del arte han asegurado que este estaba destinado a ser ensamblado en la estatua. ¿Y por qué agarrando concretamente esa fruta? Pues para hacer referencia al conocido mito de “la manzana de la discordia”, origen mitológico de la guerra de Troya.
Y es que, según este, Eris, diosa de la discordia, dejó una manzana de oro con la inscripción “para la más bella” en la boda de Peleo, a la cual no había sido invitada. En dicho enlace estaban presentes Hera, Atenea y la propia Afrodita, y Zeus, que no quería movidas, le encargó el marrón de la elección a Paris, príncipe de Troya. Las diosas, para que este se decantase por una u otra, comenzaron a ofrecerle cosas que él realmente deseaba. Al final, Paris escogió a Afrodita, entregándole la manzana y reconociéndola como la mujer más bella del Olimpo. ¿Y qué le ofreció ella concretamente? Pues el amor de la mujer más bella del mundo. ¿Y quién era la mujer más bella del mundo en aquel entonces? Sí, Helena de Troya. La cual huyó con Paris provocando la ira de Menelao, su marido, y desencadenando la famosa guerra que acabaría con la legendaria ciudad situada en Asia Menor.
Para ir concluyendo, en lo relativo a la cuestión sobre quién fue su autor y cuando se fabricó existe mucha controversia. Las primeras teorías dirigidas por el equipo de expertos del propio Louvre se orientaron hacia la idea de que la estatua se esculpió durante el periodo clásico, es decir, entre los siglos V y IV a.C., atribuyendo su autoría a alguno de los grandes genios de la época, como fue el caso de Fidias o Praxíteles. Algo sorprendente, máxime cuando en la propia base sobre la que fue hallada existe una referencia como autores a dos artistas de nombres Agesandros y Aleixandros, ambos procedentes de Antioquia, colonia que no fue fundada hasta el periodo helenístico. Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos se ha podido estimar su creación en una fecha próxima a finales del siglo II a.C.
Sin embargo, y por desgracia para los dos escultores referenciados en su soporte, actualmente se la sigue considerando como una obra de artista desconocido. Lo que no quita, claro está, que se la siga admirando y considerando como una de las esculturas clásicas más bellas y virtuosas que uno pueda contemplar.

Referencias:
Curtis, G. 2004. Disarmed: The history of the Venus of Milo. Vintage. 20-61.
Climent Carbó, A. 2008. La Venus de Milo: Obra de Historia y Patrimonio Histórico. 1-7.
VV.AA. 2017. El libro del arte. DK/Akal. 42-43, 148-151.

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