Los zapatos de Tutankamón y otras historias del calzado egipcio
Los más de 40 pares de sandalias procedentes de la tumba de Tutankamón revelan que, en el Egipto faraónico, se tomaban el calzado en serio.
Si pensamos en el antiguo Egipto, enseguida surgen imágenes icónicas en las que se superponen la piedra de Rosetta, el proceso de momificación o la tríada de las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos junto a la esfinge que las guarda. Y si repetimos el ejercicio con el faraón Tutankamón, surgirán en nuestra mente el sarcófago del difunto, la máscara de oro y lapislázuli o los frescos que decoran la cámara mortuoria. Con casi total seguridad, no asociaremos al desaparecido regente con zapatos.
Y, sin embargo, la tumba del faraón también albergaba decenas de pares de sandalias que el arqueólogo André J. Veldmeijer y su equipo estudiaron con detalle en el marco del Ancient Egyptian Footwear Project. Este proyecto, que dio inicio en 2004, se ocupó de analizar las numerosas colecciones egipcias y repertorios iconográficos en busca de evidencias del calzado en el Egipto faraónico. Los fondos del Ägyptisches Museum und Papyrussammlung de Berlín, el Ashmolean Museum de Oxford, el British Museum de Londres o el Museo Egizio de Turín, además del material arqueológico procedente de sitios como Amarna y Elefantina, proporcionaron una cantidad ingente de datos.

Estatua Horemheb
¿Para qué sirve estudiar el calzado de la antigüedad? ¿Realmente puede proporcionar información relevante sobre la vida en el antiguo Egipto? Veldmeijer y los suyos lo tienen claro. Este estudio interdisciplinar ha demostrado cómo la combinación de los datos filológicos, iconográficos y arqueológicos proporciona una visión mucho más rica e históricamente precisa. El análisis sistemático de las fuentes ha permitido obtener datos sobre los sistemas de elaboración del cuero, la tecnología de los materiales, la gestión de talleres de calzado especializados y, sí, también sobre los diseños y las tendencias de moda. Se aprecian las influencias extranjeras del Próximo Oriente, Nubia y el área mediterránea: se estima que las denominadas enveloping sandals podrían haber llegado a Egipto desde Siria durante el período de Amarna (1353-1336 a.C.). El calzado, en cuanto objeto de uso cotidiano tanto por los trabajadores e individuos comunes como por los faraones y las elites de poder, permite reconstruir aspectos socioculturales ligados a los zapatos y a las diferencias de estatus que se manifiestan a través de diseños, decoraciones o incluso de la práctica diferencial de ir descalzo o calzado.
En el ajuar fúnebre de Tutankamón se incluyeron más de 40 pares de sandalias. Algunas de ellas se hallaron en la antecámara de la tumba, dentro de cajas que también contenían vestidos, collares, cinturones tejidos y otras prendas para que el faraón pudiese vestirse en el Más Allá. Los diseños difieren notablemente entre sí. Se encuentran modelos con una suela que termina en puntera y una tira de sujeción central, similares a las chancletas playeras actuales, y otros cerrados lateralmente. Se utilizaron técnicas de cosido y trenzado con materiales como el cuero, la palma y el papiro. Para las suelas, se empleó la técnica de cosido en espiral, usado habitualmente en la elaboración de cestos de fibras vegetales. Las sandalias se embellecían mediante apliques y decoración de cuentas y discos en fayenza y vidrio, de piedras semipreciosas como la cornalina o incluso de piezas de oro. Entre los colores favoritos, dominan el azul, el amarillo y el rojo. Ah, y según apuntan los análisis arqueológicos, el faraón calzaba un 39.
Uno de los pares de sandalias de la tumba destaca especialmente por su originalidad y la finura de su diseño. La suela de madera estaba cubierta de yeso sobre la que se había colocado, a su vez, una fina lámina de cuero. Contaba con una suela decorada, con apliques de corteza de abedul, láminas de oro y diamantes, sobre la que se habían representado a prisioneros inmovilizados, probablemente enemigos originarios de Nubia y Medio Oriente. El simbolismo del faraón que aplasta con los pies a sus oponentes parece claro.
En el antiguo Egipto, además, existía un modelo de sandalia realizado específicamente para calzar al difunto durante la inhumación. Se fabricaban con madera o mediante la técnica del cartonaje, es decir, con tejido estucado o papiro mezclado con resina. Sin embargo, los faraones solían ser enterrados en sus sarcófagos con sandalias de oro, como las que acompañaron en su sueño eterno a Tutmosis III (ca. 1479-1425 a.C.) o al propio Tutankamón. Estas sandalias reproducían en las formas al calzado común de cuero o palma, aunque, por las obvias características del metal, tenían una función de prestigio que enfatizaba la pertenencia del faraón a los más altos rangos de poder.
Referencias
Veldmeijer, A. J. 2017. Footwear in Ancient Egypt: The Medelhavsmuseet Collection. Zandvoort: Blikvelduitgevers Publishers.
Veldmeijer, A. J. et al. 2011. Tutankhamun’s Footwear. Studies of Ancient Egyptian Footwear. Leiden: Sidestone Press.