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Valentina Tereshkova, la cosmonauta del Vostok 6

Valentina Tereshkova fue la primera mujer cosmonauta y un engranaje clave de la propaganda soviética.

Erica Couto

Fue un 16 de junio de 1963 cuando, desde la pista de lanzamiento de la base secreta de Baikonur, despegó la nave Vostok 6. Su única tripulante se llamaba Valentina Tereshkova. Prácticamente inmovilizada en la estrechez de la cabina, Valentina llevó a cabo un vuelo de 70 horas. Orbitó alrededor del globo 49 veces seguidas antes de regresar a la superficie terrestre tres días después, un 19 de junio. Fue la primera mujer en haber realizado tal empresa.

Valentina había nacido en el pequeño pueblo de Maslennikovo en 1937, en el seno de una familia humilde. Huérfana de padre, su madre, que trabajaba como operaria en una fábrica, la crio sola. También Valentina iba camino de dedicarse al trabajo proletario. Llegada a la edad adulta, se empleó en la industria como trabajadora mientras continuaba sus estudios por correspondencia.

Una decisión aparentemente inocua cambiaría ese camino. En 1959, se unió al club de aviación local de Yaroslavl, donde comenzó a practicar paracaidismo con asiduidad. Cuando, en 1961, la Unión Soviética abrió el programa espacial a voluntarios, Tereshkova ya contaba con más de 125 saltos a sus espaldas. Tenía posibilidades de entrar a formar parte de la siguiente generación de cosmonautas.

El papel de las mujeres en la maquinaria propagandística soviética

Imagen: Wikicommons

Vostok 6Imagen: Wikicommons

El énfasis que el discurso político comunista ponía en la emancipación de la mujer soviética constituía uno de sus puntos de fuerza. En el Bloque del Este, las mujeres no solo podían estudiar y trabajar, sino que también se les reconocía el derecho a acceder a puestos de mando y a ingresar en el ejército. Los soviéticos, de hecho, utilizaron estos argumentos para desacreditar a los norteamericanos y tacharlos de burgueses. Fue esta aparente apertura lo que posibilitó que Tereshkova acabase por realizar una misión espacial sin precedentes hasta entonces.

La eligió Nikita Khrushchev, el secretario general del Partido Comunista, de entre un grupo selecto de cinco mujeres. Lo hizo por motivos propagandísticos: Valentina Tereshkova representaba el ideal de la mujer soviética. Comunista convencida y muy activa dentro del partido, provenía de las clases proletarias y era, además, una muchacha agraciada que practicaba paracaidismo y caída libre. Cumplía, por tanto, con los requisitos que la misión exigía.

Su hazaña formaba parte de la máquina de propaganda soviética en plena Guerra Fría. Se buscaban primados y Tereshkova se aseguró uno: el de ser la primera mujer enviada al espacio. La URSS ya había conseguido lanzar al espacio al primer hombre, el héroe nacional Yuri Gagarin, en 1961. En el enfrentamiento que oponía a las dos grandes potencias, cada uno de los bloques necesitaba demostrar su excelencia y su superioridad técnica, que se entendía como supremacía del propio sistema político y social.

Los soviéticos aceleraron el proceso al máximo para evitar que los Estados Unidos se les adelantaran con el envío de una mujer al espacio. Seis meses era todo el tiempo del que disponían para preparar a una candidata seleccionada de entre las filas de la clase trabajadora. Sería la demostración de que cualquier soviético poseía las cualidades necesarias para realizar las hazañas espaciales más increíbles.

Valentina Tereshkova cumplió la misión con eficacia, pero en el periplo surgieron complicaciones. Sufrió de síndrome de adaptación espacial, una condición producida por la ausencia de gravedad. Se arriesgó, además, a aterrizar en un lago y llegó a la superficie terrestre en estado de seminconsciencia. En beneficio de los intereses soviéticos, sin embargo, estos datos no se publicitaron. Lo importante era que la primera mujer en haber realizado un viaje espacial procedía del bloque oriental.

Un final agridulce

Imagen: Wikicommons

Vidriera TereshkovaImagen: Wikicommons

El inicio esplendoroso de la carrera espacial de Tereshkova se vio prontamente truncado. Como admitió la propia cosmonauta en una entrevista concedida en 2015, las autoridades soviéticas obstaculizaron la participación de mujeres cosmonautas en misiones subsiguientes alegando motivaciones familiares: tenían que hacerse cargo de sus hijos. Esta resolución de las autoridades se tomó en contra de la voluntad de las propias astronautas, que estaban dispuestas a regresar al espacio. Estudiosos como Umberto Cavallaro y T. H. Kevles sostienen que estas decisiones se aplicaron, con probabilidad, para evitar ceder puestos de responsabilidad a las mujeres, y más en un ámbito tan competitivo y especializado como el de la carrera espacial.

En los años que siguieron a su aventura a bordo del Vostok 6, Valentina Tereshkova se graduó en ingeniería y emprendió una fructífera carrera política. Fue responsable, entre otras instituciones, del Comité de Mujeres Soviéticas, pero jamás regresaría al espacio exterior.

Referencias

Cavallaro, Umberto (2017) “Valentina Tereshkova: The Icon of Soviet Female Emancipation”, en Women Spacefarers. Sixty Different Paths to Space, pp. 1-8. Nueva York: Springer. doi: 10.1007/978-3-319-34048-7_1

Entrevista a Valentina Tereshkova (acceso 09/02/2022): https://www.bbc.com/news/science-environment-34270395

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