Un fragmento perdido de Stonehenge revela datos sin precedentes
Los secretos del antiguo monumento megalítico tipo crómlech, al descubierto.
Una pieza perdida de Stonehenge que fue tomada por un hombre que realizaba trabajos de restauración en el monumento ha sido devuelta tras 60 años (concretamente Robert Phillips, quien realizó la restauración en 1958 y quien robó dicho fragmento, un núcleo cilíndrico del monolito Stone 58), lo que ha ofrecido a los científicos la oportunidad de mirar dentro de un pilar del emblemático monumento por primera vez en la historia.
Es el círculo de piedra prehistórico más sofisticado arquitectónicamente del mundo y el primer análisis científico exhaustivo de los imponentes megalitos de Stonehenge con análisis geoquímicos sin precedentes de un pilar del monumento, ha revelado granos de roca que datan de hace casi 2.000 millones de años. Así es: los científicos han descubierto que las altísimas piedras erguidas de Stonehenge, o sarsens, estaban hechas de rocas que contenían sedimentos que se formaron cuando los dinosaurios caminaban por la Tierra. Otros granos de la roca se remontan a 1.600 millones de años.
"Con la excepción de los análisis de secciones delgadas y un par de métodos químicos, todas las técnicas que usamos en el estudio eran nuevas tanto para Stonehenge como para el estudio de las piedras sarsen en el Reino Unido", explica David Nash, de la Universidad de Brighton.
El círculo central de pilares de Stonehenge se erigió durante el período Neolítico, hace unos 4.500 años, según English Heritage, una organización sin fines de lucro que administra monumentos históricos en Inglaterra. "Los sarsens se erigieron en dos arreglos concéntricos, una herradura interior y un círculo exterior, y las piedras azules [piedras de monumento más pequeñas] se colocaron entre ellas en un arco doble", exponen.
Cuando los científicos miraron a través de un microscopio en finas rodajas de roca sarsen de la Piedra 58, se sorprendieron al descubrir que dicha roca era 99,7% de cuarzo. Un "cemento" de cuarzo contenía granos de cuarzo de finos a medianos y formaba "un mosaico de cristales entrelazados", lo que hizo que la roca fuera más duradera, y puede haber sido la razón por la que los constructores eligieron ese tipo de roca para su enorme monumento hace miles de años.
Está claro, a tenor de los resultados de las pruebas científicas, que los constructores de Stonehenge no solo eligieron las rocas más grandes y cercanas, sino también las que tenían más probabilidades de resistir el paso del tiempo, las más perdurables.
Su análisis también reveló un secreto sobre la edad de los sedimentos en la roca, según el experto. Los sedimentos arenosos se depositaron durante el período Paleógeno, hace entre 66 y 23 millones de años, por lo que los sarsens no pueden ser más antiguos que esta fecha, pero al comparar los isótopos en las muestras, encontraron que ciertos sedimentos en la piedra sarsen eran aún más antiguos. Algunos granos se habrían erosionado de rocas que datan de la era Mesozoica (hace 252 millones a 66 millones de años). ¡Más antiguos que los dinosaurios!
Aunque este hallazgo desvela nuevos datos del increíble monumento, aún quedan misterios por resolver.
Referencia: Petrological and geochemical characterisation of the sarsen stones at Stonehenge
David J. Nash ,
T. Jake R. Ciborowski,
Timothy Darvill,
Mike Parker Pearson,
J. Stewart Ullyott,
Magret Damaschke,
Jane A. Evans,
Steven Goderis,
Susan Greaney,
Jennifer M. Huggett,
Robert A. Ixer,
Duncan Pirrie,
Matthew R. Power,
Tobias Salge,
Neil Wilkinson
T. Jake R. Ciborowski,
Timothy Darvill,
Mike Parker Pearson,
J. Stewart Ullyott,
Magret Damaschke,
Jane A. Evans,
Steven Goderis,
Susan Greaney,
Jennifer M. Huggett,
Robert A. Ixer,
Duncan Pirrie,
Matthew R. Power,
Tobias Salge,
Neil Wilkinson
Published: August 4, 2021
https://doi.org/10.1371/journal.pone.0254760