El Bestiario de Aberdeen, un catálogo de lo imposible
El Bestiario de Aberdeen es un manuscrito medieval famoso por sus iluminaciones de animales.
¿Qué es un bestiario?
Los bestiarios son una tipología de texto que tuvo su relevancia entre las obras doctas de la Edad Media. Se caracterizaban por recoger y sistematizar descripciones de una gran diversidad de animales, algunos de origen exótico y otros de carácter fantástico, como el fénix o el unicornio. Más que compendios de historia natural, los bestiarios se usaban principalmente como alegorías morales y guías espirituales de reflexión.
El Bestiario de Aberdeen constituye un ejemplo de este tipo de obra. Ricamente ilustrado, se realizó en el siglo XIII sobre pergamino, con abundancia de pan de oro y pan de plata en unas iluminaciones innovadoras realizadas por profesionales. Se estima que pudo producirse en la ciudad de Canterbury, centro de producción de libros de lujo durante la época medieval. Aunque se desconoce quién fue el propietario del manuscrito, se le presupone una pertenencia a la elite religiosa o política. Algunos estudiosos han considerado el Bestiario de Aberdeen como una réplica de otra similar de la misma época, el Bestiario Ashmole, famoso por la calidad de sus imágenes.
La descripción de criaturas reales y maravillosas

Sátiro Aberdeen
El tratado sobre animales y bestias, muchas fantásticas, conservado en Aberdeen comienza con la creación del mundo según el libro bíblico del Génesis y el nacimiento de los seres vivos, desde las aves y los peces hasta el primer ser humano. Una de las primeras imágenes que acompañan el bestiario muestra a Adán dando nombres a todas las criaturas creadas por Dios.
El manuscrito cuenta con distintas secciones temáticas. La primera sección se centra, sobre todo, en los mamíferos cuadrúpedos y en los animales domésticos de cría, como las cabras, las ovejas y las bestias de carga. Además de crear subdivisiones internas que conciernen a los animales en rebaños y los animales pequeños, el Bestiario de Aberdeen dedica secciones específicas a las aves como la paloma, el pelícano y el avestruz; a las serpientes, entre las que se inscriben culebras, dragones, basiliscos y salamandras; y peces, a los que pertenecen, según los conceptos medievales, criaturas como la ballena, el delfín o el cocodrilo. Asimismo, se incluyen también cánidos como los lobos, los perros y las hienas y, felinos como las panteras y los leopardos, y otras criaturas menos usuales como el sátiro, monoceros o unicornio y el fénix.
El bestiario, además, añade referencias a la etimología relativa a cada animal. Para ello, toma como fuente principal las Etimologías de Isidoro de Sevilla, una obra enciclopédica que, en sus 20 libros escritos en torno al 600 d.C., el autor recogió el origen etimológico de centenares de palabras de campos semánticos y del saber muy diversos, de la medicina al derecho, de la agricultura a la náutica, y del mundo vegetal al de los animales. El Bestiario de Aberdeen también cuenta con otras dos secciones, una de ellas dedicada a los árboles y las plantas, y la otra, un lapidario que se añadió, seguramente, hacia el siglo XIII. En el lapidario se exponen las propiedades de piedras preciosas como el berilo, la calcedonia y el topacio.
La iluminación del manuscrito

Bestiario Aberdeen
Las iluminaciones que se distribuyen a lo largo de sus 100 folios muestran influencias tanto de la tradición del mosaico romano como de las formas pictóricas románicas. Algunas imágenes fueron recortadas del manuscrito y otras que deberían estar presentes, si se atiende a los contenidos del bestiario y se compara el texto con otros similares del mismo período, no aparecen. Faltan, por ejemplo, el unicornio y el grifo.
Al menos 17 de los folios del manuscrito muestran pequeñas marcas dejadas por alfileres, prueba de que se utilizaron para realizar copias de algunas de sus iluminaciones ya en el medievo mediante la técnica del estarcido. Esta técnica consistía en realizar una línea de puntos a lo largo de los contornos de la figura que se quería copiar, mientras se colocaba un folio debajo de la misma. Hecho esto, se cubría la superficie de ese segundo folio con polvo de tiza o carbón vegetal para delinear los puntos marcados con el punzón y se procedía a trazarlos con la pluma.
Desde mediados del siglo XVI, el bestiario se conserva en la biblioteca escocesa de Aberdeen.